Finding Victoria - Cap 6.

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Victoria continuaba leyendo los miles de mensajes que tenía en su celular. El grupo de WhatsApp que tenía con su familia del 1K estaba a reventar, todos preguntándose dónde estaba y por qué no daba señales de vida. Mariana trataba de calmarlos, diciendo que había ofrecido una entrevista en la mañana, pero todos decían que si no aparecía para la tarde, llamarían a la policía y reportarían a los medios, para localizar a las tres chicas que se la habían llevado.

—¿Pero de dónde sacaron eso? —pensó Victoria.
—¿Qué fue lo que pasó ayer? Y quiero la verdad —les dijo Victoria a las tres chicas que miraban sus teléfonos con preocupación.

Las redes sociales ya estaban empezando a hablar de ello, y su grupo de amigas de WhatsApp les preguntaba una y otra vez si ellas sabían algo acerca de esos rumores, mientras Daimon les explicaba que eso no era verdad. Al oír la voz de la rubia, todas la miraron.

—Victoria, te juramos que esto es un terrible malentendido —dijo Mar.
—¿En serio no te acuerdas de nada de lo que pasó anoche? —inquirió Sandy.
—No, no me acuerdo. Sé que estaba con... con Gio. Ella se molestó, ni sé por qué, y se fue. A mí me dio rabia y me fui a bailar con una modelo. De ahí, creo que ella se fue, no sé bien en qué momento; en realidad, no sé si pasó algo más con ella. Joder. Yo me fui a mi mesa a tomar y ya, el resto está en blanco.
—Claro, solo nos habló porque no estaba ni en tres de los cinco sentidos —comentó Alaia.
—¿Yo les hablé? —preguntó Victoria.

Las chicas le relataron todo lo que había sucedido, desde el momento en que la modelo se había ido hasta que habían llegado a su casa y la habían acostado en su cama a dormir.

—Por cierto, no pasó nada con la modelo, solo bailaron y ya.
—Sandy, eso no importa ahora —le reclamó Alaia.
—No, sí importa, Gio no me lo perdonaría.

Las chicas pusieron los ojos en blanco.

—Lo importante es que nosotras no te hicimos nada, ni te secuestramos. Te trajimos acá porque no sabemos dónde vives y no te íbamos a dejar sola —dijo Alaia.
—Y claramente no te drogamos. Si tú quieres, puedes hacerte un examen; si quieres, vamos ya mismo. Te saldrá solo alcohol en la sangre —aclaró Sandy.
—Y tampoco te lo dijimos nosotras —completó Mar.
—Ya, ya, chicas, les creo, les creo.
—Lo que no entiendo es ¿quién regó ese chisme? ¿Quién nos vio salir del lugar, si ya estaba bastante solo? —se preguntó Alaia.
—Yo sé quién —dijo Victoria. Tomó su teléfono y tecleó algo. Luego lo puso en dirección a las chicas para que ellas lo vieran.

En la pantalla del celular aparecía un tweet de una persona desconocida, diciendo que anoche vio cómo Young Miko se iba con tres mujeres, pero que en realidad la artista parecía inconsciente; y un video donde se veían ellas de lejos y de espaldas, cargando a Victoria al carro.

—Sigo sin entender —dijo Alaia.
—Como cosa rara —susurró Sandy, con risa burlona. Alaia la miró con cara de pocos amigos, pero la ignoró.
—Sigo sin entender —continuó—, ¿de quién es esa cuenta? ¿Cómo fue que nos vio?
—Es la cuenta privada de mi novia —respondió Victoria—. Debió estar preocupada por mí.
—Ayyyyyy, sí, claro, ¿la preocupación le vino antes o después de ponerse a grabar y no hacer nada? —espetó Sandy.
—Además, ¿no sabía ella quiénes éramos? Ella me vio cuando nos chocamos en la pista de baile —comentó Mar.
—Sí, sí, yo le conté, pero supongo que no las recuerda o no las vio bien de lejos.
—Ay pobre, en su cumpleaños deberías regalarle gafas para la miopía —le dijo Sandy.
—¿Siempre eres así de fastidiosa? —le preguntó Victoria a Sandy.
—Bueno, ya, perdón, me callo —dijo la pelirroja.

Victoria se levantó de su silla y se fue a la habitación de Mar sin decir nada. Las chicas escucharon que hablaba por teléfono.

—No puedo creer que la máquina de cardio se haya puesto a decir eso —dijo Mar.
—Es obvio que lo dijo por jodernos nada más —comentó Sandy.
—Claramente lo hizo con mala intención. Preocupada por Victoria, mis calzones —dijo esta vez Alaia.
—Chicas, ¿será que llamamos a Mariana? Ella seguro vio el video y qué estará pensando de nosotras. Pensará que somos fans locas y obsesionadas, que secuestramos a nuestra ídola.
—Sandy, ¿cómo crees que Mariana va a pensar eso? Ella sabe que somos profesionales —dijo Alaia.
—Aunque sí creo que no estaría mal llamarla y hacerle saber por nosotras mismas la verdad —opinó Mar.
—Está bien, a ver, vamos a llamarla.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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