Desesperados (Midna)

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El corazón me aporrea en el pecho, no me muevo, pero en apariencia me mantengo inmutable, él también, casi con la misma pose... ¡Ja! Olvidaba lo parecidos que podemos llegar a ser, no me sorprendería que detrás de esa cara de póker, Romeo, (como me gustaba molestarlo) estuviera hirviendo, pero venga ya que somos un par de adultos maduros liderando dos bandos en una guerra, por lo que decido ponerme esa máscara.

-Doctor Fair... Nah, suena muy falso decirte así Romeo.

Por fin pude ver su real expresión, entre cierra los ojos rasgados con las cejas casi sobre ellos y las curvas de los labios juntos hacia abajo dibujando un pequeño arco, estaba muy irritado de tener este no fortuito encuentro.

-También la cordialidad, Midna. Y no me vuelvas a llamar así en tu miserable vida.

Mis cejas se arquean automáticamente, siempre ha sido bastante auténtico conmigo, es bueno saber que no perdió la costumbre, pero esta otra cara de la moneda solo la vi un par de veces no dirigida hacia mí cabe recalcar.

-y dime... ¿Qué tal va la tuya?

-¿Te interesa?

-No.

Acto seguido me doy la vuelta y sigo caminando a la sala de juntas lo más dignamente posible esperando que no haya visto mi mano rascar mis uñas mientras se desarrolló la pequeña charla después de cinco años. No quiero entrar en detalles de mi sentir porque me llevaría una hoja o dos palabras, no lo sé, la expresión de los sentimientos de este tipo es demasiado complejo para describir, más sin embargo una mesa llena de políticos y gente influyente me espera para dictaminar el destino de todo un continente.

11:58 am... la reunión es a las 12:00pm, pero estoy segura de que todos los invitados aguardan ya la reunión, así que ¿por qué no iniciar ya mismo?

Al entrar en la sala, las chicas me miran inquisitivamente, pero no estoy de humor para contestar preguntas para cotillear entre los pasillos de la sala, por lo que decido ignorar todo y dirigirme a David para verificar la lista de asistencia, en efecto, todos están en la sala, los lugares están ocupados menos el de Oswald donde su té que le dejé ya se ha enfriado, sonrío al ver que no lo tocó siquiera.

-Falta un minuto, creo que es buen momento para iniciar la sesión Doctora, tome asiento, relájese y convénzalos.

-Te tomaré la palabra.

Tomo asiento, la sala se comienza a calmar, veo que Oswald ha vuelto, se ve igual que como llegó, con la barbilla ligeramente levantada, ambas manos sobre la mesa abarcando bastante espacio ignorando el té.

- Bienvenidos, me alegro que hayan aceptado la petición para resolver este conflicto de una manera civilizada.

Oswald soltó una risa tosienta, pero todos ignoraron el gesto.

-K1r4 tiene una propuesta para comprobar la efectividad de su proyecto, que, si bien no es del todo ético, resuelve conflictos que todos queremos solucionar.

-Otra vez, señor director, me permito interrumpirlo, si somos sinceros todos aquí queremos conseguir algo, un beneficio de todo esto y si lo vemos de cualquier lado el único beneficio que obtenemos está continuando con el sistema que ya teníamos antes de que estos dos científicos se les ocurriera sentirse dioses para venir aquí y decir que pueden solucionar los problemas del mundo entero.

La mandíbula se me tensó cuando la vieja de nuevo me estaba señalando acusadoramente ¿Qué no se supone que jugamos del mismo lado?

-¿Qué estamos buscando todos aquí? Seguir en nuestros cómodos sillones detrás del escritorio ganando millones, la única manera de hacerlo es seguir teniendo criterio, así que no negociemos tratos de pruebas científicas, yo no pienso poner un peso de inversión en la prueba para bailarle a la incertidumbre, yo digo que firmen un tratado de paz y déjenos seguir siendo libres como lo hemos sido.

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