CAPÍTULO 39

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Pasos resonaban en el amplio pasillo de su majestad, el Rey de Francia descansaba plácidamente en su cómoda cama pomposa de color carmín, debido a su terrible gota, los pies eran un martirio, sus tobillos estaban tan hinchados qué debían drenarlos en la mañana y noche, inclusive antes de un paseo real o una fiesta como era en aquella ocasión

Las puertas de su amplia habitación se abrieron dando paso a reverencias, seguido, ingresaron para preparar el atuendo del Rey

-majestad

Habló un galante hombre con peluca blanca que hacía distinción de la corte francesa, rostro blanco por el exceso de maquillaje para cubrir la marca de imperfecciones por culpa de la sífilis y labial rojizo formando un corazón en sus finos labios, además de resaltar el bigote bien recortado

El rey le sonrió al ver tan delicado y agraciado cuerpo ceñido en tan elegantes prendas de seda azul pastel

-acércate

El hombre no dudó, con porte firme y sensual, haciendo que el rey se lamiera los labios porque sabia, probaría tan deliciosos labios rojizos

Al estar tan cerca de su cama, le atrajo tomándolo de la nuca, comenzando un fogoso beso húmedo, los sirvientes solo se limitaron a realizar sus tareas para irse lo antes posible

Aturdido, el joven se alejó sonriendo

-majestad... es muy temprano para tal efusividad

-oh vamos, jamás fuiste tímido ¿qué cambia ahora?

-velo por su salud mi señor... solo eso

Tomó su mano en un acto hipócrita y para el rey parecía de lo más sincero

-ya quiero verte con tu atuendo para la fiesta

-podrá hacer más que ver mi señor, pero... debe portarse bien y ser obediente, vuelta

Hizo una seña de giro con el índice, el Rey molesto, se acomodó en la cama y el muchacho bajó sus pantalones, revelando la secreción y sangre entre los glúteos arrugados, blancos y peludos del rey

-de nuevo no sigues la dieta... te dijeron no debías comer más pasteles ni carne

-jaja, yo soy el rey, nadie puede darme órdenes

-yo si~

Se observaron por un momento sonríendose de la manera más enferma posible

-lamelo

El muchacho se relamio los labios antes se separar tan asquerosos glúteos y lamer la porquería qué salía de su Rey

~~

En el castillo inglés, las sirvientas se movían con finas telas en sus manos, diversos atuendos para elegir, inclusive para el pequeño Chandler

Sehun se veía al espejo de cuerpo completo tan orgulloso, su traje de caballero con reconocimientos colgados en su pecho, le hacían sentirse superior a cualquiera

Las doncellas apenas querían tocarlo, solo cuidaban cada detalle, no debía existir error o pagarían las consecuencias

-¿mi esposo está listo?

Sehun no despegó la mirada del cristal, acomodaba pulcramente su cabello rubio hacia atrás

-en un momento

-¿qué atuendo eligió?

-al parecer, el rojo, mi señor

El Lord sonrió ansioso, alzó las manos en un gesto grosero para que dejaran de acomodar los botones dorados con emblema de su familia en los puños

Entre rosas azules - ChanKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora