Esta historia estaba planeada originalmente para ser un oneshot, pero quedó demasiado larga, de ahí que haya optado por subirla en capitulos; lo bueno de ello es que ya está terminada, así que la actualizaré bastante seguido. Y no tengo idea de para cuántos capitulos dé.
Ahora vamos a lo que ya sabemos; recuerda que Edogawa Conan NO es un niño pequeño; Conan es un adulto, yo solo uso su equivocada y adorable apariencia a mi propia conveniencia. Así que si no sabes distinguir la realidad de la ficción por favor no leas.
Muchísimas gracias a todo aquel que lo entiende y le gusta leer mis retorcidas historias.
El consultorio se encontraba suavemente iluminado, ofreciendo un ambiente cálido y casi acogedor. Hattori Heiji estaba recostado en el largo sofá de cuero, con los brazos cruzados detrás de la cabeza, mirando al techo con algo de confusión y cierta resignación. Para ser sinceros, esta no era la primera vez que venía secretamente a una consulta, pero esta vez el motivo era… complicado. A su lado, la psicóloga, una mujer de mediana edad con gafas redondas y una expresión amable y calmada, lo observaba atentamente mientras hacía varias anotaciones en su cuaderno de páginas blancas y pastas gruesas.
—Heiji-kun —comenzó la psicóloga con voz suave—, me has contado un poco sobre tus preocupaciones, pero quiero que me hables más de este… Conan. ¿Qué es lo que te hace pensar en él todo el tiempo?
Mordiéndose un poco los labios, Heiji suspiró profundamente antes de responder, tratando inútilmente de ordenar sus pensamientos.
—Es que… no lo sé, sensei. Es como si cada vez que estoy cerca de él, todo lo demás desapareciera —expresó con la mirada fija en el techo—. Sé que suena raro, pero no puedo dejar de pensar en él. Es como… como si él fuera lo único en mi mente.
—¿Y cómo te sientes cuando estás con Conan? —continuó la psicóloga, levantando la vista de su cuaderno para mirarlo directamente.
—Es extraño —respondió Heiji frunciendo un poco el ceño—. Cuando estamos juntos, me siento bien. Muy bien. A veces, me preocupo tanto por él que no puedo concentrarme en otra cosa. No quiero que le pase nada malo. Es tan… pequeño, frágil… pero también tan increíblemente inteligente. Me impresiona lo que puede hacer, y a la vez, no puedo evitar sentir que quiero protegerlo, aunque sé que no necesita protección —dijo, resultándole un poco inquietante lo mucho que tenía para contar cuando se trataba de Kudou.
La psicóloga asintió lentamente, anotando algo más en su cuaderno.
—Entiendo… —murmuró suavemente cuando terminó de escribir la última frase en su cuaderno—. Dices que piensas mucho en él, incluso cuando no están juntos. ¿Te ha pasado algo similar con otros amigos, como Kazuha o Ran?
Heiji, quien no había notado en absoluto cómo los ruidos exteriores no penetraban en el consultorio, ya que incluso podía escuchar el bolígrafo que la psicóloga usaba deslizándose sobre el papel, hizo una mueca al escuchar los nombres de las chicas.
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Terapia
FanfictionHattori Heiji no puede dejar de pensar en Kudou Shinichi/Conan, lo que lo ha llevado a creer que realmente algo anda mal en él. Convencido de que necesita ayuda, decide acudir a terapia en secreto. ★Todos los personajes son propiedad de Gōshō Aoy...