࣪𓏲ּ ⌗ 𝗨𝗠𝗣𝗟 ˑ ִ ֶ | Max nunca necesito la ayuda de nadie para cuidar y criar a su hija Lily, sin embargo la ausencia de una madre en su vida era notoria, y no fue hasta que la niña empieza a buscarle una novia a su papá que eso se volvió un...
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Hace 6 años Montecarlo, Mónaco.
—¿Y te irás así nada más? —grite furioso viendo cómo Kelly empacaba todas sus cosas en una maleta, pero no tan alto para no despertar a la bebe de tan solo un año durmiendo en la habitación de al lado.
No podía creer que esto estuviera pasando. Todo iba tan bien que lo que había pasado hace menos de media hora era tan surrealista a mi persona, tan ajeno. No asimilaba que mi novia, la mujer que amaba y a la que pensaba proponerle matrimonio se estuviera yendo luego de descubrirla siendome infiel.
—Si, me iré. Esto ya no puede seguir. —Espeto cerrando la maleta. —Vendré a buscar el resto la próxima semana cuando no estés.
Agarro sus cosas y abrió la puerta saliendo de la habitación conmigo detrás siguiéndole el paso.
—¿Y que pasará con Lily? ¿Piensas desaparecer de su vida como si nada?
—No la quiero. —Dijo seria conectando su mirada con la mia por unos segundos.
Fruncí el ceño con total enojo. Podía perdonarle cualquier cosa, el que me haya sido infiel o que se fuera ahora ¿Pero que dijera que no quería a nuestra hija? Eso no se lo iba a permitir nunca.
Lily lo era todo para mí desde el momento que me enteré de ella y cuando la sostuve por primera vez entre mis brazos, supe que no había persona que amara más que ella. Era mi princesa, mi pequeña, mi todo. Y si su madre se quería ir que se fuera. Si no la quería eso me importaba poco, yo la amaba con todo lo que soy y era todo lo que necesitaba.
—Entonces vete. —ordene firme apretando mi puño con fuerza. —Pero no vuelvas. Si cruzas esa puerta y sales de nuestra vida, no quiero que siquiera pienses en volver.
Kelly no dijo nada, solo cerro la puerta con fuerza, haciendo que el ruido retumbara contra mis oídos aturdiendome. Solté un largo suspiro para tirarme en el sillón. Quería llorar, pero el nudo que se había formado en mi garganta y el pensamiento de que debía ser fuerte por mi hija no me lo permitieron.
Se cuan difícil era criar a un hijo, había leído cientos de libros antes de que Lily naciera, quería estar preparado para todo, y creí estarlo hasta ahora. Con Kelly a mi lado sentía que podía contra todo, pero ella ya no estaba, y tenía que superar eso. Podía arreglarme solo, o tal vez con algo de ayuda de mi mamá.
El llanto de Lily me hizo levantarme casi al instante para caminar a su habitación. La alcé entre mis brazos para que se calmara mientras me fijaba si tenía sucio el pañal, pero no tenia nada, por lo que supuse que era hambre.
—Iremos a prepararte un poco de leche, mi niña. —le susurré con cariño para bajar a la cocina.
La pequeña reposo su cabeza en mi hombro, estirando su manito para jugar con el cabello que alcanzaba a tocar, haciendo que me muriera de la ternura.
