Epílogo

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Cuando se conocieron, eran apenas unas adolescentes. Ni siquiera tenían su género secundario, lo que significaba que aún no se presentaban como alfa y omega.

Tenían tan solo 16 años y se habían convertido en compañeras de curso.

Las habían sentado juntas en los cambios de asiento y comenzaron a hablar cuando Samantha le pidió un lápiz a Abril y en el recreo, la más baja le comenzó a sacar charla, descubriendo que tenían muchos gustos en común.

Ese día, ambas decidieron ir a la casa de Samantha para jugar videojuegos después de clases, cuándo apenas se conocían.

Luego se hizo un hábito y muy pronto comenzaron a presentar a sus respectivos grupo de amigos.

En teoría, ellas habían presentado a lo que hoy en la actualidad era su grupo. Ellas habían empezado su manada.

Con el paso del tiempo, se hicieron más cercanas y comenzaron a sentir algo por la otra, y cuando al cumplir los 18 presentaron sus géneros secundarios, decidieron comenzar su relación, luego de una muy torpe declaración por parte de ambas.

No fue muy fácil una vez que decidieron entrar a la universidad, pues cada una tenía su propio horario y ya no se veían con tanta frecuencia como antes. Pero cuando estaban juntas, aprovechaban todo el tiempo que tenían, abrazándose y besándose como si el mundo se fuera a acabar.

Y cuando se graduaron de la educación superior, decidieron vivir juntas. No fue algo de un día a otro. Ambas habían trabajado por su propia cuenta mientras estudiaban y ahora que tenían un título era un poco más fácil, así que ganaron más dinero pero no era suficiente. Hasta que contaron con una pequeña ayuda de su padre que ya sabían y apoyaban su relación al cien por ciento. Fue una especie de "regalo adelantado" para su matrimonio futuro.

La pareja había estado encantada por el hecho de que sus padres se hayan unido para ayudarle en su casa. Y no hace falta decir que lloraron un montón ese día.

Ya estables, con su trabajo y su propia casa, comenzaron a hablar del siguiente paso en la relación y ambas estuvieron de acuerdo que un bebé seria increíble. Ambas amaban a los niños y definitivamente querían ser madres juntas, incluso antes de ir al altar.

Así, comenzaron la búsqueda de su bebé. La cual fué compleja, y los agotó física y mentalmente, pero su amor pudo ser más.

Tuvieron una bebé y un mes después, ambas se pidieron matrimonio.

¿Es necesario decir que ambas dijeron que si?

Ese día, Samantha vistió un traje morado con un corbatín amarillo, mientras que Abril llevo un vestido amarillo con un lazo morado. Mientras que su hija llevaba un bello vestido gris con brillos.

Ambas fueron al altar juntas y en ningún momento se separaron, siempre tomadas de las manos y cuando el sacerdote comenzó con la ceremonia, ninguna despegó la mirada de la contraria, mientras una bella sonrisa adornaba el rostro de Ambas.

-¿Aceptan a la contraria como su propia alma, para amarla, cuidarla, respetarla y elegirla en sus próximas vidas hasta que la muerte las separe y la vida las vuelva a unir?

- Acepto - esa fue Samantha

- Acepto - y esa fue Abril. Ambas aceptando al mismo tiempo, logrando que todos en la iglesia rieran con fuerza.

Los anillos fueron entregados y ambas los colocaron en el dedo anular de la otra. Sus manos temblaban levemente por la emoción y reían con torpeza por la euforia, pero una vez listas, esperaron las siguientes palabras del sacerdote.

- Pueden besarse.

No lo hicieron de inmediato, miraron a su cachorra que estaba en los brazos de la madre de Abril, mirandolas con atención y alegría, y luego a los padres de ambas, quienes les miraban con orgullo y lágrimas en los ojos. Luego vieron a sus amigos, quienes les gritaban con euforia para que se besaran de una vez.

Ambas volvieron a reir con fuerza.

-¿Sabés algo? No podría ser más feliz en mi vida - dijo Abril acercándose con lentitud al rostro de la alfa. Esta también se acercó a su omega, sonriendo de lado.

- Puedo decir exactamente lo mismo, cariño - y Ambas juntaron sus labios, sintiendo los pétalos de flores caer sobre ambas.

Oficialmente, estaban casadas.

Ahora no solo estaban unidas en matrimonio gracias a la iglesia, sino que podrían estar juntas en su vidas siguientes gracias a sus marcas

10 años después de conocerse, eran una familia de tres, conformada por Abril, Samantha y su pequeña Ela.

Y quién sabe, puede que en un futuro, la familia creciera aún más.


Fin

....




Casi lloro escribiendo esto.

Aquí el cap final de esta bonita historia.

Espero les guste 😊.

Los quiero mucho ❤️

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