Un día más, Argentina estaba durmiendo plácidamente en el sillón y Perú estaba en su habitación ya despierto pero aun acostado en cama, mirando atentamente el techo de su cuarto, respiró y se levantó, no podía seguir acostado sentía que en algún momento se quedaría pegado en el colchón.
Se dirigió al baño, se lavó el rostro y se lo secó, se miraba al espejo mientras pensaba qué haría ese día, para él todos los días eran cotidianos, lo mismo, la misma rutina que en algún momento lo iba a volver loco pero siempre trataba de verlo lo bueno y más que ahora tiene un invitado en la sala descansando, le dá curiosidad si al haberlo recibido en casa vaya a cambiar algo en su vida, bueno algo sí cambió y es que ya no se sentía tan solo en aquella casa que esta apartado de todo, no hay casas al lado, personas, solo un lindo bosque pero a la vez tenebroso en la noches más oscuras.
-Buenos días-decía Perú pasando al lado de Argentina que estaba acostado en la sala -Levántate de una vez, hoy tenemos cosas que hacer Arge-
-Noo- decía aún con sueño
-Oye vamos, tenemos que buscarte tu casa, además tengo otras cosas que hacer-
-Nisiquiera paso un día y ya no me quieres aquí
-Ahg, no es así, solamente quiero que te pares, este día va a hacer ocupado, además tu fuiste quien dijo eso y propuso el trato
-Ah, verdad
-Bueno, no importa eso solamente quiero verte cambiado cuando vuelva, voy a salir a conseguir algunas cosas
-¿te acompaño?-proponía el argentino
-No es necesario, solo será un rato
La llamita salió de su casa al amanecer, con la brisa fresca acariciando su pelaje. Se dirigía al bosque con la intención de recoger algunos frutos para preparar un postre y, de paso, buscar hierbas frescas para hacer té. El día parecía perfecto. El sol brillaba con fuerza entre las copas de los árboles, y las avecillas cantaban melodías que llenaban el aire de vida.
Mientras caminaba por el bosque, su bolsa de tela ya empezaba a llenarse de frutas silvestres. Todo parecía tranquilo, hasta que un crujido en un arbusto cercano lo hizo detenerse en seco.
—¿Quién anda ahí? —preguntó, con la voz temblorosa, intentando mantener la calma.
El ruido en los arbustos aumentó, como si algo grande estuviera moviéndose entre las sombras.
—¡Que salga de una maldita vez! No estoy para bromas... —El miedo comenzaba a apoderarse de él. Su corazón latía con fuerza.
De repente, una voz grave y burlona resonó desde el arbusto:
—Vaya, vaya... Primera vez que escucho a un herbívoro hablar con tanta determinación.
La llama sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—No puede ser...
—Oh, claro que sí puede ser —dijo la figura oculta, dejando ver sus brillantes ojos desde la penumbra—. ¿Quién lo imaginaría? Pensé que mi almuerzo sería un ciervo hoy, pero parece que una llamita se cruzó en mi camino. ¡Qué delicia!
La criatura salió lentamente del arbusto. Era un lobo, sus dientes afilados brillaban a la luz del sol. Pero antes de que pudiera acercarse más, otra sombra se movió entre los árboles.
—¡Oye! —gruñó un nuevo depredador—. ¡Yo lo vi primero!
El lobo giró su cabeza, molesto, y bufó:
—¿Tú otra vez? Ya te comiste unos ciervos hace un par de días, déjame a este para mí.
Un tigre emergió de entre las ramas, caminando con elegancia pero con una mirada hambrienta que hacía que la sangre de la llama se congelara.
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🥀~Nuestro secreto~🌿
AcakEn un mundo donde la sociedad se divide en carnívoros y herbívoros hace que haya odio, por eso no se puede tener una relación con parte del otro mando por que sería una deshonra hasta tu destierro por traicionar. Pero eso no hará que el amor de 2 p...