Fragments of us. [ Billford ]

8. Quererte.

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"Tal vez mis dedos extras estan destinados a complementar tus cuatro."

La manos rojizas y calidas tomaban las de Bill, acariciandolas con temor. Su cuerpo pocicionado tras de el en un tipo de abrazo extraño y la cercanía hacian que sus pensamientos no se pudieran hilar.

"uhh..." El ojo de Bill se turno para obserbar una mano y después de otra, notando como su rostro comenzaba a enrojecer, no de ira esta vez.

Algo en su mente grito que escapara cuanto antes.

"¡jaja!" Rio con nerviosismo mientras apartaba ambas manos de el tacto de Ford.

"¡oh sixer, no seas ridículo! ¡Ambos sabemos que están destinados a algo mucho más grande y científicamente revolucionario! además... ¡estamos hablando de dedos!" termino con una carcajada.

Ford sonrió con vergüenza mientras daba un paso lejos de Bill.

"Ah... Claro"

Ambos maldijeron en su cabeza al mismo tiempo, eran increíblemente malos para esto.

Como si de por si Stanford no fuera malo expresando sentimientos, para una vez que se atrevió a tener valor para ese tipo de cercanía y parecia que se hubiera humillado solo.

En cambio Bill no queria sentirse vulnerable, su mente lo abandonaba, incluso su cuerpo dentro de el plano mental comenzaba a dejar de responderle, Dioses no, ¿Quien se creia que era ese seis dedos?

"Maldición"

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-¿No podias morir en paz no es asi?

-Soy inmortal Stanford, por mi cabeza jamás paso la idea de morir, menos por un humano.

-¿Invocar a una deidad? No puedes ser mas dramático.

Bill entrecerro su ojo y murmuro algo en voz baja, Aunque Ford no lo logro escuchar bien supo que era algo es su lengua materna, posiblemente algun insulto, Antes solía hacerlo cuando se enojaba.

Quedaron en un minuto de silencio, esperando a que uno de los dos hablara, no podian fluir como en los viejos tiempos y eso era obvio.

El de lentes bajo la vista. -¿Como era? ya sabes, Theraprism.

-Horrible, el tiempo es una locura, poco a poco tu cabeza se va haciendo papilla y creen que la hora de arte lo va a arreglar, te hacen hablar y revivir cosas que preferirias mejor olvidar, es peor que una prisión, es una tortura.

Stanford lo miro escéptico, de abajo hacia arriba, su ceja de arqueo y se cruzo de brazos, demostrando su sospecha.

-Escucha... Stanford, esto es difícil para mi pero hace algun tiempo volver a ver algo que realmente sea real parecia que nunca volvería a pasar y no tengo idea si esa terapia de mierda funciono o lo que sea, pero, creo que... lo que trato de decir más bien es... lo siento.

La mano que se encontraba cerca al saco de Ford se convirtió en un puño al instante, apretando la tela bajo el.

Esas palabras no podian estar saliendo de Bill, era imposible, una trampa, una manipulación.