CAPITULO 4

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4

Jake cumplió su palabra al decir que Sylvaine no se separaría de él en ningún momento, su primogénita lo acompañaba a todos los lugares que él necesitará visitar y Jake hacia lo mismo con ella. Justo ahora, la joven Na'vi se encontraba en el árbol de las voces mientras su padre y un pequeño grupo de guerreros custodiaban los alrededores, lo suficientemente lejos para darle privacidad y lo suficientemente cerca para protegerla en caso de percibir algún peligro.

El pueblo Omaticaya amaba a la chica y la bendición de Eywa sobre ella al enviar una atokirina justo el día de su presentación, había logrado despertar un sentimiento de protección en todo el clan.

Ella era especial.

Los Omaticaya sabían que Sylvaine haría grandes cosas por ellos cuando finalmente tomará su lugar como líder del clan, pero Sylvaine últimamente tenía dudas sobre aquella responsabilidad, comenzaba a sentir lejano el poder liderar a su pueblo, sentía que por algún motivo le estaban arrebatando su futuro de las manos y por ello había decidido visitar el árbol de las almas.

El vínculo la llevo al mismo lugar de su sueño, el agua cristalina de la orilla se fugaba entre los dedos de sus pies, le gustó la sensación. Sylvaine comenzó a recorrer el lugar con lentitud quizás era curiosidad pero estaba segura que era importante conocerlo, en ese lugar habían varios Na'vis parecidos a la Tsahik que vio la noche anterior, sabia que eran los Metkayina, aunque le parecía extraño que nadie la viera, como si estuviera en el lugar pero a la vez fuera una simple ilusión.

Siguió caminando hasta que llegó a la orilla de un muelle donde pudo ver a un joven Na'vi que llamó su atención, era alto, con un físico bastante llamativo y muy atractivo a parecer de ella, el chico estaba terminando de atar unas redes que intuyó eran de pesca.

Comenzó a preguntarse si el chico era un guerrero, un cazador o quizás un artesano, sus pensamientos se interrumpieron cuando sintió una presencia a su lado, al mirar, la Tsahik de los Metkayina, Ronal, la analizaba con intriga.

Sylvaine retrocedió sorprendida, alguien podía verla y comenzó a formular muchas preguntas: ¿En realidad estaba en una visión de Eywa? ¿Qué tan poderoso era el mensaje que quería darle si permitía que otra Tsahik compartiera la visión?

Para saciar su duda, la joven realizó aquel saludo de respeto tan apreciado entre ellos.

─¿Puede verme? ─Se atrevió a preguntar cuando Ronal correspondió el saludo. Ante su asentimiento volvió a preguntar─ ¿Cómo es posible que pueda verme?

─ Eywa trabaja de formas misteriosas, pero aún falta tiempo para que comprendas.

Sus palabras la confundieron.

─ ¿Comprender qué?

─ La respuesta a tus dudas ─Sylvaine se sorprendió, sus orejas se alzaron con sorpresa─. Vuelve a tu hogar. Regresarás cuando sea el momento.

El vínculo se detuvo en ese momento, al abrir sus ojos se quedó un rato observando la conexión de su trenza con el árbol.

─ Gran madre ─Comenzó a susurrar─ ¿Qué es lo que buscas? ¿Qué necesitaz que comprenda? ─Había ligeros susurros en el aire que llegaban hasta sus oídos─ Gran madre, no te exijo respuestas... Solo dame una señal ¿Por qué siento esto? ¿Por qué me muestras ese clan?

Sylvaine había aprendido desde muy pequeña a interpretar la voluntad de Eywa y escuchar a las voces que habitan el árbol, todas repetían lo mismo: pey. Una y otra vez, todas las voces le pedían esperar.

Rendida de no recibir más respuestas, Sylvaine retiró su trenza de las raíces.

─ ¿Pudiste hablar con Eywa?

Su padre preguntó al verla llegar a su lado.

─ No, solo me pide esperar.

─ ¿Esperar?

Ella asintió.

─ Es la primera vez que no logro comprender mis sueños ni sus llamados.

Sylvaine miraba a su padre mientras ambos caminaban de regreso a sus Ikrans.

─ ¿Has tenido más sueños extraños?

─ Algunos, pero no entiendo porque me muestra todo eso.

Jake se quedó en silencio unos segundos recordando la primera vez que habló hacía Eywa, cuando le pidió ayuda para salvar a su ahora clan.

─ Te dijo algo, antes no pensaba que fuera posible que una deidad como Eywa pudiera controlar todo este planeta ─Sylvaine lo miró intrigada─. Tu madre me regañaba constantemente por eso, mi cerebro humano no lo comprendía. No le digas a Lo'ak, pero cuando llegué a Pandora era igual de testarudo como lo es él ahora ─Amboa rieron─. Tu madre trató de explicarme todo sobre su mundo, nuestro mundo y un día, cuando Quaritch amenazaba al clan tuve un pensamiento.

─ ¿Qué pensamiento?

─ Hablar con Eywa ─Padre e hija se detuvieron junto a sus ikrans─. Le pedí que me ayudará a mantener seguro al clan, le dije que me quedaría a luchar como uno más.

─ ¿Qué sucedió en ese momento?

─ Se escuchaban pequeñas voces hablando al rededor mío, pero no sentí nada, pensé que no había funcionado. Tu madre también lo creyó.

─ Al final si funcionó ─Sylvaine sonrió en grande─, o no estaríamos teniendo esta conversación.

─ Los dos nos sorprendimos mucho cuando recibimos la respuesta de Eywa. Todavía recuerdo las palabras de tu madre. "Eywa te escuchó" ─repitió las palabras con nostalgia─. Así que, lo que sea que hayas hablado con Eywa, ten paciencia, hija ─Jake ya estaba montando sobre su Ikran─. Ella puede ser muy paciente, pero yo no, así que date prisa y vamos.

Sylvaine emprendió vuelo en Aka'rant siguiendo de cerca a su padre, se sentía en calma luego de hablar con Eywa y con su padre.

Si los tenía a ellos, su familia, y a su pueblo, todo estaría bien...










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AUTHOR'S NOTE

Les dejo un capítulo corto antes de empezar con el drama de la historia.

SEIJAKU | Aounung x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora