Secr3tos

Secretos - Cap 1

Victoria se levantó esa mañana un poco cansada. La pelea que había tenido con su novia, bueno, si es que se le podía llamar así, el día anterior la había dejado desgastada, y las escasas 4 horas de sueño que tuvo no habían sido suficiente para recuperar energías. Y si que necesitaba recargar energía, el día de hoy sería muy largo. Tenía ensayo desde temprano y, por la tarde, tendría que enfrentarse a una realidad que no quería ni le gustaba: conocer a los nuevos miembros del team. Ella era una chica muy cerrada con su círculo de amigos y de trabajo, no confiaba fácilmente en la gente, y le costaría adaptarse a este cambio. Pero, como le dijo Mariana, su carrera iba en ascenso y ya no podían solos con todo el trabajo, así que debía aceptarlo como fuera. Se arregló lo más rápido que pudo porque ya iba algo tarde.
Bajó a la cocina y tomó un Monster de la nevera... no, mejor dos, si que los necesitaba.

Cuando llegó al estudio donde ensayaban, ya la estaban esperando.

- Buen día, perdón la tardanza, mala noche.
- Ni lo tienes que decir, se te nota en la cara - la saludó Mariana.
- ¿Qué tiene mi cara? Yo la veo perfecta como siempre.
- Es porque no usas tus gafas, cariño - ambas rieron. Mariana siempre le levantaba el ánimo.

Empezaron los ensayos y fueron demasiado bien; por lo menos eso marchaba a la perfección. Estaba muy entusiasmada por esta nueva gira, aunque aún faltaban varios meses para que iniciara y ni siquiera había anunciado todas las fechas, no veía la hora de estar en el escenario con su público, el momento en el que simplemente apagaba su cerebro y solo importaban sus fans y su música.

Cuando el reloj marcó las 2:00 p.m., Mariana indicó que ya era hora de ponerle fin al ensayo. Victoria no quería que acabara, pero en verdad se sentía un poco mareada. Recordó que no había desayunado, tampoco había almorzado aún, y gracias a la pelea que había tenido la noche anterior, ni tiempo le había dado de cenar, aunque si se había comido unos dulces que tenía guardados, técnicamente eso contaba como cena. De pronto, alguien la abrazo por detrás y la sacó de sus pensamientos.

- ¿En qué piensas, flaca?
- ¡Mauro, me asustaste!
- Claro, estás en otro mundo.
- Es que no he comido nada desde ayer y muero de hambre, quiero comerme un restaurante completo.
- ¿Y por qué no desayunaste? ¿Tu amorcito no te prepararó el desayuno?
- Ummmm, peleamos ayer.
- ¡Oh my god! ¿Como casi todos los días? Eso si es algo nuevo - Lo dijo en tono sarcástico.
- JA JA Muy gracioso. Mejor llevame a comer ya, cabrón, que muero del hambreeee.
- Chicos - gritó Mauro al resto del equipo -, vamos a comer todos juntos, hay un nuevo restaurante cerca que quiero probrar.

Todos salieron del lugar y se dirigieron al restaurante. Al llegar, estaba relativamente solo, ya era pasada la hora del almuerzo, así que pudieron disfrutar de la tranquilidad del lugar.

- Vi, a las 4 p.m. tenemos que estar en la
oficina, que llegarán las chicas que contraté para que las conozcas - le recordó Mariana a Victoria, y esta puso mala cara.
- No pongas esa cara Vi, yo las vi y están bien buenas.
- Mauro, por favor - lo reprendió su hermana.
- Espera... ¿son todas chicas? - pregunto Victoria.
- Si, ¿tiene algo de malo?
-¿No podían ser al menos algunos hombres?
- Pero Victoria, siempre me dices que quieres apoyar a las mujeres en la industria y que sean más valoradas en todos los ambitos laborales. Además, son chicas como tú, muy buenas en lo que hacen, pero que apenas están empezando. Lo hice para que te sintieras cómoda con esto, que sé que no te gusta.
- O sea, si ,pero... bueno, no importa, ya las contrataste, ni modo - Respondió Victoria y susurró -: Suficientes problemas tengo ya.
-¿Qué dijiste? - le preguntó Mariana, que no alcanzó a escuchar lo último que dijo la rubia.
- Es que peleó otra vez con su amorcito - respondió Mauro.
- ¿¡QUÉ!? ¿Otra vez? Pero ¿se reconciliaron hace cuánto? ¿48 horas?
- Exagerada, llevábamos una semana bien. Pero está vez si ha sido culpa mía- respondió Victoria.
- Eso dices siempre, y en su mayoría es mentira. ¿Ahora qué pasó?
- Pues es que el beso con la modelo la incomodó bastante, y la entiendo. Y ayer me escribió para invitarme a salir.
- ¿¡TE INVITÓ A SALIR ESTA TAMBIÉN!? Vi, ¿pues qué les das? - le dijo Mauro.
- Victoria, fue un beso en un video musical, por Dios, es tu trabajo - respondió Mariana, ignorando a Mauro.
- No, mi trabajo es cantar y componer, no besarme con modelos.
- Hasta mandaste a quitar esa parte del video para no incomodarla, y se pusó peor. No hay quién la entienda. ¿Y qué culpa tienes tú de que la modelo te escriba? - En ese momento, el teléfono de Mariana sonó; era un mensaje de Nadia, diciendole que una de las chicas ya había llegado -. Dios, están llegando las nuevas chicas, vámonos.
- Pues que nos esperen, los artistas siempre llegan cuando quieran, que se acostumbren. - Mariana la miró con cara de pocos amigos. - Está bien pues, vamos - continuó Victoria.
- Uy, yo también voy, me muero por conocerlas.
- No Mauro, quedate y paga la cuenta, esto es trabajo y es serio, no para que tú te deleites.
- Mauro, ¿si están buenas? - Le pregunto Vi a su amigo en tono bajo.
- Buenisimas, lo vas a disfrutar, querida, hay para todos los gustos.
- Diablo - Victoria no sabía si esto era bueno o era malo.
- Ya dejen de hablar así, sean profesionales y serios, por favor - los regañó Mariana. Mari a veces se portaba como la mamá regañona, sobre todo en temas serios de trabajo, pero Mauro era su complice de aventuras, especialmente cuando de chicas se trataba.
- Hablando de seriedad, hermanita, seriamente no voy a pagar esta cuenta yo solo, es un montón, Victoria comió como para cinco días.
- Ay, no te quejes y paga, nosotras nos tenemos que ir. - le respondió Victoria.

Las chicas salieron del restaurante y condujeron el coche de Victoria por la autopista en silencio. Cuando llegaron a la oficina del Dojo, Nadia les dijo que ya todas habían llegado. Que puntualidad. Entraron al lugar y Victoria las vio de espaldas, sentadas, esperandola. Lo que ella no sabía era que esas chicas estaban a punto de cambiar, no solo su carrera, si no también su vida y su corazón.