~ Te mintió.

84 9 0
                                    

Días de primavera

~ Que tonto eres, mocoso... es obvio que ese hechicero te esta mintiendo.

Entre risas, aquella maldición rompía el silencio al interior de su conciencia, logrando que Itadori se congelara en cuestión de segundos frente a la puerta de su habitación.

— Cállate, no quiero oír tus tonterías.— respondió con un tono molesto, tratando de ignorar lo que acababa de escuchar.

Su relación era pésima con la maldición, a pesar de pasar todo el tiempo juntos. Yūji siempre evitaba relacionarse con él, ignorando los malos comentarios que le hacía cada vez que estaba con Satoru.

Odiaba totalmente el hecho de hablar con un asesin0, es por ello que fingía no darse cuenta.
Y esta no sería la excepción, hasta que Sukuna habló de nuevo.

~ ¿No tienes curiosidad de saber por qué dije eso?

Insistió, mostrándose divertido con la escena.

— No me interesa.— dijo, dando media vuelta para volver a la cama, no obstante, el peli rosa mayor nuevamente lo detuvo.

~ Su energía maldita estaba muy perturbada y él dijo que iría a una misión lejana y peligrosa, pero la verdad es que no ha salido de la barrera de la escuela.

A diferencia de Yūji, quien era un inexperto en la manipulación y percepción de energía, Sukuna podía percibirla con mucha facilidad, incluso si no tenía el control del cuerpo ajeno.

No le mentía y ya que buscaba divertirse un rato, haría que el menor descubriera su verdadero plan.

— Eso no es verdad.— frunció el ceño.— Sólo estas mintiendo para molestarme.— decía, manteniendo la confianza en Satoru.

— Esta bien, no creas en mi palabra... compruébalo tú mismo.— no se detenía.— Pregúntale al hechicero que esta allá afuera.— soltó, antes de que los golpes sobre la puerta se escucharan al otro lado.

Provocando que Yūji sintiera un escalofrío en la espalda, ya sabía quien era, sin embargo, la precisión de Sukuna al percibir su energía acercándose le asustaba un poco.

Lo que causó un sentimiento de duda en su interior.

— Yūji-kun, soy Okkotsu... ¿Podrías abrirme?— pidió, ya que Satoru le había pedido no quitarle los ojos de encima en ningún momento.

— Por favor, pasa.— ofreció la entrada una vez que se apresuró a abrir.

~ Vamos, hazlo, mocoso... pregúntale...- en el fondo seguía insistiendo.

— Disculpa la intromisión.— dijo una vez que dio el primer paso al interior.

— Toma asiento, Okkotsu-senpai.— ya tenía un lugar disponible.

— Claro, gracias.— aunque se sentía un poco tímido por las amenazas que Gojō le hizo sobre coquetear con Yūji, el peli negro obedeció para no ser descortés. Guardando unos segundos de silencio mientras veía a Itadori sentarse en la cama frente a él.

— Disculpa, senpai.— no quería confiar en la palabra de Sukuna, sin embargo, al concentrarse un poco en las enseñanzas que Nanami le había hecho al entrenar con él, logró darse cuenta de que tenía razón.

Satoru seguía en la escuela... lo cual no sería raro, ya que tenía pocos minutos de haberse, pero, parecía no moverse del mismo sitió, algo que le preocupaba.

— ¿Qué ocurre?— le miró atento, esperando sus siguientes palabras.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?— desvío la vista.

— Claro.— sonrió con nerviosismo.

Realmente no tenían mucho de que hablar, ya que aún no se conocían lo suficiente.

— Satoru-san...— dudo una última vez.— ¿En verdad fue a una misión?— soltó sin más.

Causando una sensación de escalofríos en el mayor, no sabía que excusa darle.

En el interior de su alma, Sukuna se reía a carcajadas por ver que Yūta se incomodaba aún más.


~ Rody. ☬

Días de primavera [GoYuu] [UA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora