4

50 9 0
                                    

La planta administrativa era intimidantemente tranquila, un rígido
contraste al centro de entrenamiento, el cual siempre era ruidoso y
lleno de gente; Edgar normalmente no tenía la autorización para estar
en esa planta, pero Rosa, la secretaria en jefe, le había informado
que por la duración de esa misión, él tendría la autorización necesaria,
a pesar de lo cual, Edgar aún se sentía como un impostor, dolorosamente consciente de cuán joven e inexperimentado era en
comparación de todos los demás en la sala de instrucciones. Se encontró a sí mismo moviéndose más cerca del Agente 11, la única persona que conocía.

—Tomen asiento —dijo la mujer sentada en la silla principal de la mesa.

Edgar se ubicó al lado del Agente 11, en el lado opuesto al hombre de
edad madura con gafas.

—Edgar —dijo la mujer, forzándolo a mirarla, algo que había estado
evitando desde que entrase en la sala, pues la mirada penetrante de
la mujer lo inquietaba un poco —sé que sigues siendo un pasante y
tienes un largo camino que recorrer hasta completar tu entrenamiento,
pero desafortunadamente, no tenemos agentes disponibles que
encajen en los criterios para esta misión, por lo que no tenemos otra
opción más que enviar a un pasante. Confío en que harás bien el
trabajo; si lo haces, tu entrenamiento será acelerado y serás el Agente
Landon en menos de dos meses.

—Lola —intervino el hombre con gafas —no creo que...

Una dura mirada de la mujer —Lola— silenció al hombre; Edgar
sabía que su nombre probablemente no era Lola, era bien sabido
que nadie excepto un selecto grupo de altos mandos en el gobierno sabían el nombre real de la Jefa. Dentro del Servicio Secreto, Lola era simplemente conocida como "C"; era la figura fantasma detrás de
la Jefatura del SIS que el público en general conocía, que no era más
que un señuelo. A veces todo ese sigilo era demasiado exagerado
para Edgar antes de recordar que había una buena razón para serlo:
Ellos lidiaban con terroristas regularmente.

—Buster, por favor, perfila los parámetros de la misión —exhortó
Lola al hombre con gafas; mirando a Edgar, ella añadió —Buster
Mason es el jefe de nuestro departamento de inteligencia —Edgar asintió agradecido, un poco sorprendido por cuán buena y considerada era Lola.

Miró al Agente 11 y encontró que los labios de éste estaban fruncidos
en una sonrisa sardónica, raro. La gran pantalla en la pared se activó
y Edgar miró la foto de un hombre pelirrojo de edad madura; Buster
Mason aclaró su garganta y prosiguió:

—Este es Draco, tiene cuarenta y tres años, es un jefe criminal
polaco; su organización es parte de un círculo criminal al oriente de Europa. Draco es de nuestro particular interés porque es responsable del abastecimiento de armas a otros miembros del círculo —los labios de Mason se fruncieron— Si nuestra inteligencia está en lo correcto, él ha empezado, recientemente, a vender armas nucleares a varios gobiernos europeos —Edgar se revolvió en su asiento, mirando al Agente 11, pero su rostro era inescrutable, probablemente él ya sabía todo eso; Buster acomodó sus gafas y continuó —Tenemos razones
para creer que Draco tiene una fábrica nuclear subterránea en un
país tercermundista, pero no tenemos pruebas, ya que hasta ahora
hemos fallado en localizarlas. Localizar la fábrica es uno de los
principales objetivos de la misión; el otro es conocer qué países han
comprado armas nucleares de Draco. El problema es, que el sujeto es extremadamente cuidadoso y paranoico; no hay llamadas
telefónicas ni emails concernientes a armas nucleares que podamos
rastrear; no hay ninguna referencia de ellas en sus ordenadores (al
menos aquellos que están conectados a internet ) y nuestros mejores
hackers fueron incapaces de encontrar cualquier cosa de uso. Pero nuestro topo ha sido capaz de saber que Draco mantiene su
información más vulnerable en un USB que siempre lleva consigo,
necesitamos esa memoria, y luego necesitamos devolverla a la
posesión de Draco sin que él se dé cuenta. Es por eso que
necesitamos a un ladrón excepcional para esta misión, Landon —Edgar
frunció el ceño.

Shameless °Fangxedgar°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora