Parte 1

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"Tu madre tuvo un accidente, ¡ven lo antes posible!"

Eso fue lo que me dijo mi padre apenas un par de meses después de que Aysel se fuese de viaje a su tan esperada "Luna de miel".

Desde un principio él quiso asegurarse de que el acuerdo de arrendamiento estuviese claro. No pagamos realmente, en realidad vivimos gratis en su casa, sólo debemos hacernos responsables de los gastos comunes y en caso de romperse algo, debemos repararlo.

Antes de que se fuera nos juntamos en el edificio, él se reunió con ambos, yo acababa de llegar a la ciudad oficialmente, así que también traje algunas de mis cosas mientras su cuñado no había traído nada.

En ese momento Aysel nos pedía que no peleáramos, sugiriendo que nos llevemos bien, aunque obviamente no podía desaprovechar mi oportunidad al hacer comentarios que sugerían un tipo de preferencias hacia Jessi.

A mí no me importaba realmente ser o no dueño del lugar, aunque sí utilicé mis mejores dotes de actuación para victimizarme frente a mi amigo, riendo por la fácil que es hacerlo sentir culpable.

—Veo que el tiempo que llevamos conociéndonos no significa nada para ti, pero no importa, estoy acostumbrado a las traiciones— decía a la vez que trataba de mantener mis ganas de reír.

—No se trata de eso, simplemente no deseo que se creen malos entendidos, quiero ser parcial con todo esto— me decía mientras yo evitaba sus ojos.

—De igual manera, ¿por qué te quejas? Sólo eres un amiguito más, mientras que yo soy su familia, obviamente me prefiere a mí— discutía su cuñado.

—Los dos están a la par— le intentó asegurar.

—¿O sea que realmente me vas a comparar con un completo extraño? Lo acabas de conocer hace un par de meses, no puedo creer que compares nuestra cercanía con la mierda que tienes con este— decía mientras miraba de forma despectiva a su cuñado.

—Ya basta, no sigan— pedía con angustia.

—Como sea, supongo que mi habitación será la misma de siempre, ¿verdad? —pregunté.

—Claro que no, he descubierto que es la más grande, ¡no es justo que tú la tengas!

—Todas son casi iguales— trató de restarle importancia Aysel.

—Ese "casi" es lo que marca la diferencia—se quejaba su cuñado.

—Tú decides, Aysel, ¿Quién se queda con la habitación? ¿Este idiota descerebrado al que apenas conoces, o yo, tu mejor amigo?

Aysel me miró, antes de mirar a Jessi, regresando sus ojos a mí nuevamente. Podía notar en sus ojos el estrés y agobio por todo esto, así que tras abrir y cerrar la boca un rato sin saber qué decir, optó por chillar un: ¡No me prestaré para esta inmadurez!

No pude evitar reír mientras se alejaba, sabiendo que había logrado incomodarlo con la situación, lo que lo obligaba a huir antes de que lo obligáramos a decir algo que él no deseaba.

—Quita esa sonrisa de idiota, Aysel está casado con mi hermano ahora— se quejó Jessi.

Yo lo miré, mi sonrisa casi de modo automático se borró al mirarlo, viendo aquellos ojos desafiantes que me irritaban.

Soy consciente de que los hermanitos piensan que mi modo de mirar a Aysel es con segundas intenciones, como si quisiera ganarme su cariño y atención. En esa parte no están erróneos, aunque no busco la misma atención que ellos podrían esperar, simplemente siento que Aysel y yo somos muy compatibles, pero como amigos.

Tú y yo JAMÁS |Boys LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora