Interrupciones

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Cuando la noche llegó, como de costumbre, Tijuana se adentró en la habitación del cachanilla, acurrucándose a su lado mientras veía una serie. Mexicali sonrió un poco, pasando su brazo por los hombros de su amado, mirándolo de reojo, dejando un beso en su cabeza.

Tijuana: Oye... ¿Hoy podemos? -la mano del tijuanense se fue arrastrando a la parte baja de Mexicali.

Mexicali: Claro, solo si estás de acuerdo con que hoy te toca -murmura en su oído, mordiendo suavemente, bajando a besar su cuello, tocando él también.-

Tijuana: no sé si estoy de acuerdo con eso último... -responde con un puchero, besando sus labios.

El momento se iba calentando, con besos, toques por aquí, y por allá; risas y palabras cargadas de afecto. La ropa también comenzó a esparcirse, dejando a ambos completamente desnudos, disfrutando de su momento.

Los Mochis: Tijuana, ¿qué haces?, esta no es tú... -las palabras del sinaloense quedaron al aire al ver la escena frente a sus ojos. Tijuana montando a Mexicali.- ¡Oh por...!

Mexicali: ¿Te importa? Estamos en algo importante -molesto, cubrió a Tijuana, que se había ocultado en su hombro, avergonzado por la posición en que los agarraron- por favor...

Los Mochis: ¿él te está montando? Pensé que eras el pasivo, Mexicali -murmuro, acercándose, sentándose en la orilla de la cama, matando el momento de ambos.

Mexicali: ¿Tijuana activo? No me hagas reír -respondió entre risas, abrazando a Tijuana, ya con el asunto más que muerto y acabado.-

Tijuana: somos versátiles, ¿sí? No tiene nada de malo, es perfectamente normal que existamos los versátiles -su tono de voz salió ligeramente alto, mirando a Los Mochis con molestia, dejando ver su rostro rojo de vergüenza e ira- ¿alguna molestia? No me importa, al único que le debo explicaciones es a él... ya ni papá me juzga, ¡carajo!

Cubrió su rostro con sus manos, volviendo a abrazar a Mexicali para intentar calmarse. El cachanilla suspiro, acariciando el cabello de su pareja, dándole una mirada al sinaloense.

Mexicali: ¿Te importa? Es mi habitación, quiero privacidad, queremos privacidad -le grito, haciendo que el chico saliera corriendo de la habitación, azotando la puerta detrás de él. Al estar solos, suspiro, recargándose en el hombro de Tijuana- Ugh... la próxima vez que ellos vengan, hay que ir a un motel, mejor...

Tijuana: sí, creo que eso... estás en lo correcto -suspiro, sentándose a su lado, evitando verlo por la vergüenza que sentía.

Cityhumans ~ Baja California (México)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora