23 1/2

100 10 0
                                    

POV Calle.
2 días antes.

El día de ayer me había quedado dos horas encerrada con Poché, después de esa confesión de ella solo quedó un silencio incómodo, me senté en el piso y no sé en qué momento me quedé dormida.

Desperté, pero ya estaban los bomberos afuera, con la puerta abierta.

La verdad no esperaba algo peor, Poché siempre huía en medio del caos, no era nada nuevo.

Empecé un día nuevo, en medio del desastre mental que traía, me levanté hacia mi ducha para tratar de distraerme un poco.

Prendí el agua, mi piel se erizó con la temperatura, me gustaba el agua caliente, casi tirando a fría, pero nunca tan caliente como para quemarme la piel.

Me empecé a lavar mi cabello hasta que sentí algo raro en mi departamento, un ruido... extraño.

Paré el agua para escuchar mejor pero el sonido se había ido, me puse mi toalla y decidí salir, prevenir era mejor que lamentar.

Me quedé parada en medio del espejo, me veía demacrada, no era la yo de siempre, tenía ojeras ya que no podía dormir bien, la ansiedad de la boda me tenía todos los nervios de punta, mi cabello estaba más seco de lo normal y mi piel se veía opaca, necesitaba un cambio urgente.

Sentí de nuevo el ruido, no sabía si era algo de verdad o era producto de mi imaginación, sin miedo alguno, abrí la puerta.

Quedé helada con lo que ví, era Poché.

POV Poché.

Estaba vuelta loca, desde que llegué a mi departamento solo podía pensar en Calle, las explicaciones que quería darle ya eran en vano, claramente, no me haría caso.

Trataba de dormir pero no podía, su rostro dormido seguía en mi mente, extraña verla así en paz, desde que llegué a su vida de nuevo lo único que hacía era arruinar su paz mental, me sentía muy decepcionada de la versión que le estaba dando, no era yo, era otra persona, ni siquiera yo me lograba reconocer.

Me puse mis calcetas de patitos y salí de mi cuarto, rumbo hacia mi único destino, la casa de Calle.

Mire por el pequeño orificio de la puerta y no estaba, pensaran que estoy loca pero no, agarre la llave del tapete y entre, la verdad su escondite era muy tonto, pero yo solo quería verla.

Claramente como soy muy torpe choque con el juguete de Ramón, sonó por toda la casa haciendo que hasta yo me asustara, le agradecí a la vida de que Daniela no estuviera cerca.

Empecé a entrar más allá y sentí el agua de su ducha, claramente se asustaría con mi presencia.

Me arrepentí al instante y empecé a caminar en puntitas hacia la puerta, con mi estupidez al máximo, pisé de nuevo el puto juguete.

Me estremecí al sentir el sonido de la puerta de el baño, me había encontrado.

Mi "ex" sí tenía razón -Caché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora