La Mansión Wayne estaba envuelta en una calma aparente, una quietud que ocultaba los complejos sentimientos y secretos que los miembros de la familia llevaban consigo. Para Damian Wayne, esa calma era un reflejo de la disciplina y el control que había aprendido a dominar desde muy pequeño, un control que hoy sería desafiado de una manera que nunca podría haber anticipado.
La mañana comenzó con una intensa sesión de entrenamiento en la Batcave. Damian, como siempre, se entregó completamente a cada movimiento, cada técnica, esforzándose por alcanzar la perfección. Bruce observaba desde la distancia, evaluando no solo la habilidad de su hijo sino también la creciente tensión en sus movimientos. Damian estaba empujándose más allá de sus límites, como si intentara demostrar algo que ni siquiera él mismo podía entender completamente.
-Eso es suficiente por hoy, Damian, -dijo Bruce finalmente, su voz resonando en el vasto espacio de la Batcave. Su tono, aunque autoritario, estaba impregnado de una preocupación que no podía ocultar.
Damian detuvo sus movimientos, respirando con dificultad. Sus músculos ardían por el esfuerzo, pero su mente seguía enfocada en continuar, en mejorar, en demostrar que podía hacerlo todo.
-Puedo seguir, -respondió con firmeza, limpiando el sudor que le corría por la frente. A pesar de su corta edad, la determinación en su mirada era indiscutible.
-No necesitas demostrar nada aquí, -le aseguró Bruce, acercándose a él. Colocó una mano firme sobre su hombro, transmitiéndole una calma que solo un padre podía ofrecer-. Ya has hecho más que suficiente. Es importante saber cuándo detenerse.
Damian asintió, aunque en su interior aún luchaba contra el impulso de seguir adelante. Respetaba a su padre, pero la idea de detenerse cuando todavía sentía que podía dar más lo frustraba. Sin embargo, asintió una vez más y se dirigió hacia las duchas, sin decir una palabra más.
Mientras se dirigía a su habitación, los pensamientos de Damian eran un torbellino. El entrenamiento era más que una rutina; era una forma de mantener a raya los recuerdos, de evitar que las sombras del pasado lo atraparan. Pero hoy, algo en su interior estaba inquieto, una sensación de vulnerabilidad que no lograba sacudirse.
Llegó a su habitación, sumido en sus pensamientos, y se despojó de la ropa con movimientos mecánicos. El agua caliente de la ducha relajó sus músculos, pero no logró calmar la agitación interna que sentía. Cada cicatriz en su cuerpo era un recordatorio de las pruebas que había enfrentado, de la brutalidad a la que había sido sometido, y aunque había aprendido a convivir con ellas, ese día parecían pesar más que de costumbre.
Damian salió de la ducha y se secó rápidamente, su mente ya enfocada en lo que haría después. En su apuro, dejó la puerta de la habitación entreabierta, algo poco característico en él, pero que ese día pasó desapercibido en medio de sus pensamientos. Se movió por la habitación con la precisión de siempre, alcanzando la ropa que había dejado preparada, sin percatarse de que estaba siendo observado.
Dick y Tim, que pasaban por el pasillo en ese momento, hablaban sobre una misión reciente, sus voces bajas y llenas de complicidad. Al llegar a la puerta de la habitación de Damian, Dick notó que estaba entreabierta y, por un instinto protector, se detuvo.
-Oye, espera, -dijo en voz baja, deteniendo a Tim con un gesto de la mano.
-¿Qué pasa? -preguntó Tim, frunciendo el ceño mientras seguía la mirada de Dick hacia la puerta.
-La puerta de Damian está abierta, -respondió Dick en un susurro, avanzando un poco más hacia la entrada.
Tim asintió, sintiendo una ligera preocupación. Damian era extremadamente reservado, y verlo dejar algo tan personal como su puerta abierta era extraño. Se acercaron en silencio, con la intención de asegurarse de que todo estaba bien. Pero lo que vieron al asomarse por la puerta les heló la sangre.
YOU ARE READING
Lazos Inquebrantables
FanficLa historia de la familia Wayne acababa de cambiar para siempre, y con ella, el destino de Gotham se entrelazaba aún más en un oscuro tapiz de amor, conflicto y sangre. Damian había llegado, y con él, una nueva era de caos y redención. Y Bruce, que...