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Dos cuerpos, un brazo y una cabeza, todas pertenecientes a chicas de no más de 23 o 24 años de edad, todas en un lamentable estado de descomposición, con partes faltantes de piel y desgarres en distintas partes, con manchas alrededor, de lo que parecía ser sangre casi seca en el piso, esa era la espantosa imagen que la tiniebla estaba viendo a sus pies y Rayne observaba atónita desde el suelo a unos metros de ella.

Tiniebla: ¿Cómo…? ¿Cómo es que no anticipé ésto?

La puerta se abre y Mateo entra a la habitación.

Mateo: ¿Ya despertaste?

Rayne junta sus piernas más hacia su pecho mirando al mayor con una expresión llena de terror mientras Mateo comenzaba a caminar hacia ella, se detiene enfrente y se agacha para estar un poco mas a la altura en la que se encuentra Rayne.

Mateo: te pido disculpas por lo de antes, pero era necesario. Estoy seguro de que comprendes. — acerca su mano hacia el rostro de la menor, pero, se detiene antes de tocarla, examina la expresión en el rostro de la chica en silencio y retira su mano — no te preocupes. No pienso hacerte nada. Al menos, por ahora. Aún hay algunas cosas sobre ti que no termino de comprender. También sobre tu amiga con ojos diferentes, que lastima que no haya estado también, tiene una presencia, ¿Cómo decirlo? Mmh, única. Pero, como sea. No tienes ninguna marca o cicatriz que demuestre que has sido poseída por una tiniebla. Tampoco tienes las uñas negras, que son un buen indicador para saber si alguien está infectado. Realmente es extraño. Lo que más me llama la atención es tu capacidad de autosanación. ¿Cómo funciona eso? ¿Qué eres, Rayne Liebert?  — tras unos minutos de silencio, se escuchan unos golpecitos en la puerta — adelante

Gressil: — entra a la habitación cerrando la puerta detrás de él — espero no haberlos interrumpido en un momento especial. Odio ser aguafiestas  — dice sin quitar su característica sonrisa, que en vez de parecer amigable, te causa incomodidad

Mateo: no seas duro con ella. Es valiosa.

Gressil: entendido — Mateo sale de la habitación y cierra la puerta, Gressil camina de forma despreocupada hacia Rayne y se agacha a su altura. —¿Me extrañaste?  — la chica no respondió — debo ser honesto. Me impresionó mucho lo que hiciste en el puente. Hay que tener agallas para haber aceptado jugar conmigo sabiendo el peligro que corrías…  fue imprudente, pero astuto. Para escapar de situaciones comprometidas, les sigues el juego. Esa es tu estrategia. Pero con el jefe tendrías que haber sido diferente. Podrías haberlo obedecido y haberte protegido, Rayne. Y ahora mírate. ¿Por qué opusiste resistencia? ¿Por no soportar ver sufrir a las personas? ¿O se trata de tu intento patético de ser una heroína? Estás muy callada, ¿Qué te pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones? Sí te liberara de estás cadenas… ¿Qué harías?… — un sonrojo intenso aparece en las mejillas del mayor acompañado por una sonrisa maliciosa — en este momento…    …siento la tentación de averiguarlo.

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Mateo se encontraba en su oficina, con los codos apoyados sobre el escritorio y su cabeza sobre sus manos, su mirada se dirige a la foto de una linda niña pequeña que estaba en un lado, sobre su escritorio, el toma la fotografía y la pone boca abajo, unos segundos después, alguien toca la puerta.

Mateo: adelante

La puerta de la oficina se abre suavemente, y por ella, Tomoha ingresa a la habitación.

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Espero que les guste este capítulo 💗

705 palabras.

✨ Adiós ✨

¡Juro que te protegeré! (Samael y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora