Enemigo

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— ¡Se está moviendo! ¡Está abriendo los ojos!

— Shh, tranquilo, lo vas a asustar, no lo agites.

El hombre menor movió errático su cuerpo en el sofá, soltó un quejido bajo prolongado, agarrándose la cabeza, sintiendo algo frío sobre ella y despertando con pesadez. La visión era borrosa, como neblina en sus ojos. Después de un esfuerzo sobre humano, logró recuperar la conciencia, sentándose de golpe, dejando caer la bolsa de hielos en su frente, sintiéndose aún un poco aturdido.

— ¡Aiden! Nos tenías muy asustados. Vamos, necesitas ir a la clínica para revisar tu estado actual — Lo tomó del brazo con rudeza.

— ¿Eh...? — Masajeó su nuca — Estoy perfecto, no necesito ningún chequeo — Miró al chico de cabellos azules, una mirada retadora y amenazante que le atravesó el alma como bala.

— Lamento lo que ocurrió, en serio, perdimos la noción el tiempo y olvidamos completamente nuestras responsabilidades. Ninguno se merecía pasar tal momento bochornoso, lo sentimos — Entrelazó los dedos de sus manos.

Aiden apretó los dientes.

— ¿Qué haces tú con él? — Señaló a Jake.

— Ah, uhm... bueno... larga historia. En resumidas cuentas, gracias a eventos acontecidos la noche anterior, Jake y yo hemos decidido, pues, llevar un tipo de relación... casual.

¿¡Qué!? No, espera, espera ¿¡Qué!?
¿Thomas? ¿Casual? ¿Thomas Reed en una relación sin compromiso? ¿Quién manifestó esto? ¿Quién pidió esta señal?
Estos días han estado llenos de sorpresas, malas sorpresas, por desgracia.
Se burló de aquella respuesta.

— Es broma ¿no? — Cuestionó.

— Eh, no ¿por qué lo sería? — Se encogió de hombros, visiblemente confundido.

Jake se notaba incómodo, sofocado por el tenso ambiente. Se sentía entre la espada y la pared. El reloj no avanza, es parecido a estar atrapado en un bucle infernal. Nada de esto debería de estar pasando.

— ¿De verdad? ¿Con este tipo? Este escurridizo, golfo y arrastrado nunca te convendría — Lo señaló nuevamente, esta vez fue un ataque más directo.

— No creo que sea necesario utilizar semejantes palabras — Tom se molestó un poco, quería evitarse peleas innecesarias.

Jake sigue queriendo sepultar su cabeza en la tierra y hacer desaparecer todo a su alrededor.

— Oh, por supuesto que lo es. Hay algo que debes saber, nunca te lo dije en el pasado por no creerlo necesario, pero bajo estas circunstancias es requerido.

Ay no, es todo para él, está acabado. Las consecuencias de sus actos por fin llegaron. Es su juicio final personal. 

— Fui asistente de Hamilton por año y cacho, y te puedo confirmar mejor que nadie que este no conoce la palabra responsabilidad afectiva.

Eh... bueno, solo fue aquella confesión. Vaya alivio. De todas formas no quita le quita la culpa.

— ¿Fuiste su asistente? Guau, definitivamente no lo venía venir, entonces ustedes tienen una larga historia — Los miró a ambos volteando velozmente su cabeza de lado a lado.

— ¡Te estoy diciendo justamente eso! — Tuvo un tic en el ojo — Tom ¿no quieres hablar esto afuera unos minutitos? Me siento incómodo con la presencia de esta persona — Se levantó del sillón en silencio y arrastró como pudo a su amigo hasta el patio trasero.

Aiden dio una gran bocanada de aire para poder empezar a reclamar a gusto. Tenía un gran sermón para recitar y necesitaba el suficiente oxígeno para hacerlo sin desmayarse de nuevo.

¡Yo me opongo! - TomJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora