Capítulo 3: Decepción.

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Gala le agradeció a la chica que acababa de retocar su maquillaje, era viernes y faltaban solo dos días para la gala de inicio del programa. Había conocido a un par de los integrantes, aunque no había tenido tiempo para hacer un gran tour del hotel y conocer a más de tres. Por suerte, a su criterio al menos, estaba Sian, un actor cubano a quien conocía ya de un par de proyectos que habían compartido antes en la televisora y quien le había asegurado que podía contar con él si necesitaba alguna cosa. De hecho, para resaltar eso, la producción había designado al chico como su compañero para la entrevista que tendrían ese día, junto a Emmanuel Palomares, el galán y protagonista de la última producción en la que Gala había trabajado como antagonista, Pablo Chagra, influencer designado desde la temporada anterior del programa como el conductor y encargado de las redes sociales del proyecto, y, quien la hacía sentir más emocionada, Bárbara Islas, conductora y también actriz en la telenovela "Vivir de Amor". Hacía un par de meses que se veían y tenían algo en sentido romántico, aunque para Islas era vergonzoso dar a conocer eso al público por los comentarios que pudieran surgir en su contra o algo parecido, su imagen era importante.
La chica del maquillaje salió del camerino, encontrándose justo con Bárbara a punto de abrir la puerta, a lo que esta sonrió nerviosa y la dejo pasar, para después, verificando que nadie más la hubiera visto, entrar al camerino, asegurando la puerta para que nadie pudiera interrumpir. Se acercó a Gala, quien la vio entrando gracias al reflejo en el espejo en que acomodaba algunos detalles de su vestimenta, mientras recibía de espaldas el abrazo que la otra mujer hizo en su cintura, su torso recargado en ella, apoyando sus labios y dejando un beso largo en su hombro izquierdo, mientras acariciaba con la yema de sus pulgares por encima de la tela del vestido. Cerró los ojos y sonrió, disfrutando el tacto.

Te extrañé. — le dijo a la mujer. Bajó sus manos hasta las de ella, buscando el mayor contacto que pudo, mientras se inclinaba hacia ella.

Y yo a ti. — le respondió, haciendo que la más alta girase en su dirección, sin retirar las manos de aquel lugar en su cintura. Gala pasó sus brazos por los hombros de la chica, atrapando su cuello e inclinandose un poco hacia adelante, dejando sus rostros a milímetros de la otra.

¿Ah, sí? ¿Qué tanto? — preguntó, juguetona y peligrosamente cerca de los labios de Bárbara, tentandola e instandole a dar el siguiente paso, secreta y honestamente, estaba cansada de ser quien llevaba la iniciativa todo el tiempo.

Islas no se resistió a los encantos de Montes, y en menos de dos segundos estaba besándola con tantas ganas que se sorprendió a sí misma al no haberse dado cuenta de cuanto en realidad había extrañado hacerlo. Sus manos bajaron un poco y, sin dejar de mover sus labios, toqueteo el trasero de la más joven descaradamente, a lo que ella no protestó. El beso siguió por lo que pareció una eternidad y las vagas manos de una experimentada mujer acariciaban varias partes del cuerpo de la chica de veinticuatro años, hasta que un apretón qué no pudo contener fue a dar en el glúteo de la menor. La de cabello teñido en color carmín sonrió antes de morder ligeramente el labio inferior de la de piel tostada, terminando el beso en el que acababan de estar enredadas.

Mucho. — dijo finalmente Bárbara en un suspiro.

Ya lo noté. — respondió la más alta, ambas sonriendo ampliamente, sosteniendo su abrazo en la otra.

La pelirroja volvió a juntar sus labios a los de la conductora en un ritmo intencionalmente lento, sintió la lengua de ella invadir el beso y lo siguió con gusto, sin ceder el control. Pasados unos instantes rompió el contacto para luego besar las comisuras de la boca de la chica, dejando un rastro por sus mejillas hasta llegar al que había sido su objetivo: el cuello. Besó vehemente puntos estratégicos qué, sabia de antemano, la volverían loca. Islas cerró los ojos, dejándose llevar y perdiéndose en la agradable sensación de los besos de Gala. Las manos de ambas vagaban nuevamente en el cuerpo de la otra, y entre besos y caricias, la voz de la más alta llenó los oídos de la mayor.

High Tide (Garime) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora