Capítulo 10: "El Último Duelo"

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George, tras haber rechazado unirse a los vigilantes, se dirige a un pequeño pueblo donde se rumorea que un grupo de criminales ha tomado el control. Sin embargo, al llegar, es emboscado y capturado por los hombres del líder, quien resulta ser uno de los antiguos miembros del grupo de vigilantes que George había rechazado. Lo atan y lo llevan a una cabaña abandonada en las afueras del pueblo, dejándolo bajo vigilancia mientras preparan su ejecución al amanecer.

Mientras tanto, Sofía Eddison, quien había estado siguiendo a George desde la distancia, descubre su captura. Sin perder tiempo, se infiltra en el campamento de los criminales con la astucia y sigilo que la caracterizan. Observa que hay varios barriles de pólvora y TNT apilados en una esquina de la cabaña. Esperando el momento oportuno, Sofía derriba a los guardias con una precisión calculada y se acerca a George para liberarlo.

—Sabía que me debías una —le dice George con una sonrisa cansada, mientras ella corta sus ataduras.

—Guárdatelo, necesito que estés listo para lo que viene —responde Sofía, su mirada fija en los barriles. Al darse cuenta del plan, George asiente.

Sofía dispara a los barriles, y en cuestión de segundos, una explosión sacude el campamento. La cabaña estalla en llamas, y el caos se desata entre los criminales. Sofía y George aprovechan la confusión para escapar, pero no sin antes enfrentarse a varios enemigos en su camino.

Una vez fuera del alcance del fuego, el líder de los criminales aparece, furioso y decidido a acabar con George de una vez por todas. Sofía se enfrenta a los secuaces restantes, dejando a George y al líder cara a cara. La tensión entre ambos es palpable.

—¿Creías que podrías escapar de mí? —grita el líder, desenfundando su pistola.

—Nunca intenté escapar —responde George, con una calma que desconcierta a su oponente—. Siempre supe que te enfrentaría de nuevo.

La pelea que sigue es intensa, con ambos hombres disparando y esquivando con velocidad y precisión. George utiliza todo lo que ha aprendido bajo la tutela de Jonny Mutwing, sus movimientos son calculados y certeros. El líder, por su parte, lucha con todo su poder, intentando usar su fuerza para superar la destreza de George.

La batalla culmina cuando George, en un instante de perfecta sincronización, dispara una bala que desarma al líder, enviando su arma volando al aire. Sin perder un segundo, George desenfunda su segunda pistola y apunta directamente al líder, demostrando por qué lo llaman "Ojos de Águila".

—Esto es por Jonny —susurra George antes de disparar el tiro final, poniendo fin al enfrentamiento.

Con el enemigo vencido y el campamento de criminales destruido, George se reúne con Sofía, ambos sabiendo que su misión en este pueblo ha terminado. Los habitantes del lugar los miran con admiración y gratitud, pero George y Sofía saben que su camino aún no ha concluido.

—¿Qué sigue? —pregunta Sofía, montando su caballo.

—Hay muchos más pueblos que necesitan ayuda —responde George, subiendo a su caballo junto a ella—. ¿Estás lista?

Sofía sonríe, asintiendo con la cabeza. Juntos, cabalgan hacia el horizonte, dejando atrás un rastro de justicia y esperanza en un mundo donde ambos saben que aún queda mucho por hacer.

George y Sofía cabalgan juntos a lo largo del sendero que se adentra en el crepúsculo. El cielo se tiñe de tonos anaranjados y morados, reflejando el fin de un día lleno de desafíos y el inicio de una nueva etapa en sus vidas. A medida que avanzan, el terreno se vuelve más montañoso y salvaje, señal de que están dejando atrás las tierras conocidas para adentrarse en regiones menos exploradas.

Mientras recorren el camino, Sofía rompe el silencio con una pregunta que lleva tiempo en su mente.

—¿Alguna vez has considerado lo que harás una vez que hayamos ayudado a todos los pueblos? —pregunta Sofía, mirando a George con curiosidad.

George piensa por un momento antes de responder.

—Siempre he creído que la verdadera satisfacción viene de hacer lo correcto, sin importar lo que venga después. No sé exactamente qué me depara el futuro, pero mientras pueda seguir ayudando a las personas, eso es lo que importa.

Sofía asiente, entendiendo la perspectiva de George. Ella también ha encontrado consuelo en su misión, y las experiencias compartidas con él han reforzado su determinación.

—Creo que eso es lo que nos mantiene en movimiento, George. A pesar de todo lo que hemos pasado, tenemos un propósito, y eso nos da fuerza para seguir adelante —dice Sofía, su voz llena de resolución.

La noche cae lentamente, y deciden acampar cerca de un río que fluye suavemente. Mientras preparan su campamento, el crepitar del fuego y el murmullo del agua crean una atmósfera de calma y tranquilidad. Ambos se sientan alrededor de la hoguera, disfrutando de una comida simple pero reconfortante.

George mira a Sofía, notando que está pensativa. Sin forzar la conversación, decide compartir una anécdota sobre sus primeros días como tirador.

—Recuerdo cuando empecé, la cantidad de errores que cometí era abrumadora. Casi siempre fallaba en mis disparos y me costaba mucho apuntar con precisión. Pero cada error me enseñaba algo nuevo, me hacía más fuerte. No fue fácil, pero cada pequeño logro me acercaba a mi meta.

Sofía lo escucha atentamente, sonriendo ante la imagen de un joven George enfrentándose a sus desafíos con determinación.

—Eso es lo que me gusta de ti, George. No solo tienes habilidades increíbles, sino que también sabes lo que significa luchar por lo que crees, incluso cuando las cosas son difíciles.

George se siente agradecido por el apoyo y la amistad de Sofía. La conversación se desvía hacia historias más ligeras y anécdotas personales, creando un vínculo más fuerte entre ellos. La noche avanza y, con el fuego parpadeando en el oscuro silencio, ambos se sienten en paz con sus decisiones y el futuro que les espera.

Al amanecer, se despiden del lugar donde acamparon y se preparan para continuar su viaje. Mientras cabalgan juntos hacia un nuevo destino, el paisaje cambia, revelando vastas llanuras y montañas distantes. El horizonte promete nuevas oportunidades y desafíos.

A lo lejos, en la pequeña aldea a la que se acercan, la gente ha comenzado a murmurar sobre la llegada de dos forasteros con un pasado lleno de historias. George y Sofía se preparan para enfrentar los nuevos problemas que les deparará este pueblo, con la certeza de que, mientras permanezcan juntos, podrán superar cualquier obstáculo que se les presente.

Así, el viaje de George y Sofía continúa, uniendo sus fuerzas y determinación en su misión de ayudar a aquellos que más lo necesitan, con la esperanza de hacer del mundo un lugar mejor, un pueblo a la vez.

El Camino de Ojos de ÁguilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora