Torbellino

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11 de Julio,Martes por la mañana.

Un día más de la semana,por lo tanto,un día menos de practicas,faltando bastante poco para terminar por fin.
Me levanté de la cama,acomodandola un poco antes de marchar hacia la cocina,ya vestida,y tomar una pequeña taza té, solo para salir de aun mejor humor,ya que,porque no estarlo?

Cogí mi bolso,las llaves,y,salí finalmente de piso,empezando mi ruta matutina hacia el colegio,esta vez,sabiendo que cierta persona estaría de mejor manera hoy...

Y lo estuvo,ya que,apoyándome sobre la pared,apareció el,después de unos minutos,esta vez cruzando la calle hacia mi,sin crearme otro paro cardíaco innecesario.

-Buenas cielo.- dijo,con un tono suave,pero divertido,apoyándose de brazos cruzados junto a mi.

-...aún llevas la gorra?- le pregunté, un poco confusa,es decir,ya sabía lo del incidente,para que seguir ocultándose?

-Quieres que me la quite?- preguntó, mirando hacia mi,mientras esperaba mi respuesta.

-...bueno,no estaría mal verte toda la cara.- reí levemente,invitándole a quitársela de una vez.

Sin embargo,nada más lo hizo,aunque fuera el mismo hombre sumamente atractivo de siempre...no mintió en la llamada al decir que tenia un rasguño en la mejilla...bueno,en algo si que lo hizo,en decir la gravedad del rasguño.

-...por dios,que te ha hecho?- dije,un poco alarmada,colocando mis manos apresuradamente sobre los costados de su cabeza,moviéndola en todas partes en busca de quizá más heridas.

-Tranquila renacuaja, prometo que no siento nada.- rió de mi,dejándose hacer básicamente de todo.

-Pero por dios! Luego vienes a mi casa y te pongo un apósito pequeño en la zona.- dije de nuevo,soltandolo al fin,mientras seguía con mis ojos sobre su herida.

-No hace falta,de verdad.- rió de nuevo,acariciando mi pómulo después de unos segundos.

-...está bien,pero,puedes venir de todos modos...sabes?- Le sonreí,inclinándome involuntariamente hacia su toque.

-Claro,si eso es lo quieres...- afirmó,colocándose de nuevo la gorra en su cabeza.

-Otra vez?- dije,con muecas raras.

-Quiero hacerme el fuerte frente a los idiotas,no está bien ser vulnerable ante tus aprendices,te quitas importancia.- me dijo,guiñándome un ojo antes de empezar a caminar hacia el bar,dejándome justo antes de que la secretaria abriese la puerta de entrada,teniendo que pasar,evidentemente,pero...este día,con una sonrisa en los labios.

Otras seis horas de clase,otro día completado,por así decirlo,ya que aún me quedaba toda la tarde por delante...y,que menos que pasar una tarde aburrida,junto a alguien que,no la hace tan aburrida...no?

Caminé hacia la acera del bar,encontrándome como siempre al hombre que tango quería ver,de nuevo,fumando,en la esquina de la pared del local.

-Qué puedo hacer para que dejes estas porquerías?- reí, ya junto a él,notando como movía el cigarro a su mano izquierda,con tal de no rozarla contra mi.

-Quieres que te lo diga..o quieres que te lo muestre.- dijo,sarcasticamente,haciendo que una risa desprevenida saliera de mi.

-Bueno,sería interesante verlo...si.- dije,también con sarcasmo,observando como me tiró una mirada de arriba abajo, antes de sonreír,y,dirigirse hacia la basura delante nuestra,para tirar el cigarrillo.

-A casa?- sonrió con diversión,colocando las manos en sus bolsillos,mientras señalaba con su cabeza en dirección a la calle que llevaba a mi departamento.

●Nadie lo sabe (#PGP2025)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora