Que siga la noche

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Llegamos después de unos momentos al establecimiento,este había sido abierto hace poco,y,me da pistas del típico restaurante pijo,pero,si Henry me había invitado,era por algo...no?

Aparcamos a duras penas cerca de ahí, ya que,estaba repleto de coches,apenas encontramos sitio,así que,nada más encontrarlo,bajamos de la moto,y fuimos hacia la entrada del restaurante.

-Las damas primero...-me dijo Henry,abriéndome la puerta de manera elegante.

-Gracias señor.-Le seguí el rollo,haciendo una pequeña reverencia,mientras entraba al local.

Este era bastante grande,estaba lleno hasta las narices,donde la decoración era simplemente como de la realeza...de verdad que me preocupaba bastante el precio,recordando tambien el hecho de no haberme traído dinero por petición suya.Sin duda sería difícil encontrar alguna mesa.

-Ven,por aquí,hay una mesa al fondo en una esquina.- susurro cerca de mi,debido al constante hablar de las personas,cogiéndome gentilmente del brazo mientras me guiaba hacia dicha mesa.

Nos sentamos uno delante del otro,en el sitio sugerido por Henry,a la vez que agarramos el menú de la mesa,donde ponía todo tipo de platillos con nombres extraños,que me hicieron curiosidad.

-...tranquila,yo tampoco entiendo mucho.-rió levemente,creo que notando las caras que ponía hacia el menú.

-Oh,jaja,es que no hay nada que parezca normal...además,tu has visto los precios?-musité hacia el,girando mi carta mientras le enseñaba el costo de un plato de pasta.30 dólares.

-Es cierto,pero...ya te dije que no te preocuparas por eso,pagaré yo.-me respondió de manera firmé,con una sonrisa en su rostro.

-...estas seguro de lo que dices? Por dios hasta el agua cuesta...no,espera,el agua es gratis, que cosas.-dije sarcasticamente,a la par que nos reíamos.

-Muy buenas noches,que les gustaría de la carta?-oímos decir a una voz detrás de la mesa,era el camarero.

-Bueno..yo...-pensé un momento,eligiendo la opción más normal en el menú.-Una...sopa.-dije al fin,notando como Henry me miraba aguantándose la risa.

-Yo...lo mismo que la señorita.-dijo el también,haciendo que rápidamente el camarero asintiera,y se fuera de nuevo.

-...sopa?-rió al fin,burlándose un poco de mi.

-Es que era la opción más barata,y tiene...buena pinta...si-le respondí,un poco cabizbaja por la vergüenza.

-...claro,buena pinta...-rió por última vez,notando como sus ojos estaban clavados en mi.No pude evitar levantar de nuevo la mirada hacia el,sonriéndole suavemente.

-Este año...cumplias 21,no es así renacuaja?-me preguntó,cruzándose de brazos cerca de la mesa,mirándome de manera fija,e intensa.

-Si,los cumpliré...joder,que rápido pasa el tiempo...-me dije a mi misma,recapacitando sobre la edad que cumpliría.

-Recuerdo cuando cumpliste 18,tu padre se puso como loco...quería regalarte una moto,sabes? Algo parecida a la mía,pero no me dejó...vaya aguafiestas.-rió de nuevo,sin dejar de mirarme un solo segundo.

-Enserio? Jo,habría estado bien,no tendría que haberme comprado el coche y gastar un ojo de la cara...-suspiré, imaginándome a mi misma en una moto...y no precisamente bien,sino estampada en un árbol.

-...ahora me parece bien no habértela dado...no me hubiera gustado verte con cicatrices en la cara...-me dijo,en un tono más bajo,esta vez mirándome directamente a los ojos,poniéndome de nuevo nerviosa.

●Nadie lo sabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora