180|La casa equivocada...

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Cuidar a sus bebés era algo que amaba profundamente, aunque no pudiesen formar una conversación era divertido pasar tiempo juntos

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Cuidar a sus bebés era algo que amaba profundamente, aunque no pudiesen formar una conversación era divertido pasar tiempo juntos. Alexis aprovechaba esos momentos para relajarse y este era el caso, un descanso con sus pequeñas bolitas de energía.

"Nooo." Chillaba Nancy quitándole un juguete a su hermanita. "¡Didi, nooo!"

"Está bien, Nancy, debes aprender a compartir con tu hermanita." Le dijo a su pequeña con una sonrisa mientras las veía jugar en el suelo de la habitación rosada. Al ver como Dhalia acercaba uno de los juguetes a su boca supo que tenía hambre, aprovecharía para merendar con las niñas. "Vamos a comer algo, ¿sí?" Tanto Dhalia como Nancy estuvieron felices por esto y no dudaron en asentir. "Quédense ahí, papá vuelve rapidísimo."

El chico salió de la habitación y salió por el pasillo para ir a las escaleras. Justo cuando estaba a mitad de las escaleras vió una sombra en el primer piso, no podía ser Alejandro, él no estaba en la casa. Alexis se apresuró un poco más hasta que vió con dificultad un hombre que vestía de negro, fue entonces que retrocedió lo más silencioso pero rápido posible con los nervios de punta en dirección a la habitación donde estaban sus hijas. Alexis agarró a las bebés tan rápido como pudo, ni siquiera lo dudó antes de correr a una esquina de la habitación, justo a un lado de la cuna de Dhalia. El intruso escuchó los pasos apresurados y se encaminó a esa área con rapidez. No se les podría ver si no entrabas del todo en la habitación, claro que Alexis lo sabía, pero no había tiempo para moverse a otro lado.

"Shh.." susurraba el pelinegro a su pequeña Nancy mientras la abrazaba contra él para protegerla. Estaba temblando y quería llorar por este mismo miedo, pero no lo haría, no era el momento para eso.

La niña estaba asustada por la actitud del pelinegro y no dejaba de agarrar a su papá con sollozos fuertes que él trataba de callar con su mano, no fue tan efectivo. Por culpa de esos sollozos el hombre supo que estaban allí adentro y se movió hasta verles. Allí fue donde Nancy soltó un chillido para ocultarse bajo el brazo de su padre, Alexis la tapó lo mejor que pudo, a ella y a la bebé que tenía en brazos.

Alexis estaba sudando y sentía que se le iba a salir el corazón, normal, estaba siendo apuntado por un arma de fuego. Peor aún, estaba temiendo por la vida de sus hijas. Aunque quisiera pedir que no les hiciera daño no le salía la voz, hasta estaba pálido.

"Por favor..." por fin le salió unas palabras, ni siquiera fuertes, pero se escucharon. "No nos haga daño." pidió con una voz temblorosa.

El hombre iba a decir algo, pero se logró escuchar un suave chasquido a su lado, mismo de donde acababa de entrar momentos antes. Lentamente miró a esa dirección y se encontró siendo apuntado por otro hombre, sintió escalofríos por todo el cuerpo.

"Baja el arma y ponte de rodillas, así no me das una razón para volarte el cerebro." Al escuchar esa voz Alexis se sintió aliviado, no se podría decir lo mismo para el intruso.

El hombre de negro lentamente se fue agachando para dejar el arma en el suelo y colocarse de rodillas con los brazos arriba. Alejandro lo aprovechó para patear la pistola lejos y forzarlo contra el suelo colocando su rodillas contra su cuello, una vez así, le continuó apuntando con el arma.

"Alexis, sal con las niñas, la policía viene de camino." Dijo Alejandro sin dejar de mirar al hombre en el suelo.

Alexis asintió y no esperó para cargar a Nancy antes de salir de esa habitación. El pálido se quedó en allí con el ceño fruncido y coraje en sus venas, estaba claro que iba a descargar toda su ira en él y esto no sería nada lindo.


[...]


Hombres vestidos de azul sacaban a el intruso de la casa esposado y con la cara descubierta, Alexis no lo recordaba golpeado ni nada, parecía ser que Alejandro le había destrozado la cara. Seguidos de estos oficiales estaba el anteriormente mencionado, quien al verles fue a donde ellos cambiando su expresión enojada a preocupación.

"¿¡Están bien!?" preguntó para abrazarlos con firmeza.

"Estamos bien." respondió Alexis sin soltar a ninguna de sus hijas.

El menor suspiró y les revisó individualmente a cada uno para estar seguros de que todo estaba perfectamente bien. Las manos del chico temblaban, antes de enojado, estaba asustado. Si no hubiera llegado pudo haber sucedido algo muy malo y ese pensamiento lo tenía enfermo.

"Ay, cariño..." soltó el aire que retenía en sus pulmones para volver a abrazarlos. "Que alegría que estén bien." Murmuró.

Alexis cerró sus ojos y se dejó envolver en esos fuertes y cálidos brazos protectores. Sentía cómo sus nervios se calmaban y cómo el color volvía a su rostro. ¿Qué sería de él sin Alejandro?

Al final, el hombre de negro no era más que un delincuente que robaba casas y que nunca le atrapaban, lástima que se metió en la casa de un militar y oficial de la policía con paranoia que se activaba cada que salía y dejaba a su familia sola. Alejandro se hizo cargo de cambiar las cerraduras y poner unas hasta más complicadas para abrir incluso para los mismos habitantes de la casa.

 Alejandro se hizo cargo de cambiar las cerraduras y poner unas hasta más complicadas para abrir incluso para los mismos habitantes de la casa

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𝙂𝙞𝙧𝙡𝙮 𝙋𝙤𝙥! [Quackity x Male!Oc] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora