♡I Like It ♥︎

𝟎𝟐⃢

Listo, ya estábamos donde quería. Su cercanía con mi cuerpo era peligrosa, tenía una mano apoyada en la pared por encima de mi cabeza, además de permanecer inclinado hacia adelante.

–Te vi bailando –mencionó y le respondí con una sonrisa forzada que parecía más una mueca. Que vergüenza, seguro que también vio cuando me caí. Él comenzó a jugar con un mechón de micabello. Lo enrrollaba en su dedo índice y yo seguía la acción con la vista.

–Mmh... ¿que era lo que me ibas a decir? –pregunté para liberar tensión. Me sentía acorralada.

–Lo olvidé, es que me perdí en tus ojos –quería reírme, ese coqueteo barato no funcionaba conmigo.

–Que mal, ¿no? –me crucé de brazos y miré hacia a otro lugar desinteresada.

–Ah, justo lo recordé –dijo y volví a concentrarme en su rostro.

En este punto, su respiración chocaba con la mía, sabía que en cualquier momento acortaría la distancia que nos separaba por escasos centímetros.

–¿Qué es entonces? –cuestioné, luego lo que suponía sucedió.

El unió sus labios con lo míos en un casto y fugaz beso. Creo que comencé a temblar después de eso, eran tan poco pero suficiente para causar una revoltijo de mariposas en mi estómago. ¿El mismísimo Chan me acababa de besar o el refresco ese que me dio tenía drogas alucinógenas?

–¿Tienes espacio en la boca para una lengua más?

–¿Cómo? –¿pero que dice este hombre? Ahora sí que morí con tal petición indecente.

–Bueno... hay que averiguarlo –¿qué mierda, Jinha?, ni siquiera me reconozco cuando hablo, ¿dónde quedó mi timidez? Es el efecto Christopher Bang.

Sonrió y de una capturó mi boca. Me agarré de su brazos mientras trataba de seguirle el ritmo. Él colocó su mano en mi mejilla y la otra en mi espalda. No era una experta besando, y por eso temía arruinar el beso si lo hacía demasiado torpe. Pero todo fluyó como el agua, su lengua jugaba con la mía y era de las mejores sensaciones que hasta la fecha había podido experimentar.

Me separé tiempo despúes. El pelinegro parecía no tener pensado detenerse y ya estaba necesitando tomar aire. No imaginaba que al voltear a la derecha Hyunjin estaría allí, observándonos, para luego irse a paso veloz claramente enojado. Lo entiendo, pero no era mi intención hacerlo sentir mal. En eso Chan toma mi barbilla obligándome a mirarlo nuevamente.

–Tengo que regresar al escenario ahora. No te me escapes, volveré para seguir con lo nuestro.

–Está bien –dije completamente hiptonizada. Me besó de nuevo y se fue dejándome en aquella esquina, atontada y a punto de desfallecer.

–¡Jinhaaaaaa! –Felix llegó corriendo, parecía un loco–. ¡Despierta! –aplaudió en mi cara y volví a la realidad–. Hoy sales de aquí siendo la novia de Bang Chan, ¡lo vi todo!

El resto de la noche fue más que memorable, hizo lo que prometió y continuamos besándonos a su antojo. Más tarde me sacó a bailar y no se separó de mí hasta que tuve que irme. Me acompañó a la salida y allí nos despedimos con un último beso.

–Nos vemos mañana –dijo y yo asentí.

Mordiéndome las uñas lo seguí con la mirada hasta pederlo una vez que entró al club. ¿En serio todo lo que pasó fue real? El pecoso a mi lado no paraba de zarandeárme sosteniéndome por el brazo, estaba más contento que yo.

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Pegar ojo no resultó ser nada fácil, ¿cómo podría dormir tranquilamente después de lo sucedido? No esperaba ni lo más mínimo por parte de Chan, mucho menos la besuqueada que me dio. Quizás yo le interese tanto como él a mi, ¿o por qué me besó estando sobrio y conciente de lo que hacía? En fin, ya tengo que abandonar la cama y alistarme.

Mis padres estaban en la mesa  desayunando, debían de irse a tabajar temprano. Me senté con ellos y les di los buenos días. Seguro que todavía siguen enojados por lo de ayer. No se de que otra forma explicarle que soy lo suficientemente mayor para llegar a la una de la mañana a casa. Les dije que sabía cuidarme, además, Felix vino conmigo, pero aún así continuaron reprochándome por la hora.

Terminé de darle el último trago a mi jugo de naranja y me marché con la mochila al hombro. Tenía curiosidad sobre lo que me esperaba hoy. Que bueno que llegué a tiempo para tomar el autobús y este me dejó practicamente en las puertas de la universidad.

–¡Cuenta! –Hannah se cruzó en mi camino, no se de dónde carajos salió, pero me había provocado un jumpscare típico de las películas y videojuegos de terror.

–¿Que quieres que te diga?, seguro Felix ya te informó sobre todo lo que necesitas saber –la ignoré y continué caminando.

–Chica, deja de ser tan amargada –me dio un tirón y quedé junto a ella –¿Él se te confesó o algo parecido? –suspiré cansada y respondí.

–No, y déjame en paz.

Logré escaparme de Hannah con éxito, por ahora. Me metí al baño de mujeres y saqué el labial que tenía guardado para retocarme frente al espejo. No suelo hacer esto, de hecho, es la primera vez que cargo con maquillaje. Recién comencé a preocuparme por como lucía delante de Christopher, quiero darle una bonita imagen de mí.

–¡Malditas ojeras!, debo cubrirlas –hice todo lo posible para que no se notaran y terminé hechándome un kilo de polvo en la cara. Ni siquiera se maquillarme pero le estoy poniendo toda la creatividad del mundo.

–¡Ahí está, atrápala! –escuché gritar a la pelinegra luego de salir del baño. Felix vino hacia mí y me apresó. Lo hizo abrazándome por detrás y apretando mi cuerpo fuertemente.

–¿Qué es esto?, ¿una emboscada?, suéltame –fue inutil luchar con el rubio, así que tuve que obedecer e ir con ambos a la cafetería. –¡Me tienen harta!, ya paren por favor.

–Jinha –me giré en la dirección de aquella voz conocida que había pronunciado mi nombre.

–Hola –sonreí, olvidándome de la presencia de los otros dos.

–¿Quieres salir este sábado? –preguntó. Ok, es una cita, ¡es una cita!

–¡Claro!, me encantaría.

–Bien, luego nos ponemos en contacto. Adiós preciosa.

Eres demasiado para mí, Christopher Bang...