Capítulo 7: Visitas Tercas.

1.4K 121 38
                                    

Seguía la noche del sábado y, con la sorpresa de Charlie, quien se había infiltrado de alguna manera en el hotel para despedir a Ricardo con una cena romántica y quizá un poco de sexo, si les apetecía, Karime se había quedado en el bar, completamente sola, con la compañía más predecible: una botella de tequila. A lo no muy lejos, Gala Montes, harta de no entender una mierda de lo que parloteaba su acompañante, la observó durante varios minutos, se veía aburrida, justo como ella. Agustín había pasado casi una hora hablando de sí mismo, cosa que la chica detestaba qué la gente hiciera. Luego de cinco minutos más de su tortura y con la excusa de ir al baño, se perdió de la vista del rubio y se encaminó a la mesa de la que Pindter recién se levantaba.

-Hola, otra vez. - saludó sentándose frente a ella. La treintañera esbozó una sonrisa al instante y se detuvo en su amague de retirarse del lugar.

-Hola, guapa. - devolvió el saludo. - ¿Tequila? - invitó, levantando la botella.

-No, gracias. - le dijo riendo. -No se me antoja mucho ahorita.

-¡Ay! ¿Cómo crees? - fue su respuesta, fingiendo indignación. -Un shotscito no se niega ni se rechaza.

-Mínimo algo más sofisticado para nuestra primera cita, ¿no crees? - volvió a reírse. El rostro de la otra se llenó de emoción por un segundo, por alguna razón que no reconoció, hasta que se obligó a ocultarlo antes que Gala lo notase.

-Bueno, entonces tequila no. - concluyó dejando la botella nuevamente sobre la mesita alta.

-Bueno y, ¿qué? ¿Cómo va la noche o qué? - cuestionó, intentando conversar.

-Pues bien floja. - se quejó. -Yo pensando que hoy me iba a agarrar un chakal pa' qué me diera como cajón qué no cierra y mira... Estoy más sola que último vagón del metro de la CDMX. - bromeó, haciendo a la pelirroja soltar una carcajada, que a los segundos trató de cubrir, al recordar que se escondía del hombre argentino que minutos atrás le hacía compañía.

-Ese estuvo bueno. - terminó diciendo mientras veía al rededor, cuidando que el hombre no la hubiese pillado.

-Y tú, ¿De quién te escondes o a quién le debes? ¿O qué? - le preguntó, notando su extraña actitud.

-No, nada. Es que yo también creí que iba a ser interesante la noche, pero me tocó un wey de hueva. - contestó. Se frotó nerviosa las manos, insegura respecto al tipo y la idea de que pudiera encontrarla. -Bueno, creo que yo me paso a retirar. - comenzó a despedirse.

-¡Ay, no! - reaccionó, rápidamente tomándola por el brazo izquierdo mientras hacía el intento de levantarse del sitio. -¿No era nuestro primer date y la verga? - le dijo riéndose ligeramente. -Te invito a mi cuarto, nos tomamos unas copitas de vino, acá romántico. - le sonrió, mostrando su blanca dentadura.

-Mmmh, no sé. - dijo dudando, recordó aquella vez que ella misma había invitado a alguien a beber una copa, había terminado con Bárbara Islas, besándose en el sofá de su apartamento.

-Ay, ándale. Yo te escondo en mi cuarto y hablamos y nos desvelamos un ratito. Igual ya no creo encontrar un pendejo que me haga el favor por hoy, y con eso de aquí no dejan entrar ni un alma, pues ya me chingué. - dijo haciendo un puchero. -Y tampoco se ve que a ti tú galán te haya dejado con muchas ganas de llevártelo al colchón. Gala lo pensó menos de cinco segundos para responder:

-Va. Un vinito y a dormir. - a lo lejos Agustín alcanzó a distinguirla, por lo que tomó el bolso de Karime y, con las manos recién enganchadas, tiró de ella, llevándola casi corriendo hasta que estuvieron en el ascensor. -No mames, casi me cacha. -expresó ríendo. La risa de Pindter acompañó la suya y se detuvo de a poco, notando sus manos entrelazadas. La miró a ella, conectando sus ojos en un íntimo contacto y lentamente, sin realmente desearlo, retiró su mano de manera suave, mientras su dedos se rozaban mutuamente hasta que la punta de sus meñiques se engancharon y finalmente, rompieron su tacto. Observó su rostro invadido por un leve color rosado situándose en sus mejillas y pensó que ella debía estar igual, o incluso peor. El elevador llegó al piso donde estaba la habitación de Gala, lo cual apenas observó Karime y su ceño se frunció, borrando despacio su sonrisa.

High Tide (Garime) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora