Capítulo 4

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No sabía mucho sobre aquel demonio, así que decidió ir a preguntarle a aquel diablillo sobre sus gustos básicos, después de todo, ¿qué clase de "misión" era aquella con tan pocos datos?

. . . . .

—¿Qué más da lo que le guste o no le guste? ¡Sólo debes distraerlo, no volverte su amigo!

El pecador se llevó una mano hacia la nariz para poder masajearla suavemente. Estaba molesto. Como lo imaginaba, su interés por aquel búho era tan nulo que ni siquiera conocía sus gustos básicos.

—¿Cómo voy a distraerlo si no sé cómo hacerlo?

En cierta forma, aquel diablillo le recordada a su ídolo... Igual de descuidados al momento de cubrir los pequeños detalles en un plan.

—Tendrás que averiguarlo por tu cuenta —Respondió, con notorio hartazgo.— Sal de mi oficina y esperalo en la sala de espera. Me llamó hace poco, así que seguramente llegará en un par de horas

A sabiendas de que no tenía más caso intentar llegar a un punto, el científico salió de la oficina soltando un suspiro pesado. Después de cerrar la puerta dio media vuelta y...

—¡Oh, hola! ¿Pudiste llegar a un acuerdo con Blitzy?

Aquel encuentro fue tan repentino e inesperado que el pecador se quedó en silencio por un instante, mirando a aquel alegre demonio con expresión desconcertada. Pocos segundos después reaccionó.

—...Oh... No, él no está, así que...

—¿Qué dices? —Interrumpió al contrario para después soltar unas suaves risitas.— Él siempre está aquí durante el horario de trabajo

El príncipe caminó a un lado del pecador para tomar la manija de la puerta y poder abrirla. Starline estaba por intentar detenerlo, pero ya era tarde.

—¡E-espere un momento, no...!

Cuando Stolas abrió la puerta, ambos miraron la vacía oficina con detenimiento. El búho se llevó las manos a la cintura mientras que se le dibujaba una expresión confusa. Una ceja levantada demostraba su confusión. Soltó un suspiro para después cerrar la puerta. Debajo del escritorio, Blitzø agradecía que no lo hubiera visto.

—Le dije que no se encontraba... Creo que salió para atender unos asuntos

El búho parecía confundido, pero más desanimado que nada. Starline lo miraba seriamente, no sabía qué decir o qué hacer, así que sólo se quedó callado. El búho giró hacia él para mirarlo.

—¿Él está bien?

—¿Blitzø? Sí... supongo que sí... ¿Por qué lo pregunta?

—No, por nada... Como te decía, siempre está aquí durante el horario de trabajo... Tal vez haya sido una emergencia...

—Yo creo que sólo decidió tomarse un respiro... Tal vez estaba abrumado por tanto trabajo... O por la falta del mismo

Stolas desvió la mirada. Después de un rato de silencio, suspiró suavemente.

—¿Puedo pedirte un favor?

El pecador lo miró con confusión. El príncipe volvió a mirarlo. Al notar su triste mirada, Starline asintió, pues le hacía sentir algo incómodo, y mientras más rápido aceptara, más rápido se iría.

—Cuando lo encuentres, ¿puedes intentar averiguar si necesita ayuda?

—Sí... Bueno... No creo que sea buena idea. Blitzø es algo...

Guardó silencio. Sabía que el imp lo escucharía, además de que sentía que el príncipe le diría algo si se atrevía a insultarlo. No tenía tiempo para dramas, ni ganas de lidiar con ello. ¿Qué más daba si sólo mentía?

—De acuerdo. Lo intentaré

—Te lo agradezco

Después de hacer una pequeña reverencia, el príncipe caminó hacia la puerta para salir del lugar.

El ornitorrinco soltó un suspiro pesado, entrando en la oficina de Blitzø nuevamente. El imp salía de debajo del escritorio para sentarse en la silla.

—¿Qué se supone que debo decirle?

—¿Y yo qué voy a saber? Ése es tu trabajo, ¿recuerdas?

El científico lo miró con desagrado, estaba por decir algo, pero el diablillo sonrió de manera burlesca.

—Quieres que trabajemos para ti, ¿no?

El ornitorrinco lo observó con una mirada molesta. Sin más, se dio media vuelta para salir de la oficina y después del lugar. El diablillo soltó un suspiro pesado en cuanto el contrario se fue, sólo deseaba que su idea funcionara para poder ahuyentar al búho.

Hellish ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora