「 One at time 」| Bakudeku |

"Jugo de naranja"

Sinopsis: Izuku siempre había sentido mucha ansiedad y soledad, pero cuándo comía, sus preocupaciones parecían pasar a segundo plano. Universo canon en la etapa de la U.A dónde Izuku tiene un trastorno alimenticio y Katsuki le sirve de apoyo emocional.

Advertencias: Mención a trastorno de la alimentación, conflictos emocionales, autolesión.

Desde que Izuku tenía memoria, había sentido mucha ansiedad, después de todo, su propia madre era una mujer sumamente nerviosa, quizás era algo de los genes Midoriya. Pero no podía saberlo, nunca había conocido a su padre, pero recordaba que cuándo su progenitor abandonó a su madre para irse con otra familia, la peliverde quedó totalmente devastada y aunque intentara disimularlo, Izuku sabía lo angustiada y triste que se sentía. Observaba cómo se refugiaba en la comida, cómo solía comer cosas dulces a media noche, cómo se atascaba en un frasco de helado mientras lloraba viendo la televisión o cómo solía cocinar muchas cosas de repente. No la culpaba, sabía que estaba sufriendo, pero con el tiempo, empezó a preguntarse ¿Por qué lo hacía?

En la secundaria lo comprendió, siempre había sido alguien que se aislaba -o lo aislaban- después de todo, nadie quería ser amigo de alguien inferior cómo un quirkless, le provocaba un sentimiento gigantesco de soledad y depresión, esa sensación tan asfixiante de angustia que sólo se detenía cuándo comía, esa voz martillando en sus oídos que se callaba cuándo algo ingresaba a su boca hasta llegar a su estómago, la sensación de euforia y placer de probar algo delicioso regulaba su ansiedad de una manera impresionante, así que, casi cómo siguiendo el ejemplo de su madre, empezó a comer y comer de una manera casi compulsiva.

Inevitablemente este nuevo hábito comenzó a pasarle factura a su cuerpo en desarrollo. Con el tiempo su cuerpo comenzó a sufrir cambios, y no precisamente los cambios que llegan con la adolescencia, sino más bien, sus caderas se ensancharon, sus mejillas se redondearon, sus piernas y vientre crecieron varias tallas al igual que su espalda se amplió. Su ropa inevitablemente dejó de quedarle, su pequeño cuerpo no había soportado los kilos extras que había ganado de repente sólo en un par de meses y ahora, bueno, si antes estaba solo y sintiéndose miserable, su nueva apariencia sólo le trajo más complicaciones.

Antes solían menospreciarlo sólo por considerarlo un inútil y un estorbo al no poseer un quirk cómo todos los demás, simplemente un desadaptado y un bicho raro, pero ahora, su peso extra sólo había sumado otro punto a la lista de cosas para atormentarlo. Empezó a ser humillado y esta vez no era sólo por ser un sin don, ahora, también por cómo lucía. "cerdito", "bola de grasa", "gordo asqueroso", eran sólo algunos de los insultos que empezó a escuchar diario de parte de sus compañeros de clase e incluso de chicos de otras clases, nunca pensó que simples chicos de secundaria pudiesen ser tan crueles, debió haberlo esperado.

Izuku comprendió, que si quizás nunca podría adaptarse al ritmo tan despiadado en que el resto de personas solían vivir, aunque fuese un chico lleno de metas y sueños, un corazón bondadoso lleno de ambiciones estaba siendo cruelmente devastado por la sociedad podrida que lo rodeaba, por personas que llenaban sus oídos de comentarios malintencionados. Con el tiempo, Izuku comprendió, que si al menos era un quirkless que no podía ser amado por su naturaleza, al menos debía cumplir con cierto estándar para aspirar a ser apreciado algún día, después de todo, ya no podía seguir soportando tantos comentarios despectivos hacia su apariencia, empezó a repudiarse a sí mismo. Su cuerpo, sus brazos, sus muslos, su cara, lentamente empecé a obsesionarse por la imagen distorsionada de él frente al espejo y de verdad, no saben cuánto aborrecía ese horrible reflejo.