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El timbre de la casa sonó. Abril suspiro ansiosa.

Hoy por fin era domingo y era que la visitaria su madre, así que sabía que la persona detrás de la puerta era ella.
Sus amigos sabían de la visita y obviamente sabían que no debían y a su casa para no interrumpir ese encuentro tan importante en su vida.

Samantha apareció detrás de ella dándole un beso en el cabello, murmurando un: "Es hora, cielo"

Cuando abrió la puerta pudo ver a su madre, quien tenía sus ojos húmedos , como si estuviera aguantado las ganas de llorar y muy pronto, estaba siendo abrazada por su progenitora. No pudo aguantar. Comenzo a llorar.

Se volvió a sentir una cachorra en los brazos de su madre. Siempre era asi. Ese aroma a rosas, con el que creció y con quién fue su soporte y su cuidadora por muchos años... Era increíble pensar que ahora su madre se estuviera convirtiendo en abuela y la abuela estuviera creciendo.

Luego de lo de su padre, obviamente se habían quedados solas. La familia de su progenitor lo borro totalmente de su historia por ser la causa de que su único hijo haya terminado en la cárcel.

Pero Abril nunca los necesito. Le bastaba con su madre y seguiría siendo así hasta la muerte.

Ahora también tenía a Samantha, su alfa, quien le decía lo hermosa que era y lo mucho que la amaba cada día, todos los días, y sus mejores amigos, quiénes también eran parte de su familia. También ahora estaba su bebé, quien crecería y nacería en unos meses más.

No necesitaba nada más.

Su madre se unió al llanto y Samantha sonrió al ver a las dos Omegas tan sentimentales. Incluso podía sentir como una pequeña lágrima corrió por su mejilla derecha, pero muy pronto la limpio. No quería quedar como una llorona en frente de su suegra.

- Aunque no lo creas, si ví eso, Samantha - dijo su suegra una vez que se separo de Abril. La Omega sonrió con fuerza y Samantha sintió su cara enrojecerse.

- No quería arruinar su momento - menciono con algo de vergüenza.

Luego de eso, pasaron toda la tarde hablando de su futuro, comiendo unos pastelitos que la Omega había traído. Pasteles que Abril disfruto demasiado pues los antojos ya habían comenzado.

-¿Cómo supiste que quería comerlos, mamá? - preguntó Abril con sus mejillas llenas de pastel y su boca llena de crema batida. Samantha suspiro enamorada con la vista.

- Soy tu madre, estuviste dentro de mi vientre. Te conozco mejor que nadie.

Luego de la cena, decidieron ver televisión en el sillón, Abril mando a Samantha a hacer palomitas de maíz, mientras que con el vínculo le decía:

"Quiero estar un rato con mi madre a solas"

Samantha solo le había guiñado un ojo en acuerdo y le deseo suerte.

Ya en el sillón, Abril abrazo a su madre, quien le había abierto los brazos en espera de su cachorro. Abril recargo su cabeza en el pecho de esta, escuchando los latidos de su corazón y con una gran sonrisa. Ambas se mantuvieron en silencio, solo prestando atención a sus respiraciones y olores, como una verdadera familia.

- Mi bebé va a tener un bebé - menciono la omega con nostalgia, Abril rio bajito.

- Aún se siente muy irreal - su mano fue a parar a su vientre aún plano.

- No te preocupes, en unos meses se sentirá muuuy real - dijo mientras alargaba la "u" a propósito, sacando una carcajada a su hija.

Otro silencio gobernó el lugar, logrando escuchar levemente como la  alfa en la cocina tarareaba una canción, haciendo que ambas Omegas rieran bajito.

- Estoy muy feliz de que tú y Samantha por fin lo lograran y estoy feliz de saber que seré abuela - ambas se miraron a los ojos, ambas Omegas con sus ojos brillantes.

- Yo también estoy muy feliz mamá, ni siquiera te lo imaginas.

- Oh cariño, si me imagino. Yo también me sentí así al saber de tu existencia - Abril sintió sus ojos humedecerse otra vez. Tal vez eran las hormonas - y créeme cuando te lo digo, estoy muy orgullosa de la persona en la quien te has convertido.

Luego de eso, Abril no paro de llorar, siendo consolada por su madre y muy pronto por su alfa, quien por fin había llegado con las palomitas de maíz.

No solo eran sus hormonas. El sentimentalismos de su mamá tampoco ayudaba.

Pero sabía que de algún modo, nunca había estado tan feliz en su vida.




.......



E volvido gente.

Aquí el cap de hoy

Espero les guste 😊

Las quiero mucho y gracias por el apoyo

MarcasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora