1. Los primeros vuelos

19 1 0
                                    

o 1532

Libertad, un concepto maravillo donde un ser ejerce su voluntad a decisión propia.
Un sueño inalcanzable para unos, una realidad para otros.
Un mito. Una ley. Un deseo. Una farsa.
Tal vez una palabra que expresa una idea contradictoria con la realidad.
¿Existe?

El veterano maestro Owen Wardheart señaló al mapa de papel pegado en la pared —Así, se fundó y surgió nuestro Reino después de haber sido destruido.

Amelia sintió un escalofrío, más que por la explicación, era por prestar detallada atención a la cicatriz de Owen. La explicación ya la había escuchado un par de veces, pero la cicatriz del hombre seguía llamándole la atención. La marca, bajaba desde su frente hasta su boca, en vertical, pasando por el medio de su ceja derecha.
E

l escalofrío se desvaneció y rió por dentro cuando notó la curva de su panza.

—Nuestro reino tiene 1532 años desde su fundación por el Rey Leo Breathdragon, cuya familia ha reinado durante Veintiún generaciones —concluyó el viejo maestro, asintiendo.

Amelia miró hacia la puerta «Por favor, que ya termine mi sufrimiento» pensó, ansiosa.

Owen frunció el seño —Amelia ¿me estás poniendo atención? —la molestia disminuyó cuando recordó la fecha—. Te he notado muy distraída esta semana.

Amelia observó el aspecto de Owen «¿Jóven viejo? No creo» pensó.

"Joven viejo" Era como el mismo Owen se autonombraba cuando alguien hacía referencia a su edad.
Amelia creía que auto nombrarse así le hacía sentir menos mayor al veterano guerrero.

El maestro se había encargado de enseñarle casi todo lo que la chica sabía del mundo.

Owen arqueó las cejas canosas, preocupado. Cada vez que se trataba de Amelia se preocupaba, fuese cual fuese el tema.

La chica simuló una media sonrisa, súper falsa —Estoy bien.

—Entonces repite lo último que acabo de explicarte —pidió Owen.

«¿Es más viejo de lo que admite?» se preguntó Amelia, mirando su cabello plagado de canas.

En ocasiones Owen era muy pesado, casi un fastidio para la chica, sobre todo cuando le enseñaba algo.

«Juro que un día voy a tirar de su abundante barba canosa» se prometió la jóven, tal cual lo había hecho un par de veces.
—Owen ¿me recuerdas cómo fue que te hicieron la citatriz del ojo? —Trató de distraerle.

Owen refunfuñó y dijo el nombre de la jóven en voz alta —Amelia Breathdragon.

La princesa ganaba tiempo, pensando en la respuesta. Por fortuna ese último dato era prácticamente cultura general. Lo poco que recordaba haber escuchado, sirvió para recrear lo que le habían explicado.

Las clases del viejo Owen solían ser repetitivas, y últimamente parecían habérsele acabado los temas que enseñarle a la jóven.

A regañadientes, haciendo una deplorable imitación del jóven viejo, Amelia respondió —"El reino tiene 1532 años desde su fundación por el primer Rey que fue Leo Breathdragon" —puso los ojos en blanco, fastidiada. Sin embargo, sintió algo de culpa.

La familia del jóven viejo había cuidado de la familia Breathdragon desde la fundación del Reino.

Owen suspiró y encogió de hombros —¿Quieres que terminemos por hoy, Amelia? —preguntó, entendiendo que ese día no iba a poder tener la atención de la princesa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Breathsdragons/Aliento de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora