Antes de nosotros (Hunter e Isaac #1)

Capítulo 6

Mis manos se mueven rápidamente sobre el papel, la tensión en mis dedos de lo fuerte que estoy apretando la pluma casi me distrae de la meta a alcanzar. Mi antebrazo comienza a sentir el dolor extenderse desde mis manos, pero logro terminar a tiempo, soltando la pluma sobre la mesa con un golpe seco y sonriendo victoriosa.

—Gané.

Suena otro golpe sobre la mesa, esta vez de la pelirroja a mi lado soltando su propia pluma. Ella bufa y toma su termo de agua, tomando un pequeño trago para después mirarme con una mueca.

—Primero verifica tus respuestas y luego te regocijas.

Le devuelvo la mueca juzgona y le saco la lengua. Las dos nos reímos y nos distraemos un poco mientras las hojas desaparecen frente a nosotras. Cuando las dos hemos vuelto de nuestro papel de rivalidad a uno de amistad, una voz grave nos devuelve a la tensión:

—Hunter, estuvo muy bien lo que hiciste, pero...— hace una pausa dramática —...pusiste el número tres en lugar del cuatro en la parábola y eso hace que tu respuesta esté equivocada.

A mi lado, Layla comienza a hacer un baile sobre su asiento y me saca la lengua de vuelta cuando nos regresan nuestro papel.

Observo mis fórmulas y resultados, intentando comprender cómo es que cometí el error. Si hay algo para lo que fui criada correctamente son las competencias, disfruto hacerlo, pero creo que hacerlo con matemáticas fue algo que debí haber considerado un poco más antes de comenzar.

—Hagamos otra ronda, — sugiero.

—Hunter, —se queja Layla —, ya hicimos cuatro rondas.

—Pero estamos empatadas, — la señalo con el dedo índice.

—Acéptalo, no has ganado.

—Nunca.

—Creo que Layla tiene razón, — vuelve a sonar la tercera voz de la habitación, la única tranquila de las tres. —Ya casi completamos la hora y media de sesión y tenemos que recoger antes de que nos saquen a patadas de aquí.

Me desinflo en mi lugar y los dos se ríen de mi reacción.

—Está bien.

Los tres comenzamos a recoger nuestras cosas y nos aseguramos de dejar todo en su lugar para ir a sellar nuestras hojas con la chica de castaña de lentes cuadrados que ya hemos llegado a conocer como Sara, y algo así como nuestra cómplice bibliotecaria cuando la señora Janis no está.

—Solo les quedan tres casillas de esta hoja por sellar, — nos dice mientras nos entrega las hojas marcadas. —Si todavía tienen planeado tomar más sesiones, les puedo dar otra para que puedan seguir sellándolo. Total, esto ayuda para rebajar horas del servicio de Isaac, — lo mira de soslayo.

Algo que no cambiará será su aparente infatuación con él, al parecer.

El mencionado solo niega y nos regala una sonrisa cordial que he descubierto que cubre su rostro la gran mayoría de veces.

—No tienen que hacerlo si no quieren, puede haber otros alumnos que ocupen sesiones conmigo, no se preocupen.

Yo pienso mi decisión. Ya tenemos seis sesiones que han pasado, mañana jueves se cumplirán dos semanas desde que comenzamos, pero yo aun así no me siento lista para decir que con tres tutorías más tendré suficiente para tener un diez en la materia. Creo que el seguimiento en mi caso será necesario y, por obvias razones, muy probablemente esto tenga que seguir, al menos hasta que lleguemos a las fechas de exámenes finales en mayo del próximo año.

—Yo creo que con lo que resta es suficiente para mí, —dice mi mejor amiga y yo la veo con sorpresa. —Ya conozco las trampas de Harolds y sé qué hacer cuando ella quiere una respuesta rápida.