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La vida de un pasante del M16 no era ni de cerca tan glamurosa
como Edgar había imaginado que sería: Por un lado, las sedes (sedes
reales, no el edificio del SIS en Vauxhall que el público conocía) le
asustaba, había cámaras por doquier, el edificio entero era inteligente
y había vigilancia electrónica incluso en el lavabo, llevándole un poco
de tiempo acostumbrarse; afortunadamente, aunque él tenía que compartir su habitación en el centro de entrenamiento con otro
pasante, la habitación no tenía cámaras de seguridad, lo cual les
proporcionaba una privacidad moderada, aunque tampoco era como si Edgar viera demasiado su habitación, entrenaba dieciséis horas al día, y a veces mucho más que eso.
Hasta ese momento, su entrenamiento incluía ejercicio físico, armas y equipamiento, ordenadores y sistemas electrónicos, lenguajes
extranjeros y por supuesto, combate. Al menos su entrenamiento
físico daba sus frutos: Sus brazos empezaban a lucir malditamente
bien, y si se hubiese mirado en el espejo, Edgar hubiese podido ver
algo parecido a un six-pack, o al menos un four-pack; sin embargo,
tampoco es que pudiese usar su nuevo cuerpo fibroso para ligar con
chicos, de hecho no, quedaba tan cansado después de las sesiones
de entrenamiento que simplemente se arrojaba de cara en la cama y
dormía como un muerto. Edgar no recordaba la última vez que había dormido tan plácidamente desde que... tal vez no desde que su madre
muriese.

Era incapaz de recordar mucho sobre ella; a veces le parecía
recordar un cálido abrazo y una suave voz cantando una canción de
cuna, pero esos recuerdos eran nublados, como un sueño,
desconociendo si eran reales o no. Era tan malditamente injusto que
no pudiese recordar mucho de su madre, pero sí pudiese recordar
perfectamente bien la cara de desprecio de su tío, y cada palabra
cargada de odio que le decía: Pequeño maricón inútil, tu madre debió
haberte abortado cuando tuvo la oportunidad; no eres nada más que
una carga, un parásito… Tras sufrir en sus carnes durante dos años la
ira de su tío, inducida por el alcohol, Edgar huyó, pero esas palabras
permanecían con él, jurándose a sí mismo que nunca más sería una
carga para nadie.

Considerándolo todo, Edgar podía considerarse suertudo; pudo haber
sido peor, mucho peor. Su tío nunca lo lastimó físicamente, nunca lo
obligó a dormir a la intemperie en el invierno; aunque, y dicho lo
anterior, estar bajo la “protección” de Griff tampoco había sido mucho
mejor.

Comparando su antigua vida con la vida como pasante del M16, esta
última era sencilla y agradable; ni siquiera le importaba que pareciese
ser el único enrolado en ese programa de adiestramiento tan intenso.

—Estoy tan celosa de ti —le dijo Collete, otra pasante a dos semanas de empezar el entrenamiento mientras Edgar tomaba un descanso para
almorzar. —Pregunté por ahí, y la aceleración del programa de
entrenamiento es para casos especiales, eso significa que pronto
tendrás una misión real —Edgar asintió.

Tenía el presentimiento de que había sido reclutado con una misión
específica en mente; sentía mucha curiosidad por ello, aunque también se sentía un poco nervioso. Pero antes de que pudiese decir
algo, se dio cuenta de que la atención de Collete estaba en otra parte.

—Ese agente especial está mirándonos —susurró Colette emocionada.

Edgar siguió su mirada, quedando paralizado cuando vio al Agente 11;
no había vuelto a coincidir con él desde que lo entregase a las
instalaciones de entrenamiento hacía varias semanas.

El Agente 11 seguía tan odiosamente atractivo como lo recordaba;
sus hombros y brazos lucían injustamente bien en el traje que vestía, y el contraste entre su camisa blanca y su cuello bronceado era... Edgar apartó su mirada de él y se dijo severamente que dejase de comer con la mirada a hombres heterosexuales; durante las semanas anteriores,
había escuchado lo suficiente sobre el Agente 11 como para saber
que el tipo era tan heterosexual como se podía. Aparentemente, el
Agente 11 no era tímido al usar su cuerpo si la misión lo requería y
había seducido a incontables mujeres (si los rumores eran ciertos).

Shameless °Fangxedgar°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora