Bienvenidos a una colección de one shots que te llevará al mundo de los streamers y trapers, donde la música, la pasión y el drama se entrelazan en historias inesperadas. Desde los beats pegajosos de Bizarrap hasta las rimas de Lit Killah, pasando p...
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El salón estaba repleto. Gente charlando, flashes de cámaras y ese típico ruido de los eventos importantes. Después de años de esfuerzo, exámenes, y peleas con profesores, por fin estaban en la graduación. T/n y Lit Killah, o Mauro como lo llamaban algunos cercanos, estaban entre la multitud. Aunque, a decir verdad, nunca habían sido cercanos. Más bien todo lo contrario.
Durante toda la carrera, habían sido rivales en casi todo. Siempre compitiendo por las mejores notas, criticando el trabajo del otro y, en general, evitando cruzarse más de lo necesario. Las peleas eran inevitables en los trabajos grupales, y cuando por casualidad coincidían en algún proyecto, se desataba el caos.
"Che, no podés hacer eso, T/n." Mauro le decía con ese tono prepotente cada vez que ella proponía una idea.
"Ah, ¿y por qué no? No sos el jefe acá," respondía ella, siempre lista para el enfrentamiento.
Y así se la habían pasado. Hasta ese día. El día de la graduación.
Estaban todos reunidos en el salón principal de la universidad, esperando que comience la ceremonia. T/n estaba con sus amigas, nerviosa y aliviada al mismo tiempo. De alguna manera, no podía creer que finalmente había llegado el día. Todo parecía perfecto, excepto por una cosa.
-Lo único que me arruinó la carrera fue tener que soportarlo a monzon -dijo, con un tono sarcástico mientras miraba de reojo a Mauro, quien estaba rodeado de su propio grupo de amigos.
Una de sus amigas, Martina, se rió.
-Ay, dale, T/n... ya está, ya terminó. Después de hoy no lo tenés que ver nunca más.
-Menos mal. -Suspiró ella.- Lo bueno de terminar la uni es que ya no voy a tener que soportarlo.
Las risas entre amigas se interrumpieron cuando el director de la carrera pidió silencio para empezar la ceremonia. Las filas de graduados se acomodaron, y el murmullo del salón se desvaneció poco a poco.
El discurso inicial fue largo, como siempre. Los agradecimientos a los profesores, las felicitaciones a los estudiantes y las clásicas frases motivacionales que a nadie le importan tanto como el momento en que finalmente reciben sus diplomas. Y todo eso mientras T/n, de vez en cuando, lanzaba alguna mirada de fastidio hacia Mauro. Aún en ese momento, no podía dejar de pensar en todas las veces que él le había hecho la vida imposible.
Después de la ceremonia, cuando todos empezaron a levantarse y a sacarse fotos, ella intentó evitarlo, como siempre. Pero, por algún motivo, el destino tenía otros planes.
Se encontró cara a cara con Mauro cuando ambos intentaban salir del salón al mismo tiempo. La multitud los empujó hasta que quedaron a unos centímetros de distancia.
-Ah, qué casualidad -dijo él, con esa sonrisa socarrona que siempre la ponía de mal humor.
-¿Casualidad? Lo único bueno de esto es que después de hoy no te voy a ver nunca más -respondió ella, cruzándose de brazos y mirándolo fijamente.
