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Al dejar pasar a Hebe, pensé que iría directo con algún tema relacionado a mi matrimonio. Pero no fue así, ella fue porque estaba preocupada por Ares. Fue en ese momento que me percate de su ausencia en mi casa.

Ella me pidió que lo buscará porque hace días lo notaba algo nervioso. Tal vez ella no sabía sobre las tonterías que iba a hacer pero, yo al ya saberlas no pude evitar mostrarle una cara de fastidio.

-Hermano... Tal vez te estoy pidiendo mucho, pero... ¿No entiendo porque cambiaron tanto? Ares y tu eran muy cercanos

En eso, ella tenía razón. Yo adoraba a mi hermano menor pero después de que nuestra madre nos pusiera en contra, y por supuesto, que él la obedeciera, todo cambio.
-Hebe... Yo... Bueno... -intente pensar una excusa para no preocuparla, pero ella no era tonta.

Me interrumpío tomando mi mano y de inmediato, me mostró una mirada de preocupación.
-Los amo mucho a los dos, y créanme que intenté acercarlos, pero... pero... Ya no sé que más hacer para que se lleven bien

No pude evitar abrazarla, ella era muy noble y jamás comprendería que nuestra madre era la causante de todas nuestras penas. Incluso ella tenía problemas con Heracles por el maldito odio de nuestra madre hacia él.
-No te sientas mal hermanita. Te juro que intentaré llevar mi vida tranquila con Ares

-¿En serio? -me dijo algo sorprendida.

Tuve que darle una mentira piadosa para que no se.preocupara más.
-Si, él está bien, yo sé dónde está. Lo que pasa es que está un poco mal por qué tiene problemas con Afrodita

-¿Qué? ¿Ellos van a terminar?

-No se con exactitud, pero él está bien. De hecho, vino a buscarme

-¿En serio? ¿En serio Ares hizo eso?

-Si, así que tranquila

Ella me abrazo más fuerte y de inmediato me pidió algo extraño.
-¡Bueno! ¿Por cierto, estás ocupado?

-No, estoy libre

-¿Me acompañas?, quiero ver a Atenea

Por un momento lo dude, pues siendo honesto no quería ver a nadie, pero verla con ojitos de súplica me hizo soltar un largo suspiro y terminé aceptando.

No tardamos mucho en salir de mi isla. Y cuando lo hicimos, fue en un caballo metálico que fabrique. Ella era una mujer muy noble y tierna, por lo que, adoraba que hiciera eso. Y no me importo que me viera muy ridiculo y más con el traje que Mente me había entregado en el Inframundo.

Al llegar a nuestro destino, el primero en lanzarse a abrazarme fue Asclepio.
-Hefesto, Hefesto ¡Es un milagro que vienes! Soy muy feliz de verte, mi viejo amigo

Ya sabía que iba a decir eso y no porque lo hiciera de maldad, por el contrario ese chico era igual que mi hermana, muy noble y demasiado despistado.
-Hola -me limite a responderle.

De inmediato se unieron Alfeo y Eros. Quienes me abrazaron de los brazos.
-Esto es un suceso histórico, debe de ser documentado -dijo Eros al sacar su celular para comenzar a grabar.

-Pero lo más increíble es verte vestido tan "galan". ¿Con quién vas a a salir? -me pregunto Alfeo con esa sonrisa extraña.

Por eso mismo no quería ir, sabía que esos tres iban a comenzar a enfadarme con sus preguntas incómodas.

Gracias a Hades, fui salvado por Atenea, Medusa (la sacerdotisa de Atenea) y Mégara (la sacerdotisa de Hebe).
-Dejen a Hefesto -les grito Atenea. Inmediatamente fue a regañarlos.

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⏰ Última actualización: Sep 10 ⏰

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