Harry Potter and The Dark Enigmas

Chapter 28: Dark Arts Pillow Talk

(Créditos a quien le pertenece la imagen)

Con la última de las fiestas de Slughorn terminada, Harry hizo planes para reunirse con Ron y Hermione tan pronto como terminara la escuela, sin darse la opción de evitarlo. Ver a Ron de nuevo fue agridulce, amargo porque le hizo odiarse a sí mismo, y dulce porque realmente lo extrañaba y no estaba seguro de cómo lo hizo casi un año entero sin él.

Los C.H.A.R.M.S. a unas semanas de distancia, Hermione se estaba desenredando lentamente por las costuras frente a él, con el pelo encrespado, queriendo estudiar desde el momento en que salieron de clase hasta altas horas de la noche. Harry pensó en privado que los N.E.W.T. eran peores, ya que sus certificaciones de séptimo año se podían obtener fuera de Hogwarts.

Harry trató de conseguir un poco de abarrotamiento de última hora y su fabricación de pociones hizo una ligera mejora. Desde que Slughorn le mostró la Magia Enigma y recogió a Hermione para catapultarla a una carrera fabulosa haciendo exactamente lo que ella quería, Harry comenzó a ser mucho más amable con él, tratando de interactuar con él con seriedad en lugar de tolerarlo directamente. Trelawney ahora apareció en todas las clases, aunque todavía no está en el mejor estado, y Harry estaba demasiado atrasado en Herbología para hacerlo honestamente ahora.

Cuanto más se acercaban a su "cita", peor se veía Snape en clase. En su tarea devuelta, se tachó una "A" y se rodeó una "P", como Snape pensó mejor. Harry enrolló su pergamino. Ni siquiera acosando al profesor no le dio un trato preferencial. Se estaban saltando este jueves, ya que iban a pasar todo el día juntos el sábado, pero mirando a este agotado Snape con los círculos oscuros debajo de los ojos, agachándome más que nunca, con un brazo que lo mantenía erguido en su escritorio, Harry se preguntó si siquiera sobreviviría hasta el fin de semana. Harry sabía que normalmente dormía entre las 8 p.m. y la medianoche, trabajando en el castillo durante toda la mañana, yendo directamente a clases. Los jueves que estuvo con Harry significaron que sacrificó las fortificaciones del castillo, lo que lo dejó más atrás.

Una semana voló llena de estudios con Hermione y luego el fin de semana se presentó para la toma. Salir de estudiar con ella hoy no fue difícil, estaba en la biblioteca apilada con libros de 10 años, demasiado enfocada como para siquiera mirarlo. No era... irrazonable... querer saltarse la rutina para tener la oportunidad de visitar Hogsmeade en un día cálido. Al empezar tarde, para cuando bajó las escaleras, el castillo estaba felizmente casi vacío.

"Oh, mira, el chico fiesta", se burló Snape al entrar por la puerta del aula, esperándolo.

"No, simplemente no lo hayas".

Snape parecía vivo hoy al menos... esa fue una buena señal. Ojeras mínimas, cabello lavado, ojos sarcásticos que todavía tenían energía para el sarcasmo. Caminaron juntos hasta la habitación de atrás.

"¿Cómo te las arreglaste para intoxicarte en una hora?"

"No estaba tan intoxicado".

"Mentiras. Draco lloriqueó durante una hora. Mantén el nombre de Crabbe fuera de tu boca desde este punto en adelante. Tiene suficiente sentido común como para no mencionar a tus seres queridos muertos, dale la misma cortesía".

"Acaba de decirle que lo sentía".

"¿Después de todo lo que hablamos? No más disculpas, Potter. Él te respetará más si mantienes la boca cerrada".

"Bueno, si se supone que debo mantener la boca cerrada, me iré".

La mera amenaza hizo que los dedos se enredaran sus túnicas para asegurarse de que no se fuera. Lo recogieron con cuerpo y lo pusieron en la estación de trabajo de la poción.