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Edgar bostezó y enterró el rostro más profundo dentro de su almohada… Aquella se movió.

—Levántate y brilla, dormilón.

—Edgar abrió los ojos, descubriéndose a sí mismo mirando dentro de la oscura mirada de Fang, con sus rostros a pulgadas de distancia.

—¿Has dormido bien? —consultó Fang sonando su voz espesa y con
estupor.

Edgar estaba dividido entre golpearlo y empujarlo sobre su espalda
para lamerlo de la cabeza a los pies; nadie debía tener autorización
para ser tan jodidamente atractivo y tener tan sexy voz.

—Dormí como un bebé —murmuró Edgar, reprimiendo ambas tentaciones —tu brazo es muy cómodo.

—Me alegra saber que al menos uno de los dos se sintiese cómodo —dijo Fang, crispándose sus labios —Siento mi brazo entumecido desde hace horas —sonrojándose, Edgar movió su cabeza hasta el pecho de Fang.

—¿Mejor? —Fang rió.

—Me gustas, Edy —Edgar sonrió contra la piel caliente de Fang y le besó en el pecho.

—También me gustas —y de verdad lo hacía, un poco demasiado para
su agrado; no era sólo atracción física, a sus años, se había sentido
atraído por muchas personas, pero se sentía bien con Fang. Cómodo, con una sensación hormigueante y cálida en su interior, como si nada malo pudiese pasar —Es obligatorio levantarse? —murmuró acariciando con su nariz el pecho de Fang, quien tenía fantásticos pectorales, pero, para la consternación de Edgar, esa no era la razón por la que no quería moverse —Acaricia mi cabello —Fang bufó.

—Mandón —dijo antes de hacer lo que le pidió.

Edgar tarareó contento mientras los dedos de Fang empezaron a
pasearse a través de su cabello; joder, se estaba volviendo un poco
adicto a esas manos. Trató de no imaginarse cuán buenas se sentirían
esas manos sobre su cuerpo; pero no tenía sentido preguntarse sobre
algo que nunca iba a suceder.

—Tenemos que levantarnos —dijo Fang después de unos cuantos
minutos de cómodo silencio —estoy hambriento, y probablemente tú
también; estás en pleno crecimiento, deberíamos ir al restaurante a
buscar a Draco.

Edgar suspiró, sabía que Fang tenía razón, no podían pasarse todo
el día en la cama, sin importar cuan tentadora fuese la perspectiva.

—Ok —respondió apartándose de Fang a regañadientes y tratando
de mentalizarse.

Tenían un trabajo que hacer, sin mencionar que probablemente era
una buena idea poner algo de distancia entre ellos, se estaba
sintiendo demasiado cómodo con Fang; como alguien que había sido independiente toda su vida, este… Apego rápidamente formado
estaba empezando a ponerlo de los nervios, si no era cuidadoso, podía encontrarse en un problema; necesitaba recordar que sólo era
un novato que Fang (Agente 11) tenía que cuidar en la misión, nada más, y mientras más pronto terminasen el trabajo, mejor.

°

Emz le dirigió a Edgar una discreta seña de aprobación con sus
pulgares cuando él y Fang tomaron asiento en el restaurante; ella
estaba en compañía de un hombre de edad madura con cabello encanecido quien se manejaba como si fuese el dueño del mundo; tenía un rostro atractivo, duro y rugoso, pero lucía como si pudiese ser más su padre que su amante, sin embargo Emz parecía feliz, así que Edgar imaginó que su sugar daddy tampoco estaría tan mal.

Edgar miró a su propia compañía y contuvo un suspiro, el sugar daddy
de Emz no tenía nada que ver con el suyo: Fang se veía fantásticamente bien en su traje oscuro, con su camisa azul medio desabotonada, revelando una piel medianamente bronceada contra la que Edgar quería frotar su rostro; con total seguridad estaba mirándolo fijamente de nuevo, afortunadamente, Fang parecía no notarlo, pues sus ojos recorrían el restaurante aparentemente sin prisas.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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