《⛪️》La boda de papi

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Wooyoung siempre creyó que cuando fuese mayor y ya hubiese terminado sus estudios, encontraría a alguien con quien ser feliz, casarse y quererse hasta la eternidad.

Independientemente si era una mujer o un hombre. Creyó muy mal.

Con ese triste pensamiento, alisa su saco rosa frente al espejo de su habitación. Suspira, volteándose para verse mejor. La camisa blanca está abierta unos cuantos botones abajo, para darle un estilo más relajado.

-¿Listo? El taxi ya llegó- Wooyoung asiente con media sonrisa, volviendo su vista al espejo, solo para confirmar que todo estaba bien.

-Woo, sabes que si no quieres ir no tienes porque.

-Estoy bien, Sangie. Esto puede ayudarme a... ¿superarlo? A entender que no hay vuelta atrás y que lo nuestro ya tuvo un fin.

El rubio sonríe triste, viendo su primo intentando ser fuerte. Le hace una seña con la cabeza, indicándole que ahora si, debían irse.

Cuando bajan, Ling está sonriéndoles, halagando lo apuestos y elegantes que se ven.

Besa las mejillas de ambos y ellos le devuelven el gesto, prometiendo que no volverán muy tarde.

-¡Buena suerte, chicos! ¡No olviden traerme el centro de mesa! -la madre del rubio grita antes de que el taxi arranque por completo.

El trayecto a la Iglesia fue largo por el tráfico. Wooyoung no quiere entrar y ver a San casándose.

Quiere irse, no quiere aceptar la realidad.

Toma aire antes de sentarse en una de las bancas fuera del lugar. Yeosang lo sigue, poniendo una mano en su rodilla.

-Podemos irnos cuando tú quieras. Siempre estamos bien vestidos, no sé, podríamos ir a comer pizza

-Estoy bien, Yeosang. Quiero hacer esto.

-¿Quieres fumar un poco?

Wooyoung niega con la cabeza ,mirando al pelinegro con ojos cristalinos sacar una cajetilla del interior de su saco.

Un auto negro, elegante se estaciona en la entrada. Es el auto de San, el baja del asiento del copiloto, seguido de sus amigos-padrinos. Mingi y Jongho. Los tres tiene el rostro serio y ceños fruncidos.

-Buenas tardes -dice San, pasando cerca de ellos sin siquiera voltear a ver.

Yeosang solo asiente como saludo, está muy ocupado expulsando humo de su boca como para hablar, y Wooyoung baja la mirada, apenado.

-¿Crees que.... crees que aún me quiera? Digo, parece que...

-Tranquilo, Woo. Seguro lo hace, ha pasado poco menos de tres semanas. No dejas de querer a alguien en ese tiempo. ¿Lo has hecho tú?

-No, no. Para nada, lo quiero igual que siempre.-

Yeosang mueve su cabeza de arriba a abajo. —Él también lo hace.

Una pequeña sonrisa atraviesa los labios de Wooyoung. Se para, arreglando las arrugas de su ropa, decidido a entrar, con el pensamiento de que San aún lo quiere. Su primo tira el cigarro y lo pisa para apagarlo.

Al entrar, buscan un asiento cerca de alguna ventana o ventilador. Se sientan y Wooyoung no puede apartar la mirada de San.

Está de espaldas, hablando con su madre. Es una mujer no muy alta, tiene el cabello largo, sujeto a una coleta. Su vestido es simple, pero lo que más llama la atención del Rubio es su expresión.

Luce aflijida, con una sonrisa rota y lágrimas sin soltar en los ojos, mientras acaricia el rostro del Castaño éste solo niega. Por último, besa su mejilla y comienza a caminar lejos de él.

Todo por papi      |    Woosan    |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora