Alma azul

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La vida suele dar muchas sorpresas, pero no te prepara para enfrentarlas si son algo malo.

Yo solía ser un chico problemático, pero en medio de los desastres y las travesuras, siempre me mantuve leal a mis amigos. Compartíamos muchas aventuras juntos al igual que los castigos, pero para nosotros solo eran un instante, una consecuencia de ser chicos que tomaban cualquier riesgo.

Sin embargo, todo cambió el día que decidimos atravesar los límites de lo permitido, pues nuestros deseos de explorar lo desconocido era más fuerte que la de obedecer las órdenes de los adultos.

Cerca de donde vivía había una casa abandonada, se decía que allí habitó un hombre muy rico hace 50 años, pero que jamás socializaba con sus vecinos. Durante un tiempo las cosas fueron tranquilas, ya que nadie se atrevía a meterse con él, debido a los rumores que circulaban acerca de que tenía pacto con el diablo.

Una noche lluviosa ocurrió lo inesperado, un estruendo hizo retumbar las casas del alrededor, para después ser iluminadas por la brillante luz azul que provenía del interior de aquella casa misteriosa. Al final, un grito desgarrador.

Por la mañana, la policía llegó al lugar para investigar lo ocurrido, pero se sorprendieron al descubrir qué el interior estaba intacto. A pesar de que hicieron una búsqueda exhaustiva, no hallaron evidencia de que se hubiera cometido algún crimen. Solo el hecho de que el dueño no estaba, la única evidencia de su existencia era un retrato en una pared en donde se podía apreciar un paisaje nevado y el hombre estando de pie junto a un árbol, sonriendo.

Debido la falta de pruebas la policía tomó un rumbo diferente, por lo que el hombre fue declarado desaparecido, aunque jamás pudieron encontrarlo.

La casa quedó abandonada desde entonces, aunque los trabajadores de bienes y raíces hicieron lo posible por conservarla, la casa se fue deteriorando con el tiempo.

Los rumores de que el lugar estaba embrujado se esparcieron rápidamente, además de que perduró por tres generaciones más. Eso nos motivó a intentar descubrir la verdad, así que entramos, aunque estuviera prohibido. En poco tiempo exploramos cada rincón, pero nada resultó extraño para nosotros, haciéndonos creer que fue una mala idea entrar, pues solo era una casa más del vecindario.

No obstante, antes de marcharnos visitamos el despacho del dueño, ahí encontramos la pintura de la que hablaban los demás y en una repisa estaba una piedra azul brillante. Nadie más le prestó atención, excepto yo, quedé tan fascinado qué decidí tomarla sin medir las consecuencias de ser tan apresurado.

La piedra azul se apoderó de mi cuerpo, aunque estaba consciente de lo que ocurría, no pude evitar lo que ocurrió después. Busqué a todos mis amigos, quienes no pudieron escapar al exterior para recibir ayuda y usando el objeto, extraje sus almas hasta dejar simples cascarones.

Al terminar supe que era mi turno, mi cabeza se giró hacía el extraño cuadro y pude ver como ellos empezaron a aparecer junto al hombre, eran prisioneros de la pintura. Sus sonrisas eran incómodas, perturbadoras, pero no lo fue tanto como lo que vi después.

Mi cuerpo se dirigió hacia el cuadro y se detuvo enfrente, luego, mi cabeza se giró a la derecha para encontrar el horror. Una máscara blanca estaba muy cerca de mi cara, aquellos huecos donde iban los ojos lo hacían ver perturbador. De repente, una enorme sonrisa se dibujó en forma de un arco hueco.

Tras un parpadeo ya no estaba en ese lugar, podía ver mi cuerpo desde el otro lado, utilicé los últimos momentos que me quedaban para expresar mi asombro, pues al final, me volví uno con la pintura.

Solo sonreí junto a los demás. Y aquel ente, se fue con mi cuerpo, sonriendo de la misma manera que yo.

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⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

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