Dos días habían pasado desde la ejecución del hombre, nada cambio, solo sabían que había un criminal menos, no era una sorpresa que cada que los carruajes salían junto con un carruaje de prisioneros era para ejecutar a un criminal, simplemente no sabían qué criminal era.
Alejandro y Antonio se encontraban cargando unas cajas de frutas que habían llegado de cosechadores externos, pueblos de afuera, en la entrada del pueblo para subirlos a otras carretillas y llevarlas al mercado. Alejandro seguía pensando en lo que le dijo su madre, en su futuro, Antonio notaba raro a Alejandro, pues aunque era alguien callado y serio, esta vez se veía en una especie de trance, algo raro en él, y con razón, estaba más despistado, pero Alejandro no podía dejar de sentir el nuevo sentimiento de vacío que había adoptado.
-Ale, oye, Ale... ¿Qué tienes carnal?- Preguntó Antonio preocupado y confundido. -Te he tratado de hacer reír durante todo el día, solo te he sacado tres sonrisas y dos risas.
-Perdón, güey... Ando pensando en otras cosas.- Contesto Alejandro con un tono desanimado.
Antonio se detuvo por un momento y vio, preocupado, a Alejandro.
-Dime ¿Qué pasa?- Pregunto Antonio.
-Nada, son... cosas de mi cabeza.- Respondió Alejandro en el mismo tono.
-¿Es lo de Eva?
-No... sí, no lo sé, me regaño mi mamá por llegar tarde y saco el tema de lo que haré en el futuro, y ni siquiera yo sé qué haré, no quiero quedarme en ese lugar, quiero estar mínimo en la zona media.- Contesto Alejandro con un tono leve de desesperación.
Antonio lo vio por unos segundos mientras analizaba todo lo que Alejandro le dijo.
-Pues... no sé, hermano, estamos en esto, de esto podremos vivir por un tiempo.- Dijo Antonio confundido sin saber qué decir realmente mientras volvía a cargar algunas cajas.
-Sí, por un tiempo, pero no nos sacara de la pobreza, mi mamá tiene razón, no me ayudara mucho, menos si me pagan irregularmente.
-Pues entonces ¿Qué es lo que quieres realmente? ¿Cuál es tu plan para llegar a la vida que quieres?
-No lo sé, ese es el problema, no lo sé, estuve pensando toda la noche, irme con mi padre me llevará al mínimo de una vida media, capaz ni eso, no tiene mucho para pagarme, ir a trabajar en la taberna con mi hermana tampoco ayudará mucho, ella lleva casi dos años ahí y no tiene mucho.- Dijo Alejandro aún desesperado. -Sin decir que mientras busco casa tendré que pagar renta, el único plan que me favorecería hasta cierto punto es volverme caballero.
Antonio, seguía cargando cajas junto a Alejandro mientras Antonio analizaba todo, no quería quedarse callado aun si no sabía qué decirle a su amigo.
-Dices que quieres salir y recorrer lugares, vuélvete mercader externo, vas a viajar, no te dejaré solo, te acompañaré.
-No quiero dejar a mi mamá, ese es el punto, quiero conseguir una vida medianamente bien para ayudarla a ella, aparte, tú quieres ser rey, no lo conseguirás como mercader externo.
-Ese es tu problema, piensas mucho en los demás, está bien, eres noble, Ale, pero ¿Qué es lo que quieres realmente? Si quieres eso, el ayudar a tu madre, pues vuélvete caballero, inténtalo, y segundo, puedo volverme rey si creo otro pueblo.- Dijo Antonio tratando de tranquilizar a Alejandro.
-No creo poder, es un entrenamiento demasiado duro... Y no podrías crear un reino tú solo.
-Por eso te tengo a ti.
Alejandro se detuvo por un momento, confundido, volteo a ver a Antonio con unos ojos de preocupación, Antonio lo vio por unos segundos notando la confusión de Alejandro.
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Destinos
Science FictionEsta historia se desarrolla en un mundo debastado por una guerra nuclear entre las potencias mundiales, un mundo el cual se levanto y volvio a la epoca medieval con la diferencia de tener una pizca de tecnologia. La magia volvio a nacer y hacerle re...