¿Quién sabe lo que define a un héroe o a un villano? T/n lo tiene muy claro, desde hace 7 años, después de su accidente, ha dedicado la mayor parte de su tiempo a buscar a los causantes de que su vida cambiara y de que quedara sin padres a la edad d...
El departamento de Sero era grande, tenía dos cuartos de invitados donde nos dormiríamos Kats y yo, todo gritaba su estilo punk, incluso tenía posters en las paredes. Era como ver el cuarto de un adolescente rebelde, pero elegante y limpio. Quien lo viera se preguntaría de dónde saca el presupuesto para costear todo lo que tiene, pero Sero tiene sus negocios, buenos negocios, algo relacionado con la industria musical donde no le va nada mal. Obtener información del mundo criminal solo era un pasatiempo para él, lo mantenía alerta y concentrado, según sus palabras. Yo pienso que de todas formas cuando da información le pagan buen dinero, pero cada quien su trabajo.
— ¿Qué conseguiste Sero?
Habíamos llegado hace un par de horas al departamento, cuando le comenté a Sero que debía recuperar la droga que tenía Hawks no dudo en ofrecerse para ayudar, dijo que conseguiría lo necesario.
— El apartamento ha estado vacío desde que se fueron, no ha ido nadie a parte de Aizawa.
Kats y yo miramos las fotos que Sero mostraba en su laptop, de la parte de afuera del departamento de Hawks, unas donde no había nadie y cuatro donde estaba Aizawa, de pie frente a la puerta.
— ¿Saco algo? — Kats había adaptado un modo serio desde que nos encontramos con Sero esa mañana en el aeropuerto, quizás aún estaba enojado porque no les informó de que estaba viva.
— No, solo se quedó allí de pie unos segundos con la mirada hacia abajo y se fue.
— No tiene sentido, ni siquiera eran buenos amigos hasta donde yo me entere. — me quede mirando la última foto, donde Aizawa tenía la mano en la puerta y su mirada estaba en el piso — Solo tenían una relación de jefe empleado.
— Podría ser solo empatía por perder un agente —Sero comento, a lo que Kats le dio la razón porque vi que asentía con la cabeza.
— Sero ¿Fuiste a la tumba de Hawks?
— Si, le tome una foto, estaba llena de flores, velas y varias cartas de niños agradeciendo su servicio. Están después de las de Aizawa.
Mire las fotos y efectivamente la gente había dejado muchas cosas, pase tres de la tumba de Hawks hasta que llegue a una cuarta, una lápida ploma con siete rosas rojas en el suelo y la inscripción con mi nombre y el que pensé era mi apellido antes de saber la verdad: T/n T/a.
— Los idiotas te hicieron una tumba — Kats se acercó y se puso frente a la laptop empujándome despacio. Analizo la foto y endureció su expresión.
— Si, también quería comentarte eso — Sero se cruzó de brazos sentado en el sofá frente a Kats y a mi — Te hicieron esa tumba, aunque en la ceremonia dijeron los cuerpos se calcinaron casi por completo. Sus palabras exactas fueron "Ambos agentes fueron personas intachables, pero lastimosamente sus cuerpos sufrieron el destino de los guerreros griegos, sus cenizas es lo único que quedara es este lugar" Fue tan poético que casi vomito cuando Aizawa lo dijo.
— ¿Quién dejo las rosas?
— No lo sé T/n, ya estaban allí cuando tome la foto.
— ¿Algo más que debamos saber? —Kats intervino y miro fijo a Sero.
— Nada más, podríamos ir ahora mismo o mañana y daría igual.
— Iremos mañana en la noche, sabemos dónde está la droga, la contraseña y que nadie ha entrado a ese lugar — concreté y cerré la computadora — estaré en la habitación.
Deje a Kats y a Sero haciendo quien sabe que, me encerré en el cuarto y saque mi celular, volví a revisar las noticias que tanto me angustiaban y no encontraba nada concreto. Las siete rosas frente a mi falsa tumba también estaban en mi cabeza, ¿porque siete? podrían ser el tiempo que vivo engañada y con una vida falsa. ¿quién las dejo? ¿Aizawa? ¿Tokoyami? se supone que no sabían nada. ¿Hawks? No, él estaba muerto. Estuve dándole vueltas al asunto por un buen rato hasta que me quedé dormida.
Los golpes en la puerta me hicieron regresar del mundo de los sueños, escuche que llamaban a mi nombre y aun con los ojos medio cerrados fue a abrir, Sero estaba frente a mí, había reemplazado su pantaloneta y camiseta por ropa de salir, se veía bien, como se veía cuando íbamos a bares o de fiesta.
— Vas a salir.
— Si, quede con Kiri y Mina para unos tragos. ¿Quieres venir?
— Seria arriesgado si alguien me ve y me reconoce — era verdad, no estaba evadiendo a mis amigos, solo peorizando las cosas — ¿Ellos no piensan que estoy muerta?
— Vieron la noticia y el comunicado oficial, pero ambos están de acuerdo de que "sin cuerpo, no hay muerto" asique te siguen esperando. — Sero sonrió ante eso y me alegro el alma, si es algo que Kiri y Mina dirían. Lo malo es que era muy probable que ya no los vuelva a ver, no quiero ponerlos en riesgo.
— Disfruta tu noche.
— Bien, Bakugou salió, dijo que volvería en un rato. No pregunte a donde iba porque con su mirada parece que me quiere matar.
— Creo que aun esta resentido contigo. — Sonreí y me apoye en el marco de la puerta.
— Lo supuse, pero tendrá que vivir con eso. — Se acerco, me dio un beso en la mejilla — Volveré en la mañana, no hagas nada de lo que te arrepientas.
— No haremos nada.
— Así le dijeron a una amiga y ahora está casada y tiene dos hijos — torcí los ojos en su dirección y él sonrió mientras se marchaba por el pasillo hacia la salida, escuche como cerraba la puerta y yo volví a la cama, clave mi rostro contra la almohada y grite, no sabía porque, pero al parecer tenía ese grito atorado y liberarlo fue tranquilizador.
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