Capitulo 11

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Lena Luthor empezaba a creer que había sido muy mala idea mudarse a National City. Desde que vivía en esa ciudad, los ataques hacia su persona eran como su desayuno diario. Aunque tampoco se quejaba; el mudarse a esa ciudad tuvo buenas consecuencias, como conocer a Kara, expandir L-Corp, y empezar de "nuevo" con la empresa de su familia, dirigiéndose hacia un nuevo rumbo.

Pero empezaba a ser cansado. De por sí tenía mucho trabajo dirigiendo dos empresas solo para que vinieran estos delincuentes a querer matarla. Aunque no se quejaba, con Supergirl salvándola en cada ocasión, empezaba a considerar ponerse en peligro más seguido.

Sacudió la cabeza, borrando esos pensamientos. En serio estaba mal; acababa de ser atacada y lo único en lo que pensaba era en lo bien que se sentían los brazos de Supergirl a su alrededor.

"Señorita Luthor, ¿está bien?" preguntó la chica de acero, y Lena volvió a la realidad. Supergirl se había deshecho con bastante facilidad de los tipos (probablemente enviados por alguien de su mismo apellido, pero ya era costumbre; ¿su hermano y madre no podían conseguir delincuentes más competentes? ¿Acaso solo los idiotas se volvían sus secuaces? Preguntas sin respuesta) y ahora miraba con preocupación a Lena.

Lena amaba la forma en que Supergirl la miraba; solo había otra persona además de ella que la miraba de esa forma, como una persona normal. No como la hermana de un loco asesino que intentó matar a Superman, no como miembro de una familia de maníacos que odian a los alienígenas, solo la miraba como ella, como si solo fuera Lena.

"Sí, estoy bien. Siempre llegas a tiempo," sonrió, y Supergirl solo pudo reír.

"Bueno, me gustaría que esto no se volviera costumbre, pero parece ser inevitable," sonrió. "Aunque parece ser que ellos no tienen imaginación. No es que me queje, ya que es más sencillo salvarte," le guiñó un ojo.

Era la primera vez que tomaban algo más de confianza más allá de un simple saludo y un gracias, así que estaba nerviosa sin saber cómo proceder. Pero, como toda una Luthor, no dio una señal de eso en su postura.

"Me alegra saber que es algo fácil. No me gustaría que fuera más complicado, pero concuerdo en que es cada día más estúpido," aceptó con un suspiro de resignación, y Supergirl se rió.

"Bueno, parece que los i-tontos son los que se vuelven malos," dijo con una sonrisa, y Lena sonrió.

"Bueno, eso es cierto. Por cierto, no debes omitir las palabras altisonantes. Soy una adulta."

"Perdón, es la costumbre," respondió con una pequeña mueca. "Tengo un niño en casa y nunca decimos malas palabras frente a él."

Ambas quedaron en silencio después de eso, pero por diferentes razones. Lena adquirió una mueca confundida. '¿Acaso es el año en que las rubias de ojos azules tienen hijos? ¿O es mi imaginación?' pensó confundida.

Mientras tanto, Supergirl se daba golpes mentales por dar información de más. Si tenía suerte, Lena no sospecharía nada.

"Curioso, una amiga mía también tiene un niño," mencionó Lena.

"El que yo tengo es un sobrino. Soy gran amiga de su madre, así que..." Se encogió de hombros.

"Bueno, es interesante saber eso," dijo Lena con una pequeña sonrisa.

Supergirl rió y se separó de Lena; llevaban ya un buen rato muy juntas y no se había dado cuenta.

"Por mucho que me encantara quedarme a charlar contigo, debo irme. Espero que nuestro próximo encuentro no sea tan peligroso," bromeó, y Lena se permitió una risa.

"Yo también."

Supergirl salió rápidamente del edificio y voló directo a la casa de Mon-El. Lena se quedó mirando la ventana por la que salió la chica de acero y soltó un gran suspiro.

"En serio, ¿estoy empezando a tener sentimientos hacia la Super?" Imposible; a ella le gustaba otra persona, y no te pueden gustar dos personas. Mejor volvía al trabajo; sería mucho más fácil que esto.

Mientras tanto, en casa de Mon-El...

"¡¿Qué?!"

"Te lo digo en serio," se rió Mon-El, y Kara frunció el ceño.

"No es posible que me haya perdido las primeras palabras de mi hijo. No es posible," se quejó.

"Bueno, probablemente lo que hiciste fue lo que hizo que empezara a hablar," sugirió, y Kara siguió con el ceño fruncido.

Se giró hacia Cameron, que estaba en brazos de Mon-El y extendía sus manos para que ella lo tomara.

"Ven acá," lo abrazó y le dio un toque en la nariz. "¿Por qué hablas cuando no estoy? ¿Es que no me tienes confianza?"

"... ¿Estás hablando de problemas de confianza con un niño de meses de edad?"

"Cállate, que tú te identificas con él," señaló Kara.

"Touche."

Hola Super Papá, digo mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora