Siempre ha sido catalogado como el gemelo malo, el gemelo rebelde y... ¿por qué evitar decirlo? El gemelo "puto" por tantas libertades que ha tenido en el instituto.
A diferencia de Sunoo, Seonwoo su gemelo era y es amado por todos por ser un "ángel...
—Puede ser que recién haya desarrollado la alergia a las margaritas.—contesto nervioso.
Que se lo crea, por favor, por favor.
—Puede ser.—deja una leve caricia en mi mano.—Siento mucho que por mi culpa fueras a parar al hospital.—se disculpa, totalmente apenado.
—Tu no lo sabías. No es tu culpa, amor.—lo tranquilizo.
Asintió, quedándose aliviado, pero sus ojos de pronto me observan con duda.—¿Desde cuando eres amigo de Jay?—interroga Sunghoon.
—Ahora lo somos.—respondo cortante entrando de nuevo en mi papel de alejarlo de mi hasta que llegue Seonwoo.
Él cual, según me contó Jungwon, se fue de viaje con uno de mis ex amantes. Está desaparecido el muy desgraciado.
—He tomado unas pequeñas vacaciones. Estaré contigo y el niño.—contó Sunghoon, acercándose más a mi.
¡Genial!
Lo quiero alejar de mi para no sufrir más por él y ahora estara más en casa. Sin duda, es el karma para mi lo que está pasando.
—¡Qué bien!—me encojo de hombros.
El rostro de Sunghoon se deforma en una mueca y sus ojos empiezan a brillar de tristeza. Me dio lástima verlo de esa manera, es lo mismo que Seonwoo hace, dañando la vida de Sunghoon con mi sola presencia.
Lo siento Sunghoon.
—Ire a descansar a la habitación. Cuida al niño.—dije entregándole al pequeño Sungyong.
Ingreso a la habítacion y me lanzo bruscamente a la cama donde me pongo a pensar, lo hago tanto que un leve dolor de cabeza empieza a afectarme. Tomo el celular para mensajearme con Jungwon, y este me sea de ayuda en estos momentos.
Necesito conversar con alguien y él es mi mejor opción.
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Dejo el celular a un lado y miro a Sunghoon.
—Seonwoo, hablemos.
—Dime.—me cruzo de brazos.
Sunghoon se acerca a un extremo de la cama para sentarse cerca de mi. Me toma de las manos y deja un beso en cada una.
Lindo.
—¿Qué tienes en contra de mi?—pregunta con tono cariñoso y preocupado a la vez.
Sonrio y niego con la cabeza.
Estoy siendo un bipolar de mierda.
—Nada amor.—también dejo besos en sus manos.—Solo fueron cosas mías de las que no quiero hablar, pero te prometo que volveré a comportarme contigo como iniciamos tras mi llegada del viaje.—me acerco a su rostro para besarlo, se sorprende pero me corresponde al instante estrechandome en sus brazos.
