CAPÍTULO 4

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HANNA SMITH

Maldigo el momento en el que acepte su trato sobre la ropa que se supone iba a darme para el frío. Me encuentro desnuda, él se encargo de quitarme la bata de baño que era lo único que cubría mi cuerpo y ahora mismo se encuentra observándome mientras yo me encuentro en posición fetal en la cama tratando de tapar mi desnudez.

—Vas a hacer lo que te digo si no quieres que lo haga por las malas y sea peor para ti.

Lo veo tomar un pequeño banco y tomar asiento frente a la cama.

—Recuéstate y abre tus piernas.

Niego con la cabeza ante sus palabras.

—No quieres que me ponga agresivo ¿o sí?

No, no puedo hacerlo. No quiero.

—¡Maldita sea!

Se acerca a mi jalando bruscamente mis piernas haciendo que termine recostada en la cama con el sujetando fuertemente mis piernas.

—Bien, veamos.

—¡ah!

Suelto un grito de dolor antes la agresividad con la que separa mis piernas dejando expuesta mi vagina.

Esto es horrible, lo veo acercarse más a mi hasta que siento el cálido tacto de sus dedos tocándome.

—No, no, déjame, por favor.

Me remuevo esperando que me suelte, pero no lo logró, solo ejerce más fuerza en su agarre lastimándome más.

Sigue tocándome y observando, esto es humillante, después de un rato lo escucho maldecir y cerrar bruscamente mis piernas lastimándome más.

—¡¿QUIÉN FUE!?

Las lagrimas comienzan a salir de mis ojos ante sus palabras.

—¡¿QUIÉN MIERDA TE TOCÓ PRIMERO QUE YO!?

Me toma fuertemente de los brazos sacudiéndome con fuerza.

—¡suéltame!

—¡DIME QUIÉN CARAJOS FUE!

Solo niego con la cabeza, no puedo decirle, no tengo que decirle.

—No, no te diré

Me arroja con fuerza a la cama de nuevo para después subirse sobre mis piernas.

—Bien, como ya no eres virgen entonces no importa que te haga mía ahora mismo.

Lo escucho abrir la cremallera de su pantalón, como puedo me remuevo ante sus acciones.

—Por favor...no lo hagas.

Ignora mis palabras y cuando menos lo siento abre de nuevo mis piernas y sin esperar se introduce en mí.

—¡Duele! ¡Duele! ¡Sácalo!

Me duele, me arde, me esta doliendo mucho más que mi primera vez.

—¡Ya por favor!

Sus embestidas son fuertes y duras, ya no puedo...

Después de unos minutos aumenta el ritmo lastimándome más hasta que por fin se corre dentro mío.

—¡Me duele!

Lo siento hincharse en mi interior lastimándome más de lo que ya me había lastimado.

Trato de moverme para que salga de mí, pero me sostiene con fuerza de los hombros evitando que me mueva.

—No te muevas o vas a lastimarnos.

Se recuesta sobre cortándome la mayor parte de mi respiración.

Ya no quiero...Mis vacaciones soñadas se convirtieron en una pesadilla.

.

.

.

Después de que abusara de mí salió de la habitación dejándome sola y lastimada, como pude me duche de nuevo y tome algunas prendas que encontré y que claramente eran de él.

Ahora mismo estoy observando por la ventana de la habitación, el bosque es inmenso y ese color blanco característico de la nieve lo hace lucir hermoso, pero tenebroso a la vez, la oscuridad se abre paso, cada vez se ve menos, cuando estoy a punto de alejarme de la venta observo un pelaje negro y ojos dorados.

Es un lobo, un lobo enorme. Se detuvo frente a la cabaña y como si supiera que lo observara su mirada se topo con la mía.

Lo observe durante varios minutos y él a mí. Pareciera que me conocía.

Me aleje de la ventana con rapidez ante tales pensamientos.

Cómo un animal podría reconocer y más un lobo.

Aunque en el momento que trate de huir esos lobos dificultarían mi huida si me llegasen a ver, seria su cena.

Me recuesto en la cama tapándome con las frazadas esperando entrar un poco más en calor, el cansancio pasa factura a mi cuerpo haciendo que empiece a cerrar los ojos, pero antes de caer dormida los aullidos y chillidos de lo que parecen ser animales me hacen despertar de nuevo.

Me asomo por la ventana y los veo.

El lobo negro que vi hace unos minutos y un lobo completamente blanco peleando bajo la nieve frente a la cabaña.

Los observo unos minutos hasta que veo cómo el lobo blanco quiere entrar a la cabaña, pero el lobo negro lo detiene.

Mierda, me van a matar.

Corro rápidamente a poner un mueble en la puerta de la habitación como refuerzo, pero cuando regreso a la ventana a observar a ambos lobos ya no estaban, en su lugar, un fuerte estruendo se escucho en la planta baja.

Los lobos acaban de entrar a la cabaña.

Los lobos acaban de entrar a la cabaña

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Hola!!

Extrañe mucho escribir, en estos días surgió un poco mi imaginación así que no quise desaprovecharla y me puse a escribir.

Espero que les haya gustado el capitulo. 

Pregunta: ¿Quién creen que sea el secuestrador de Hanna? El lobo blanco o el lobo negro

Nos leemos en la próxima. 

L@s quiero. 

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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