CAPÍTULO 3

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HANNA SMITH

No sé dónde estoy exactamente, solo se que aquel hombre me cargo y me trajo hasta esta cabaña en la que estoy actualmente, el frío es horrible, antes de entrar se encargo de quitarme las chamarras y sudaderas que traía puestas para el frío, solo me dejó con una playera de manga larga que es todo lo que me cubre de la parte superior.

Me encerró en una habitación y hasta el momento no lo he escuchado, he estado planeando como huir...pero el frío insoportable en mi sistema no me permite pensar con claridad.

—Vamos Hanna, tu puedes. — Trato de darme ánimos para levantarme y buscar una salida, pero no puedo, todas mis extremidades están entumidas por el frío.

Trato de nuevo de levantarme del suelo, pero escucho ruido fuera de la habitación, es él.

Sus pasos son pesados y fuertes, lo escucho acercarse hasta aquí.

Abre la puerta dejándome verlo, esta parado en el marco de la puerta con solo un pantalón de mezclilla y desnudo del torso.

Maldición, ¿cómo puede tolerar el frío?

—Estas temblando...—

Por primera vez lo escucho hablar, su voz es grave y ronca que incluso da miedo.

No respondo por miedo, solo me hago bolita tratando de protegerme por si me quiere hacer algo.

—Te traje ropa para que puedas cubrirte del frío.

Levanto la mirada ante sus palabras para encontrarlo frente a mi con la mano extendida ofreciéndome lo que parece ser ropa suya, pero que luce realmente cálida. No quiero aceptarla, pero el temblor en mi cuerpo me hace aceptar, con cuidado estiro mi brazo izquierdo para tomar las prendas y justo cuando las puedo sentir en mis manos el hombre las aleja rápidamente.

—Pero las prendas tienen un costo, preciosa.

Me mira con una expresión burlona.

—No pienso da-darte nada. — Tartamudeo antes sus palabras por el frío y miedo que me provoca.

—Tu cuerpo temblando de frío me dice otra cosa, así que tu decides.

Lo veo darse media vuelta dispuesto a irse, pero no aguanto el maldito frío.

—Esta bi-bien... ¿qué tengo que hacer? 

—Tienes que dejarme inspeccionar tu pequeño cuerpo.

¿Qué? ¿A qué se refiere con "inspeccionar"?

—¿inspeccionar mi cuerpo?

El hombre se da vuelta hacia a mi al escuchar mi duda.

—Cuando lo haga sabrás a que me refiero, así que decide.

Lo pienso unos momentos, pero de nuevo el frío en mi cuerpo me hace tomar la decisión.

—A-acepto.

Se forma una sonrisa en su rostro después de mis palabras, espero no arrepentirme.

—Bien, hagámoslo como se debe.

Se acerca a mi hasta tomar mi altura y me levanta con el de nuevo en brazos.

Como puede ser esto posible...

Cuando me sostiene me pega a su pecho y siento la calidez de su cuerpo, por inercia me pego más a su pecho buscando el calor que tanto necesita mi cuerpo, no puedo creer que él estando semidesnudo pueda estar cálido y yo con penas unas prendas estoy más fría que un hielo.

Camina conmigo hasta lo que parece ser un baño, me deja en la bañera para proceder a buscar en los cajones del tocador del baño, lo veo sacar lo que parece ser artículos de aseo personal. No digo nada solo lo observo.

Se acerca de nuevo a mi con todos los artículos en sus manos y los deja aun lado de la bañera.

—Antes de poder revisar tu lindo y pequeño cuerpo tomaras una ducha.

Lo veo acercarse más a mi hasta tomar la blusa que me queda.

—¡NO!

Me aparto bruscamente de su agarre al ver sus intenciones de despojarme de mu blusa.

Sus facciones se endurecen ante mis acciones. Mierda, no quiero que me lastime. Se acerca aún más a mí hasta tomarme bruscamente de mi cabello.

—Escúchame bien Hanna, aquí se hace lo que yo digo, tu estas aquí para OBEDECER.

El dolor en mi cabeza es jodidamente fuerte, las lagrimas amenazan con salir si sigue lastimándome.

—Por favor, suéltame...

Trato de zafarme, pero no logro nada solo que ejerza más fuerza en su agarre. Después de unos segundos más me suelta.

—Quítate la ropa.

No, no, no, no.

—Yo...puedo ducharme sola...

Lo veo alejarse de mi ante mis palabras, por favor que no me haga nada.

—Tienes 10 minutos.

Es lo ultimo que dice para por fin salir del baño dejándome sola.

Cómo puedo me ducho y tomo la toalla que esta en el perchero para cubrir mi cuerpo, me mentalizo unos segundos antes de salir del baño y enfrentar a ese hombre. Cuando estoy a punto de abrir la puerta esta se abre por fuera dejándome verlo.

—Apresúrate.

Me toma del brazo con fuerza lastimándome, me guía hasta la cama donde me deja bruscamente.

—Bien...comencemos linda. 

 

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