capitulo 11 - hasta el día que nos volvamos a ver

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En la vida, hay momentos que dejan una huella imborrable en nuestro corazón, instantes que marcan la diferencia entre lo cotidiano y lo extraordinario. Cada despedida lleva consigo un eco de nostalgia, pero también la promesa de un reencuentro. Es en esos momentos de separación cuando aprendemos a valorar aún más las conexiones que hemos forjado. Así, con la esperanza renovada y la mirada fija en el futuro, nos despedimos, sabiendo que cada adiós es solo un hasta luego: hasta el día que nos volvamos a ver.

El aire estaba impregnado de humo y cenizas. Las llamas que antes devoraban la Isla de la Creación comenzaban a apagarse, dejando tras de sí un paisaje desolador. Los ecos de la batalla resonaban en la distancia, pero el ruido de la guerra había sido reemplazado por un silencio abrumador, un silencio que pesaba como el plomo. Las naves restantes, destrozadas y humeantes, se alejaban, llevándose consigo a Sam y a Sarah, dos figuras que se perdían en el horizonte, mientras una sombra de desesperación cubría lo que alguna vez fue un mundo vibrante.

En medio de la carnicería, Merlin se encontraba arrodillada, su corazón pesado por la devastación que había presenciado. A su alrededor, la isla yacía en ruinas, un eco de lo que había sido una vez. Las lágrimas surcaban su rostro mientras miraba la escena de muerte y destrucción. Pero no era su dolor el que resonaba más fuerte; era el de los que habían luchado y caído en esta guerra.

Bajo un árbol caído, los cuerpos de Karuma y Ryu yacían entre los escombros. Karuma, uns guerrera valiente, había perdido un brazo en la batalla, y su vida se desvanecía lentamente. A su lado, Ryu, con el rostro ensangrentado y la mirada perdida, intentaba encontrar consuelo en la tragedia.

-Supongo que al fin y al cabo esta destrucción sí fue inevitable -dijo Ryu, una risa amarga escapándose de sus labios.

Karuma giró la cabeza con esfuerzo, sintiendo el ardor de la sangre que fluía de su herida. -Supongo que esto fue en vano.

-Eso no se ve muy bien -respondió Ryu, notando el estado crítico de su amigo.

Karuma sonrió débilmente. -No te preocupes, he estado en peores situaciones que esta.

-Supongo que tienes razón -Ryu se forzó a sonreír-. Por lo menos le dimos una fuerte pelea a Sam.

-Concuerdo contigo en eso -dijo Karuma, su voz apenas un susurro, mientras sus ojos se perdían en el caos que los rodeaba.

Ambas personas observaban el paisaje devastado. A lo lejos, una gran nave estalló en llamas, enviando fragmentos brillantes al aire, como estrellas cayendo en un cielo oscuro.

 A lo lejos, una gran nave estalló en llamas, enviando fragmentos brillantes al aire, como estrellas cayendo en un cielo oscuro

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-No pude... no pude salvar a mi hermana... -murmuró Karuma, su voz temblorosa.

-Oye, no te culpes de eso. No fue tu culpa -contestó Ryu, intentando infundirle algo de esperanza.

Karuma, con un esfuerzo sobrehumano, dirigió su mirada hacia donde yacía el cuerpo sin vida de Kikineiye, sus ojos abiertos y vacíos, reflejando la tragedia de la guerra.

GUERREROS DIMENSIONALES parte 0 - el conquistador multiversalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora