27

52 7 26
                                        

Era el momento. El viernes por la noche, las luces del salón de reuniones parpadeaban nerviosamente, reflejando la tensión que reverberaba en el aire. Los jefes de las diferentes mafias ocupaban sus asientos, murmurando entre ellos, pero la atmósfera estaba cargada de incertidumbre.

Winny, cuya figura siempre emanaba una calma engañosa, prendió una pequeña vela en el centro de la mesa que se encontraba frente a él, simbolizando la luz en medio de la oscuridad. Se giró hacia sus compañeros, su mirada intensa e inspiradora. -Es hora de tomar el control de todo esto -murmuró, intentando contagiar su determinación a los demás.

Satang, a su lado, le tomó la mano, dándole un apretón de apoyo. -Lo tienes, amor. La sala necesita escuchar lo que tienes que decir.

Finalmente, el reloj marcó la hora y todos los ojos se posaron en Winny. Con un gesto, hizo silencio en la sala, cada murmullo se desvaneció mientras él se preparaba para hablar. Su voz resonó, firme y poderosa: -Bienvenidos a esta reunión crucial. Entiendo que muchos de ustedes vienen de un lugar de desconfianza y dudas, pero lo que les voy a proponer puede cambiar el rumbo de nuestras vidas y de nuestra comunidad.

La atención era total. Winny dejó que su mirada se deslizara por los rostros serios que lo rodeaban. -No hay duda de que hemos estado atrapados en un ciclo de violencia y caos, donde nuestras propias organizaciones han perpetuado la desconfianza entre nosotros. Pero, ¿nos hemos detenido a pensar en el verdadero costo de esto?

Los murmullos comenzaron a surgir entre los asistentes, sus rostros reflejando una mezcla de curiosidad y escepticismo. Winny continuó, elevando su voz como si cada palabra pudiera cortar la tensión en la sala: -La mafia, tal como opera hoy, se ha convertido en un monstruo que devora a los inocentes y consume nuestras almas. Todos ustedes, al igual que yo, somos humanos, no solo jefes de organizaciones criminales. Y si se preguntan por qué digo esto, es sencillo; en los últimos días, he lidiado con situaciones que me han llevado a tomar esta decisión.

Un silencio expectante se apoderó de la sala, mientras algunos de los jefes intercambiaban miradas entre ellos. Winny, consciente de que estaba tocando una fibra sensible, continuó: -He visto el sufrimiento que el ciclo de la violencia ha causado en nuestras comunidades. He lidiado con pérdidas que son imposibles de medir y heridas que no sanan. - dijo refiriéndose a cuando acabo con la vida de su padre y Mark, ese momento donde quisieron arebatarle a Satang de su lado. - Esta vida que llevamos nos está destruyendo. Si seguimos por este camino, no solo perderemos nuestra humanidad, sino que también perderemos a cada ser querido que tenemos.

El ambiente comenzó a cambiar. Algunos jefes, que previamente se habían mantenido al margen, comenzaron a mostrar señales de reflexión. Winny levantó la mano, pidiendo calma: -Lo que propongo es sencillo, debemos dejar de lado nuestras rivalidades y unir nuestras fuerzas. Imaginemos una sola organización, basada no en el miedo, sino en el respeto y la protección de quienes realmente importan, nuestras familias y nuestra comunidad.

Los murmullos aumentaron. El jefe, astuto, frunció el ceño y se cruzó de brazos.

-¿Y cómo puedes asegurarnos que esto no es solo un truco para quitarle poder a nuestros grupos? -preguntó, su tono despectivo resonando por toda la sala.

Winny lo miró fijamente, sus ojos llenos de determinación. -No puedo obligarles a confiar en mí, pero les pregunto: ¿qué han ganado hasta ahora con la división? ¿Cuántas vidas más debemos destruir por seguir con esta locura? Cada uno de nosotros ha sufrido pérdidas. Estoy aquí para ofrecer un camino diferente, y les pido que consideren la posibilidad de un futuro mejor.

El murmullo se intensificó, pero algunos jefes comenzaron a mirar a su alrededor, reflexionando sobre las palabras de Winny. Él continuó, su voz resonando con fervor.

TORRES ENEMIGAS || WINNYSATANG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora