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Durante todo el tiempo que estuvimos paseando, HaeWon y yo nos la pasamos viendo tiendas mientras caminábamos con los brazos entre lazados junto a TaeHyung, —aunque yo no iba a comprar nada—. Al final HaeWon resultó ser bastante amigable, no teníamos nada en común pero no afectaba la pequeña convivencia; cada que pasábamos por un aparador chillábamos de emoción al ver ropa que nos gustase, así como también productos de maquillaje y skincare.

Ni la castaña ni yo éramos diferentes a las otras chicas, a ambas nos gustaban ese tipo cosas a nuestra manera. La noche cayó sin darnos cuenta, paseamos por horas de tienda en tienda en busca de algo que le gustase a TaeHyung, y con algo de suerte, encontró algunas prendas. Estábamos por irnos, así que decidimos comprar bebidas antes de retirarnos, sin embargo, HaeWon divisó en uno de los aparadores un par de aretes que le habían encantado así que me ofrecí a acompañarle mientras los chicos iban a la cafetería más cercana.
Me quedé esperando afuera del local. No quise entrar, mi batería social se había quedado más que muerta y comenzaba a tener un humor de los mil demonios, encima, sentía como el estómago se me retorcía ya que no había comido otra cosa a parte del almuerzo —si es que se le podía llamar almuerzo— en la cafetería. Me estaba impacientando, no era que HaeWon se estuviese tardando mucho, simplemente era que yo no destacaba por ser la persona más paciente del mundo que digamos. Vuelvo la vista al frente, prestando atención a mi entorno. Personas de todo tipo iban de allá para  acá; chicos de mi edad o incluso más jóvenes, turistas repletos de bolsas con compras, gente un poco más mayor, había mucho que ver. No obstante, una escena en particular capta por completo mi interés; un par de chicas con uniforme a tan solo dos locales del que cuál yo me encontraba, yacían rodeadas —o más bien acorraladas— por cuatro chicos que yo suponía, tendrían más o menos mi edad.

Podía sentir la incomodidad y desesperación de aquellas chicas con tan solo verlas. No hago nada, me quedo observando tal escena con cuidado, notando como las personas pasaban de lado a lado cuchicheando cosas luego de dedicarles una ojeada curiosa por unos segundos. Juraba por mi vida que podían matar a alguien ahí mismo y nadie diría o haría nada. HaeWon regresa emocionada con una bolsa en la mano y se cuelga de mi brazo, pero yo no reacciono, era como si estuviera en una especie de trance. La castaña se fija en mi rostro, siguiendo el punto al que tanto miraba, entendiendo al instante la situación.
Aprieto los dientes con rabia e impotencia, clavándome las uñas en las palmas de las manos al escuchar una de las preguntas más estúpidas y asquerosas salidas de la boca de una persona, mientras que otro de los tipos le tomaba la parte trasera de la falda a una de las chicas, levantándola para después burlarse.

—¿Ugh? ¿Qué clase de pregunta lame culos es esa, imbécil? —observo despectivamente al grupo frente a nosotras, sintiendo como HaeWon se aferra a mi brazo, mirándome aterrorizada al escucharme gritar aquello a esos tipos.
—Bjorg, ¿qué crees qué haces? —la bajita me susurra en un hilo de voz, podía ver como se le comenzaban a aguar los ojos.

Sabía que me había echado la soga al cuello yo sola, claramente no había marcha atrás. Me estaba cagando del miedo encima, pero no iba a permitir que se me notara, no después de haber dicho aquello con esa valentía y ver como HaeWon casi se fundía con mi brazo. El chico de chaqueta negra se gira lentamente hacia nosotras, asimilando lo que había escuchado y una sonrisa asquerosa aparece en sus labios al vernos, dejando a la vista sus dientes.

—¿Me estás hablando a mí? —él su bola de matones se acercan a nosotras, dejando totalmente de lado al otro par de chicas, mirándonos expectantes a cualquier acción que pudiésemos hacer—. Repite lo que acabas de decir si te atreves, putita.
—¿Qué? ¿A parte de idiota también te falla la comprensión auditiva, marica?
—Bjorg, ya basta, vámonos. Los demás nos están esperando —HaeWon me mira como un cordierito a punto de morir, se notaba que se estaba conteniendo para no llorar.
— Vaya manera de hablar, ¿así de sucio la chupas también? —me toma por el cuello de la camisa, acercándome a su rostro para intimidarme, mas hago un esfuerzo sobre humano por no mostrar lo aterrada que estaba, a lo que arrugue la nariz con asco para disimular.
—¿El qué?, ¿tus poderosos dos centímetros? —uno de sus compañeros se burla de mi comentario y el chico de la chaqueta me aprieta de la camisa con mayor fuerza. Las venas se le empezaban a marcar de la cólera por el cuello y parte del rostro, así como sus extremidades temblaban. Estaba jodida.
—Si te piensas que por ser mujer no voy a hacerte nada, estás muy equivocada.
—¿A quién le llamas, linda?

♡ Vanilla Extract || J. Jungkook ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora