14. Te deseo.

880 120 133
                                    

︶︶︶︶     . ୨ৎ       ︶︶︶︶

El sol habia salido ya, anunciando la mañana, Bill se habia despertado primero que Ford, talvez se debía a que el científico no dormía seguido, de hecho, casi no dormia, asi que no pensaba en despertarlo, se veia tan comodo en aquel sillón de el sotano, Siempre estaban ahí, el laboratorio de Ford se habia vuelto su lugar una vez más.

Bill no sabia exactamente que significaba esto ¿Se habian reconciliado? ¿Eran algo? Los humanos eran muy complicados en cuanto a eso, pensar en volver a estar con Ford de esa manera lo asusto, no sabia si deseaba eso, no sabia si seguia enamorado de Ford de la misma manera en que alguna vez lo estuvo... y si era así le daba una sensación nauseabunda, se sentia enfermo.

Abandono el sofa con destino a el primer piso, tenia hambre dentro de aquel cuerpo humano, y la verdad le asustaba estar allí para cuando Stanford despertara.

—¿Dormiste bien?— la voz masculina tras de lo asusto, derramando un poco de su cafe.

—¡Dios!—El demonio volteo sobre su eje para mirar a Stanley con molestia. —Ten cuidado mala copi... Stanley.— No queria meter la pata con un ser tan importante para Ford, no con los apodos que le dijo precisamente que no usara.

El mencionado solo rodo los ojos con estrés y estiro sus brazos hacia Bill, sujetando una remera verde oscuro con el simbolo de la cabaña estampado en el, el mismo que usaba Soos.

—Si te vas a quedar aqui con... esa forma, debes ayudar, no estorbar.

El pelinegro rápidamente se mostro ofendido.

—¿Disculpa?

—Si me me obligan a tenerte en mi casa yo te puedo obligar a ayudar en mi casa.

Bill estaba apunto de quejarse antes de que la remera callera en su rostro, cortando las palabras de su boca.

—Te doy 20 minutos.

Maldijo entre dientes y paso sus ojos por la tela en sus manos, era un material terrible, seguro le iba a picar, lo bueno esque era una talla lo suficientemente holgada, de cualquier manera, no iba a ser mucama de Stanley, por ahora era la persona que mas le desagradaba de los Pines, ni siquiera era el jefe en la cabaña de el misterio ya, lo era Soos, esto tenia que ser una broma, iba a qujarse con Ford pero seguía dormido y no queria despertarlo...

Aun asi no iba a obedecer a ese anciano, estaba loco si pensaba que si.

(...)

Odiaba como la escoba resbala sobre la superficie de el piso, como estaba solo en la tienda de regalos y aun asi tenia la obligación de barrerla, humillante.

—¿Haz visto por aqui a mi garfio volador?— Escucho una voz infantil tras el, ganandose un susto de nuevo, esto parecia ya un patron en los Pines.

—No...— La niña de cabello esponjado lo miro unos segundos, sonrio y se dio la vuelta. —¡No, espera!

Paro y lo vio sobre su hombro.

—Necesito...— Bill no creia que estaba apunto de decir lo que iba a decir a una niña de apenas 13. —Necesito consejos.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en el rostro de Mabel.

—¡¿Sobre romance?!

—¡Baja la voz!

Ella se tapo la boca con ambas manos aun sin alejar la sonrisa boba de sus mejillas, acercandose a paso veloz hacia Bill.

—¿sobre romance?— Susurro.

Fragments of us. [ Billford ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora