SEXOMNIA - SATZU

第6章 (Final)

-¿Que? ¡Suéltame idiota! - el cuerpo de Tzuyu sobre el de ella le impedía el movimiento - ¿Que mierda te pasa?

Tzuyu no contestó. Por un momento, Sana pensó que la menor estaba bromeando, pero el silencio y la desnudes de la contraría lograban desechar esa idea. Ella intentaba mirarla a los ojos, pero su cabello se lo impedía, miro hacia abajo, no estaba segura porqué, pero comenzaba a sentirse asustada. La pelinegra parecía, ¿Dormida?

-Tzuyu... - le habló moviendo un poco sus brazos. Pero no respondió. Siguió en la misma posición, sobre ella y su rostro perdido. - mierda, Tzuyu, basta... hasta dije una mala palabra por tu culpa. - De un movimiento demasiado repentino, sus manos fueron arrastradas hasta quedar sobre su cabeza y los brazos de la menor terminaron extendiendo en su contra. Tzuyu se encargó de sujetarla con demasiada fuerza, demasiada, Levantó su rostro, hasta por fin dejarla enfrente de Sana, y ella vió que los ojos de Tzuyu estaban oscuros.

-Vuelve a decir mi nombre... - su voz sonó grave. Más ronca de lo normal - y te follare duro y sin compasión alguna. - El cuerpo entero de Sana tembló por la amenaza.

¿Ella está hablando enserio? Sana comienza a preocuparse más de lo debido.

-Tzuyu, deja de jugar. Si esto es una broma déjame decirte que no es graciosa... - una de las piernas de la menor se colocó entre las de ella y las separó de golpe, interrumpiendola.

-Te lo dije... - musitó.

-¿Que? Oye no, yo... - uno de sus dedos se posicionó en su boca mientras la otra mano la seguía sujetando. Y ahora si, se asustó. Tzuyu esconde su rostro en la curva de su cuello y siente un escalofrío cuando la punta de una cálida lengua recorrió su piel fría.

Cómo si Sana no fuese su mejor amiga, o como si no fuese simplemente Sana, la intocable.

Intentó liberarse pero Tzuyu toma resistencia demasiado fuerte. La mayor maldice, ahora es cuando odia que la idiota de su "mejor amiga" tenga una tenacidad preeminente y no pueda simplemente sacarla ya que ella no posee lo mismo. Sana comenzó a llamarla, pero su dedo índice la impedía hablar con claridad.

La pelinegra descendió su cabeza, pasando su lengua por su piel. Depósito una mordida descuidada en su clavícula que logró erizarla por completo, justo en su punto débil.

Apartó la mano de su boca.

-Tzuyu, ya. Quítate... - Ordena tiritiante en cuanto queda liberada. Pero ella solo la ignoró y coloco su rodilla sobre el lugar menor apropiado. -No Tzu... - comenzó a masajearla, pasando brevemente con movimientos circulares - no toques... Ahí - ella suspiro con voz baja. Tzuyu seguía acariciandola con la rodilla, cambiando ahora su trayectoria, y haciéndolo de arriba abajo. En eso la rubia siente sus mejillas calientes, se sentía tan bien
-Tzuyu no... Ya-ya deja... - Rogó con voz temblorosa. La mano entera de la pelinegra se movió a rodear uno de sus pezones encima de la ropa, obligándola a jadear - ¡Chou Tzuyu! - cerró sus ojos por inercia, para luego abrirlos de golpe, aún no puede caer - Tzu...yu ya, esto no...

Alzó su mano y la metió dentro de su pijama. Sus dedos escobillaron los pezones erectos de la más baja, casi doblegandola para su favor con un gemido de Sana naciendo en su garganta y muriendo en los oídos de Tzuyu.

Oh, Dios, esto no está correcto.

-Si te gusta Sana... - sus roncas palabras sacudieron sus sentidos por completo. Tzuyu liberó su agarré por un momento, comenzó a quitarle la prenda dejando en descubierto sus pechos y llevando sus labios ahí mismo. Sana cerró sus ojos. La pelinegra regreso a sostenerla y los brazos sujetados hacia arriba de la rubia estaban casi entumecidos, pero el placer que comenzaba a surgir en ella hacia que empezara a olvidar el resto. -Te gusta demasiado - dejo un caminó de besos por el abdomen quitando su pierna.