Maxley Music Short Fics

The Loneliest

Era una tarde de otoño en la universidad, y el viento susurraba a través de las hojas anaranjadas que caían en el parque. Max había pasado el día con Mona, riendo y disfrutando de la compañía el uno del otro, pero mientras caminaba hacia el dormitorio de la chica, una nube oscura de incertidumbre lo envolvía. Sabía que algo había cambiado, algo que no podía ignorar más. Su amistad con Bradley, que había sido inquebrantable durante los últimos años, comenzaba a desmoronarse, una grieta que no dejaba de crecer.

Al llegar a su propio dormitorio, Max se sentó en su cama, PJ estaba con Mocha y Bobby... de él no tenía idea de donde rayos estaba, su mirada se perdió en el vacío y su mente estaba dividida entre la alegría que Mona le traía y la tristeza que sentía por la distancia creciente entre él y Bradley. Tomó el teléfono, dudando, pero finalmente marcó el número de su amigo.

-¿Bradley?- Su voz era más temblorosa de lo que esperaba.

-Hey, galán. ¿Qué pasa?- Bradley respondió con su habitual confianza, pero Max notó una ligera tensión en su tono.

-¿Podemos hablar? Necesito verte... en persona- Hubo una pausa al otro lado de la línea, una que se sintió eterna.

-Claro, Max. ¿Nos vemos en tu dormitorio en una hora?- Max asintió, aunque sabía que Bradley no podía verlo.

-Sí, aquí te espero- Mientras esperaba a Bradley, Max salió al pasillo y se sentó en el escalón superior de la entrada a los dormitorios, mirando cómo el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte. El cielo se teñía de tonos cálidos de naranja y púrpura, recordándole los innumerables atardeceres que había compartido con Bradley, hablando sobre sueños, miedos y todas las cosas que les unían.

Sus pensamientos volaron a la primera vez que conoció a Bradley en la universidad. Ambos tuvieron la peor impresión del otro, la convivencia fue tensa y llena de peleas, comentarios mordaces y sarcasmo, pero encajaron de inmediato, aun con todo eso, como dos piezas de un rompecabezas. Después de los X-Games, y algunos problemas de por medio, Bradley se había disculpado con él y sus amigos, con Tanque, también con su padre, y como un Cremanata que se honra de cumplir su palabra había pagado la apuesta, mientras los veía practicar, Bradley le había dado un consejo sobre qué hacer cuando las ruedas se amarran en una rampa, consejo que le fue de mucha utilidad, desde ese día, habían sido inseparables, apoyándose mutuamente en los momentos difíciles y celebrando juntos las victorias. Pero ahora, todo eso parecía estar desvaneciéndose.

Max suspiró, sintiendo el peso de la decisión que sabía que debía tomar. Mona era increíble, lo hacía sentir especial, pero no podía ignorar el vacío que dejaba la distancia con Bradley.

El sonido de un motor conocido rompió el silencio del atardecer. Bradley llegó en su coche y salió con una sonrisa, aunque Max podía ver el nerviosismo en sus ojos. Ambos amigos se encontraron en la entrada, compartiendo una breve mirada antes de que Max se apartara para dejar entrar a Bradley al pasillo.

Se dirigieron al dormitorio que compartía con Bobby y PJ, donde la luz tenue de la lámpara hacía que las sombras danzaran en las paredes. Bradley se sentó en la cama de Bobby con un gesto de desagrado al apoyar su mano en un calcetín sucio que fue arrojado al suelo mientras sacudía la mano asqueado y pasaba su mano por la tela de su pantalón tratando de quitarse esa sensación de encima, mientras Max permanecía de pie, incapaz de quedarse quieto.

-Bradley, hay algo que necesito decirte- comenzó Max, luchando por encontrar las palabras.

-No sé cómo hacerlo sin que duela...- Bradley levantó la vista, su expresión se volvió más seria.

-Baby, somos amigos. Puedes decirme cualquier cosa- Max asintió, tragando el nudo en su garganta.

-Mona y yo... hemos estado pasando mucho tiempo juntos, y se ha vuelto serio. Pero... eso significa que no he pasado tanto tiempo contigo... bueno con mis amigos en general. Y me duele, porque siento que te... los estoy perdiendo- El rostro de Bradley se suavizó, aunque la tristeza en sus ojos era innegable.