Capítulo 26

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Giyuu dejó caer la bolsa que llevaba y empezó a correr por el lugar, buscando al pelirrojo, podía escuchar los alaridos de esas criaturas, solo podía esperar que el pelirrojo estuviera bien.

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Tanjiro solo miraba al techo, parecía estar hipnotizado, sus pupilas estaban dilatadas y se tambaleaba.

Tanjiro: Eres... eres muy asqueroso...

Decía mientras sus mejillas se pintaban con el color carmín de la sangre que goteaba.

Tanjiro: Es por eso que... que todos se fueron y te dejaron... eres asqueroso...... déjame... déjame tocarte

Repetía sin descanso, extendiendo sus manos hacía arriba y bajándolas de nuevo entre momentos, repitiendo el mismo movimiento cada cierto tiempo, como una maquina.

Después de varios minutos Tomioka encontró a Tanjiro, lo tomó del brazo y empezó a jalarlo, casi rogándole que se fueran, mientras Tanjiro solo le pedía "Mira... al... techo" sus palabras y su tono de voz le provocaron escalofríos al mayor, quien lo tomó del brazo y trató de llevárselo, evitando mirar al techo, no quería ni necesitaba saber que había ahí. Después de algunos minutos de insistencia el de ojos azules le dio un golpe seco en el cuello, dejándolo aparentemente dormido o desmayado, antes de que pudiera caer al suelo lo tomó en brazos y salió corriendo, mientras en voz baja pedía a todos los dioses que conocía que sus pisadas no atrajeran nada, recuperó las bolsas con el botín y volvió al auto, lanzó a Tanjiro en el asiento trasero junto con las cosas e inmediatamente subió al asiento del conductor, sostienendo el volante con fuerza mientras las manos le temblaban, tenían que salir de ahí pero se negaba a encender el motor, habían encontrado a dos destripadores, ¿Qué le aseguraba que no había más?

Giyuu: Esto no estaba aquí antes...

Murmuró con algo de miedo en el momento en que vio que había algo en el asiento del copiloto, estiró el brazo hacía ese pedazo de papel pero inmediatamente encendió el auto, el motor rugió con fuerza y sin pensar dos veces el azabache piso el acelerador a fondo, sin importarle ni un poco si pasaba por encima de algo o alguien, "¿Quien no lo hubiera hecho?" Se preguntaba a si mismo con terror mientras miraba por el retrovisor, viendo la figura de esa mujer tambaleante de aspecto débil y enfermizo que trataba de acercarse a la camioneta corriendo como una desesperada, extendiendo su brazo hacía adelante y gritando.

"No me dejes aquí... no puedes hacerlo, soy igual a ti"

¿Dejar a un compañero humano abandonado en mitad de la nada? ¿Realmente Tomioka era capaz de eso? Por supuesto que lo era, era lo correcto, era lo único que podía hacer mientras se repetía a si mismo que esa cosa no era una humana y evitaba perder el control del auto por ir a velocidad máxima sosteniendo el volante con una sola mano y usando la otra para sostener el arma con la cual le apuntaba al brazo de aquella mujer, brazo que estaba en el asiento del copiloto y con el cual ella había destrozado el cristal de la ventana.

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⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

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